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La Comarca de las Cuencas Mineras restaura vestigios de la Guerra Civil en 4 localidades para ser visitados La Comarca de las Cuencas Mineras restaura vestigios de la Guerra Civil en 4 localidades para ser visitados
Limpieza de material bélico encontrado en las excavaciones realizadas en la Comarca Cuencas Mineras

La Comarca de las Cuencas Mineras restaura vestigios de la Guerra Civil en 4 localidades para ser visitados

Las actuaciones se llevan a cabo en Vivel del Río, Martín del Río, Rudilla y Las Parras de Martín
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La Comarca Cuencas Mineras está restaurando vestigios de la Guerra Civil para que sean visitables y se conviertan en un recurso turístico. En la comarca, en un estudio realizado por la empresa especializada Griegc, se han contabilizado un millar de restos de la contienda tanto del Ejército Republicano como del Ejército Nacional, pero la restauración se está haciendo en el patrimonio existente en las localidades de Vivel del Río, Martín del Río, Rudilla y Las Parras de Martín. En los vestigios se restauran trincheras, parapetos y nidos de ametralladoras. La actuación la están haciendo técnicos de la empresa Grieg y cinco trabajadores gracias a un convenio con el Inaem de garantía juvenil por 6 meses. 

El presidente de la Comarca Cuencas Mineras, José María Merino, manifestó que tras el estudio inventario realizado por Griegc de vestigios de la Guerra Civil en la zona de la Cuenca Minera Central se firmó este acuerdo con el Inaem de garantía juvenil por el que se han contratado a cinco personas que estaban en el paro. El contrato con los cinco trabajadores se inició el pasado 2 de julio y es por 6 meses. “Son jóvenes entre los 18 y los 29 años que estaban en el desempleo”, comentó Merino. 

El equipo de trabajo de restauración de vestigios de la Guerra Civil en la Comarca de Cuencas Mineras, además de estas cinco personas, lo componen los técnicos de la empresa Grupo de Restauración de Vestigios de la Guerra Civil, Griec, formado por el doctor en historia Adrián Cabezas, el arquitecto Joel Ametlla y la arqueóloga Neus Cirer Ribot, un equipo multidisciplinar. 

En el inventario realizado por Griec se han contabilizado en la Comarca Cuencas Mineras un millar de vestigios de la Guerra Civil de ambos bandos. “El potencial de vestigios que tiene Cuencas Mineras es muy grande a la vez que desconocido. Los vestigios de la Guerra Civil comprenden desde el inicio de la contienda en 1936 hasta marzo de 1938”, expuso Adrián Cabezas Sánchez. El experto añadió que en estos retos bélicos dominan las posiciones defensivas. 

Ante el abrumador número de material encontrado se tuvieron que decidir las actuaciones de las restauraciones en los vestigios de la última contienda civil donde se han tenido en cuenta su ubicación y accesibilidad para facilitar las visitas, así como el estado de las estructuras y la importancia de sus restos.

Los lugares seleccionados para la restauración comentaron el presidente de la comarca Cuencas Mineras y los técnicos de Griegc son Vivel del Río, Martín del Río, Rudilla y Las Parras de Martín. 

En Las Parras de Martín, barrio rural de Utrillas, tiene unos parapetos hechos por el Ejército de la República en un lugar con unas vistas espectaculares. 

En la localidad de Rudilla, pedanía de Huesa del Común, la restauración de los vestigios se hace en cuatro nidos de ametralladoras de hormigón que fue realizado por el Ejército Republicano.

En el municipio de Martín del Río la actuación de restauración se lleva, indicaron Joel Ametlla Plá y Adrián Cabezas, en dos nidos de ametralladoras, en un tramo de trincheras y una posición de mortero. “Falta el polvorín”, indicaron. 

Por último, en la localidad de Vivel del Río se trabaja en la restauración de fortificaciones del Ejército Nacional, un refugio, una posición antitanque y dos nidos de ametralladoras. También se trabaja en dos posiciones en el cruce de Armillas con nidos de ametralladoras de hormigón. Vivel del Río cuenta en total con cinco estructuras de hormigón y una extensa red de trincheras. 

En las excavaciones realizadas se ha encontrado abundante munición, casquillos, puntas de bala, trozos de metralla. Todo este material se limpian para llevarlo al Museo Provincial para su custodia y conservación. No se ha encontrado ningún proyectil. 

Al trabajar sobre vestigios de la Guerra Civil se ha primado la seguridad. Antes de realizar los trabajos de excavación se pasaba el detector de metales por la superficie que alcanza los 60 centímetros de profundidad y cada vez que se profundizaba 20 centímetros se volvía a pasar el detector. 

El joven trabajador, Asier Juez, resaltaba la seguridad en el trabajo con las precauciones y que trabajaba sin miedo. “A mí me gustaría que tuviera una continuidad”, deseó.

Cuando se termine el trabajo de restauración de los vestigios de la Guerra Civil en Cuencas Mineras, la Comarca tiene previsto continuar con el proyecto, avanzó José María Merino. Para el año que viene se acometería la señalización de los enclaves restaurados.

En este punto, Merino dijo que los objetivos del proyecto son dinamizar la comarca y también dar trabajo formando a la gente joven. El presidente de la Comarca añadió que sería bueno la creación de un pequeño museo o centro de interpretación de la Guerra Civil en un municipio de Cuencas Mineras y que estuviera en relación con el tirón de la Batalla de Teruel.

