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Carlos Milla Mínguez, historiador del Arte: “Matías Abad y Pablo Monguió fueron un binomio perfecto” Carlos Milla Mínguez, historiador del Arte: “Matías Abad y Pablo Monguió fueron un binomio perfecto”
Carlos Milla Mínguez, ante la reja de acceso a la Catedral de Teruel, obra de Matías Abad

Carlos Milla Mínguez, historiador del Arte: “Matías Abad y Pablo Monguió fueron un binomio perfecto”

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Dentro de la Semana Modernista, Carlos Milla ofrecerá una charla sobre el herrero Matías Abad este martes a las 20 horas en el Centro Cultural de la Fundación Ibercaja, en Teruel.

-¿Cómo se interesó en la figura de Matías Abad?

-Me interesé en Matías Abad al mismo tiempo que iba descubriendo el modernismo turolense, ya que lo que más llamó mi atención era los elementos de forja de los edificios, que les dotaban de una estética particular y diferenciada de los edificios modernistas de otras ciudades. También gracias a publicaciones como El Modernismo en la ciudad de Teruel, de Antonio Pérez Sánchez y Jesús Martínez Verón, pude saber que el artífice de dicha forja había sido Matías Abad

-¿Cuál fue la relación que estableció con el arquitecto Pablo Monguió?

-Yo creo que fueron un binomio perfecto. Monguió, igual que otros arquitectos modernistas, se rodeaba de un equipo de artesanos: herreros, ebanistas, escultores, pintores… Por la cantidad de obras en las que colaboraron podemos deducir la total confianza de Monguió en el saber hacer de Abad y su taller El Vulcano. Además, Abad colaboró con otros arquitectos de renombre en la época, como Lluís Domènech  i Montaner  y José Manuel Cortina.

-¿Cómo era el proceso de fabricación de las piezas?

-Depende del comitente de la pieza, si se trataba de un arquitecto en ocasiones impondría el diseño y en otras no, y si se trataba de un particular podría elegir entre los distintos dibujos y el muestrario de elementos de forja de El Vulcano. Posteriormente los trabajadores de El Vulcano llevarían a cabo la pieza, con la supervisión de los oficiales del taller y del propio Matías. Habitualmente tendemos a pensar que toda la forja es obra de Abad, y aunque muchas piezas lo serán es comprensible que para atender la gran demanda necesitara la ayuda de otros trabajadores.

-¿Cómo son las piezas que desarrolló en otras localidades?

-Este es un apartado que todavía está por investigar. Se tiene constancia de su obra en Zaragoza, como la portada del comercio Archanco, que se conserva desmontada, o los hacheros de la escalera del Casino Principal situado en el Palacio de Sástago. Yo he investigado su obra en Madrid, por ejemplo unos candelabros para la iglesia de la Concepción, que por desgracia ya no se conservan. El último descubrimiento de una obra fuera de Teruel ha sido la reja de la Iglesia Arciprestal de San Jaime en Villareal, aunque por la fecha de construcción, 1926, no pudo ser realizada por Abad, que fallece en 1923, sino por su hijo Epifanio Abad Cristóbal y su primo Andrés Sánchez Cristóbal, quienes continuaron al frente de El Vulcano.

-¿Es una figura suficientemente reconocida?

Es una figura conocida, pero no reconocida. El último reconocimiento oficial fue la calle que lleva su nombre, antiguamente conocida como Tribuna de San Pedro, que conecta El Vulcano, donde desarrolló toda su actividad, con la plaza Bretón, donde su tío Joaquín Abad tenía la herrería en la que yo sitúo sus comienzos. Esto sucedió en el año 1923, desde entonces hasta este 2018 en que el Ayuntamiento ha decidido colocar la placa en El Vulcano no ha habido otro reconocimiento.

-¿Cuál sería su trabajo más representativo?

Es muy difícil elegir solo una de sus obras, quizás para los turolenses una de las más queridas sea la reja de la Catedral. Para mí, cualquier edificio (Casa Bayo, Casa Ferrán, Casa El Torico, La Madrileña…) es una buena muestra del estilo de Abad, pues aunque se trata de obras dirigidas por Monguió, creo que tuvo cierta libertad, hay muchos elementos, flores, hojas, insectos que se repiten, y que hacen reconocible la forja de Abad.

 -¿Se conservan otras piezas de forja aparte de las que se pueden ver en los edificios?

-Afortunadamente sí, yo he catalogado las piezas que conservan los descendientes de Abad, muchas de ellas proceden del muestrario de El Vulcano, cuando alguien iba a encargar una reja, barandilla o balcón, podía ver mediante estas piezas ejemplos de elementos decorativos que se podían incorporar al encargo. También hay otras piezas que tiene una vocación meramente artística, es el caso de un aldabón con una quimera, que fue presentado por Abad a la  VI Exposición Internacional de Arte, celebrada en Barcelona en 1911, consiguiendo el Primer Premio.

-En 2015 se propuso la rehabilitación de El Vulcano. ¿Cómo plantea este centro expositivo?

-En esa época yo realicé el trabajo final de Grado de Historia del Arte sobre el diseño de un proyecto museológico y museográfico, lo titulé Museo del Modernismo Matías Abad. En este proyecto planteaba la instalación en la planta baja del edificio de una exposición permanente con distintas obras salidas de El Vulcano, y utilizar el sótano como sala de exposiciones temporales, es un proyecto bastante extenso, con una propuesta muy detallada de las obras que se expondría y planos de cómo debería distribuirse el espacio expositivo. Este proyecto ya se ha dado a conocer a Gesviva, empresa propietaria del edificio, y estoy dispuesto a presentarlo en el Ayuntamiento si estuvieran interesados. Creo que esta propuesta no requiere una gran inversión económica, Gesviva ya planteó en su día ceder al Ayuntamiento la planta baja como centro expositivo, y los descendientes de Abad también cederían las obras.