Síguenos
Rafael Gomá, director de la Fundación Juan March: “Tendemos a pensar en una Edad de Oro a partir de la cual entramos en decadencia” Rafael Gomá, director de la Fundación Juan March: “Tendemos a pensar en una Edad de Oro a partir de la cual entramos en decadencia”
Javier Gomá presentará esta tarde la nueva revista Turia en Teruel

Rafael Gomá, director de la Fundación Juan March: “Tendemos a pensar en una Edad de Oro a partir de la cual entramos en decadencia”

El escritor y filósofo presenta este martes por la tarde el nuevo número de revista Turia en la sede del Gobierno de Aragón en Teruel
banner click 244 banner 244

Javier Gomá es escritor, filósofo, Premio Nacional de ensayo y director de la Fundación Juan March. Este martes visita Teruel, donde presentará el próximo número de la revista cultural turolense Turia, en un acto oficial que tendrá lugar a partir de las 19.30 horas en la sede del Gobierno de Aragón en la capital mudéjar. 

- ¿Qué contenidos destacaría del próximo número de Turia?

- Aunque tiene contenidos muy importantes como el monográfico sobre Víctor Mira o las entrevistas a Fernando Aramburu o Manuel Vilas, lo que me gustaría destacar son algunas secciones en sí. Hace años Emma Rodríguez me hizo una entrevista en Conversaciones, y es muy poco frecuente en una revista de papel se publiquen entrevistas tan extensas y estudiadas. Pero también son muy destacables los cartapacios que se hacen sobre los autores. Algunos de ellos son contribuciones impagables al conocimiento de la obra de un escritor o poeta, extranjeros y españoles. Esas biobibliografías extremadamente informadas que ponen todas las obras de un autor dentro de su contexto biográfico, con una información riquísima, hacen que sean una introducción a su conocimiento inmejorable. Y además es muy especial que Turia dedique 50 o 60 páginas a la poesía, no ya a su estudio, sino directamente a los versos, al mismo tiempo que está muy atenta a lo que tiene lugar allí en Teruel, que dedique más de 50 páginas a reseñas literarias o que ofrezca muchos textos de novelas que están ya no por publicar, sino a veces por terminar y que nos permiten adentrarnos en la cocina de quien está escribiendo un libro. Me gustan mucho las secciones de Turia porque responden a una reflexión muy madura sobre lo que puede aportar una revista de esta naturaleza. Hacen que no sea una aportación más, sino una aportación distintiva.

- Turia cumple 35 años, tiempo en el que han desaparecido decenas de revistas culturales de su clase...

- Una revista como Turia promueve una causa justísima y de mucho mérito. Y en el ámbito de la cultura la continuidad es la excepción y lo que va prensando una tradición. Y en España no estamos precisamente sobrados de tradiciones culturales en la época democrática. Turia surgió solo cinco años después de aprobarse la Constitución y estábamos faltos de tradiciones democráticas, en lo moral, en lo estético, en lo económico y también en lo cultural. Y que ese hueco haya contribuido a llenarlo una revista en papel, hecha fuera de Madrid o Barcelona por una institución como la Diputación de Teruel y que haya llegado a convertirse en parte de la tradición cultural española tiene mucho mérito. Tenemos motivos sobrados para celebrar el 35 cumpleaños de esta revista. 

- Se habla mucho de la presunta crisis de la cultura. ¿Es cierto en tu opinión que, entre los jóvenes fundamentalmente, está subestimada la formación humanística y sobrestimada la técnica o tecnológica?

- No recuerdo una época en la que la educación humanística haya estado sobrestimada. Tendemos a pensar en una Edad de Oro a partir de la cual hemos entrado nosotros en decadencia. Yo oigo hablar por todas partes sobre la importancia de las humanidades, y hace poco incluso fuimos testigos, con sorpresa, de como todos los grupos parlamentarios aprobaban una moción para introducir la Filosofía en el currículo de los estudiantes de Bachillerato. No es tanto una falta de estima por las Humanidades, como que las Humanidades mismas están a veces en tierra de nadie, han perdido su jerarquía. Durante mucho tiempo hemos admirado y habitado una cultura jerárquica y aristocratizante y hoy vivimos la transformación de una nueva cultura sobre bases igualitarias, y eso produce una enorme perplejidad y desconcierto, porque ya hemos derribado el antiguo ídolo, en parte, pero todavía no hemos construido el nuevo. Y en ese momento de interregno y transición se produce mucha perplejidad. Vemos como la ciencia y la tecnología avanzan con rapidez y seguridad, mientras que las Humanidades se mueven con más lentitud y necesitan de más tiempo para decantarse. Pero esto no significa que no tengan un papel importante o que no le sea reconocido, sino que no siempre las Humanidades son capaces de enviar un mensaje nítido sobre dónde está lo valioso que pueda orientar al ciudadano.

- Usted ha escrito ensayo y dramaturgia, pero nunca novela... ¿por qué?

- Es curioso que me preguntes eso porque en enero se reedita mi Tetralogía de la ejemplaridad y le he añadido un prólogo donde cuento que esa obra es, de forma metafórica, el resultado de la primera lectura del libro de la vida. Pero todos sabemos que las segundas lecturas de los libros a veces nos dicen cosas distintas, y cuando uno alcanza cierta edad ya ha empezado esa segunda lectura. En mi caso me está llevando a interesarme por elementos de la vida ingobernables, no reductibles a concepto, que se expresan mejor a través de géneros narrativos, diacrónicos, que hacen justicia al carácter temporal de lo humano, que tiene un antes y un después. El ensayo no tiene antes y después, sino esa especie de momento sincrónico que es el momento. De ahí que haya escrito dos obras dramáticas, que probablemente completaré con una tercera, y no me extrañaría nada algún día, no de manera inminente, emprendiera la redacción de una novela.