En el presupuesto en la actuación de restauración de vestigios de la Guerra Civil, la Comarca Cuencas Mineras ha puesto una 80.000 euros y el Inaem otros 28.000 euros.   

Los técnicos de Griegc destacaron la importancia que tuvo la Guerra Civil en la Comarca a la vez que existe un desconocimiento general de lo que pasó en la zona durante en enfrentamiento armado.

La campaña de Levante

La empresa Griegc tiene recogida lo que fue la Campaña de Levante en las Cuencas Mineras de Teruel. El doctor en Historia Contemporánea Adrián Cabezas está recopilando información para editar en un libro. En la web de Griegc se tiene disponible mucho material fruto de las investigaciones realizadas. “Después de la Ofensiva de Aragón de marzo y abril de 1938 que finalizó con una completa victoria del bando rebelde, especialmente con la conquista de prácticamente todo Aragón y tras la llegada de las tropas franquistas al Mar Mediterráneo que culminó en la partición en dos del territorio republicano, las operaciones franquistas no se pararon, iniciándose una nueva ofensiva, en este caso en Levante”, se recoge en esta investigación.

Este estudio muestra que en lo que se refiere al territorio de las Cuencas Mineras, la parte sur de la comarca que había seguido en poder de los republicanos, sucumbiría en el inicio de las operaciones del Ejército franquista en lo que se conoce como la Ofensiva de Levante. “Esta operación planificada para finales de abril tenía como objetivo avanzar por el Maestrazgo para tomar la ciudad de Valencia, aprovechando la debilidad de las fuerzas republicanas después del rápido avance por Aragón de las tropas franquistas. Así entonces, el día 23 de abril se ordenaba al Cuerpo de Ejército de Castilla mandado por el general Varela y el Cuerpo de Ejército de Galicia del general Aranda iniciar la operación avanzando hacia el sur”, según el análisis de Adrián Cabezas.

La investigación refleja que la operación empezó a prepararse un mes antes cuando se redactó el 25 de marzo la correspondiente orden preparatoria para romper el frente por el sur del territorio de la comarca de las Cuencas Mineras. La idea de la maniobra era en una primera fase dirigir el esfuerzo principal por la Loma de Sant Just avanzando para ocupar por sorpresa las primeras obras de defensa enemigas y desbordar la línea Mezquita de Jarque-Cuevas de Almudén, progresando posteriormente por la Meseta que se extiende desde Alto de los Concejales a Vértice Cantera para completar el envolvimiento. Para ello se tenía que emplear una Brigada para el esfuerzo principal, otra para el ataque secundario y asegurar el flanco derecho del dispositivo y una tercera en reserva sobre la zona de acción de esfuerzo principal y con misión de limpieza en el interior. 

En una segunda fase, la idea era ganar las alturas que dominaban por el norte el poblado de Campos y caer sobre Aliaga por su Este y Norte, mientras las unidades del flanco derecho lo aseguraban por la divisoria de la Loma de la Solana-Vértice Morrita y amenazar Aliaga por el Sur, cortando la carretera de Aguilar del Alfambra.

Asimismo, se ha reflejado que el Cuerpo de Ejército de Castilla rompió el frente el día 23 de abril en el sector de Alfambra por tres puntos diferentes arrollando a las fuerzas republicanas. El parte de guerra nacional del día 25 de abril daba información sobre las operaciones realizadas en los primeros dos días de ofensiva, relatando que los republicanos tras la rotura del frente dejaron abandonados centenares de muertos, cogiendo las tropas nacionales más de 200 prisioneros y mucho material. También se decía que las tropas nacionales habían tomado los pueblos de Molinos, Cuevas de Cañart, Mezquita de Jarque, Cuevas del Almudén, Jarque de la Val, Galve, Cañada Vellida y Aliaga, ocupando también el vértice El Cerro, al noroeste de Aguilar de Alfambra.

Después del ataque inicial, el día 24 el avance de las tropas rebeldes continuó, ocupando y rebasándose los pueblos de Campos y Ejulve, cortando la carretera de Ejulve a Cantavieja y haciendo frente a un contraataque republicano que se llevó a cabo en el vértice El Cerro, ocupado el día anterior.

Ese día, el parte republicano informaba de la siguiente manera sobre la nueva ofensiva franquista. “Procedido de carros de combate y apoyado por aviación, el enemigo inició ayer un ataque por el sector de Montalbán, luchándose en las inmediaciones de Aliaga. También atacó nuestras posiciones de Molinos, logrando ocupar algunas cotas, varias de las cuales fueron reconquistadas en contraataques propios”, reflejaba el parte.

Al día siguiente, día 25, las tropas franquistas continuaron con su avance hacia el Maestrazgo y a pesar de que el parte republicano mencionaba que se habían sostenido ataques sobre el sector de Aliaga, la realidad era que el las tropas nacionales continuaban su ofensiva y ya habían ocupado todo el territorio de la comarca de las Cuencas Mineras. De esta manera finalizaba la guerra en todas las poblaciones de la comarca de las Cuencas Mineras, un territorio que había estado en primera línea de combate desde los mismos inicios del conflicto.