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María Eugenia Venturini, licenciada en Veterinaria y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: “En 2050 la alimentación tal y como la conocemos habrá cambiado completamente” María Eugenia Venturini, licenciada en Veterinaria y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: “En 2050 la alimentación tal y como la conocemos habrá cambiado completamente”
María Eugenia Venturini, durante la charla que ofreció este miércoles en el Centro Ibercaja

María Eugenia Venturini, licenciada en Veterinaria y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos: “En 2050 la alimentación tal y como la conocemos habrá cambiado completamente”

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María Eugenia Venturini, Ana de Diego y Eva Gavín ofrecieron este miércoles una charla sobre los retos que habrá que afrontar en el futuro para alimentar a una población mundial en aumento con un planeta Tierra cada vez más cercano a su límite. El acto estuvo incluido en el Mes de la Ciencia que está teniendo lugar en el Centro Ibercaja de Teruel.

- ¿Qué comeremos en 2050?

- Pues no tengo ni idea, pero desde luego la alimentación como la conocemos ahora habrá cambiado. Para ese año se calcula que seremos unos 13.000 millones de habitantes. El mayor crecimiento se dará en el sudeste asiático y África. Y ni siquiera ahora en esas zonas la población comen lo que deberían, desde un punto de vista occidental y nutricional. Al menos 1.000 millones de personas pasan hambre. y se ha calculado que si todos los habitantes del mundo tuvieran que ingerir el mismo número de calorías y proteínas que en Europa, serían necesarias dos Tierras para alimentarnos a todos. Además, y aunque haya gente que no se lo crea, el clima está cambiando, y la agricultura y la ganadería que hacemos ahora tendrá que cambiar y adaptarse. 

- ¿Es un problema de poca cantidad de alimentos, o de mala distribución de los mismos?

- Ambos coexisten, porque al mismo tiempo que existe hambre, existe un problema sanitario de obesidad. En general en los países desarrollados estamos sobrealimentados, y además tiramos una media del 30% de alimentos.  

-Hace años se decía que en el futuro sería suficiente ingerir una pildorita todas las mañanas. Los que éramos mal comedores fantaseábamos con ello...

- ¿Y que te ha pasado después?

- Que me he aficionado a la comida...

- Pues eso. Comer al final es un placer y no creo que dejemos de comer nunca, porque perderíamos incluso los dientes. Otra cosa es que en el futuro comamos diferente. 

- Ha mencionado el cambio climático, del que suele responsabilizarse en parte a las emisiones de CO2. Pero he leído que una mayor cantidad de CO2 en la atmósfera generaría mayores producciones agrícolas en muchas especies... 

- Cierto, pero eso nos llevaría a un aumento de la temperatura que haría que otras muchas especies dejaran de ser cultivables. En Aragón, por ejemplo, muchas bodegas de vino están comprando tierras al norte, en el Pirineo, porque saben que dentro de unos años se reducirá muchísimo la producción de uva más al sur. 

- ¿Los alimentos transgénicos, con mayores rendimientos y más capacidad nutritiva, podrían ser una solución?

- Podrían, pero la gente está en contra en general. En mi opinión podrían ser una solución donde se necesitasen. En el sudeste asiático comen mucho arroz y mucha gente tiene deficiencias nutricionales, porque el arroz da lo que da. Se creó un arroz dorado que llevaba ciertas vitaminas, con las que se evitó una de las grandes deficiencias nutricionales que existían allí, pero no está permitido comercializarlo. Solución maravillosa no existe... lo cierto es que hay que ejercer menos presión sobre el planeta y, al mismo tiempo, alimentar a todo el mundo. 

- ¿En qué ha cambiado nuestra alimentación con respecto al pasado?

-El mayor cambio que hemos vivido en los últimos años es el envasado de los alimentos,. Vivimos en la era del plástico y de los platos preparados, y todos queremos que nuestra comida dure mucho. Al mismo tiempo generan rechazo por los residuos que significan.Se investigan envases biodegradables o comestibles, que sería lo ideal. Pero es un hecho que con la comercialización que tenemos ahora el envasado es imprescindible. De hecho tiene muchos aspectos positivos, como que te separa el alimento del entorno que pueda contaminarlo y facilita mucho la logística, la distribución, la venta...

- ¿Es cierto que se pueden fabricar filetes de ternera en el laboratorio?

- A partir de células madre se puede, claro. Evidentemente no va a tener la grasa ni la estructura de un filete de ternera al uso, y el sabor quizá recuerde vagamente. Pero por ahora cuesta 250.000 dólares hacer un filete así. 

- ¿Qué alternativas tenemos a la proteína animal, que además implica el uso de enormes cantidades de agua y de cereales para producirse?

- Las algas, los insectos, o producir proteína similar a la del huevo... Hay muchas investigaciones a este respecto. ¿Quién dirías que las está financiando?

- Dígamelo usted, por favor...

- Las empresas tecnológicas sobre todo. Google y compañía son las que lideran la investigación en alimentación. 

- He leído por ahí que nuestra natural aversión a los insectos se debe a un mecanismo evolutivo del cerebro, que nos advierte así de que el gasto energético de cazarlos no compensa su aportación alimenticia...

- ¡Qué cosas lees! Podría ser... desde luego cazar un saltamontes para comérselo es probable que no compense. Pero los gusanos que se comen los orientales o nuestros caracoles son más fáciles de capturar, y todos se pueden criar en granjas. Yo creo que esa aversión es algo cultural, porque en México o en Asia se comen insectos habitualmente y nosotros también comemos caracoles o gambas. 

- ¿Nosotros comeremos asiduamente insectos en el futuro?

- Comeremos harinas y derivados hechas con ellos. E insectos tal cual es posible que también. Si algún día existe la necesidad de hacerlo, no quedará otro remedio.