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Trámites imposibles Trámites imposibles

Trámites imposibles

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Elena Gómez

No soy muy partidaria de volver una y otra vez al tema de las barreras arquitectónicas. Tengo la sensación de que, para muchos, es lo más importante cuando se trata de discapacidad. 

Sin embargo, es imposible dejarlas de lado. La verdadera inclusión comienza por poder salir de casa para realizar las tareas que todo el mundo hace de forma libre e independiente. Hoy en día esto está todavía lejos de haberse cumplido, así que no podemos bajar la guardia. 

Es por ello que hoy he decidido hablar de las Administraciones Públicas. ¿Quién no ha tenido que hacer alguna vez un trámite administrativo? Pues bien, muchos edificios públicos importantes de Teruel no son accesibles para las personas con movilidad reducida. Algunos simulan que sí lo son, pero no.

Por ejemplo, para acceder a las oficinas de atención al público en el Ayuntamiento de la capital todo el mundo tiene que bajar tres escalones. El resto de consistorio es relativamente accesible, pero en la sección más necesaria dependemos de la amabilidad de los funcionarios para atendernos en otro lugar.

Todos los alcaldes que he conocido (unos cuantos) me han asegurado que la supresión de barreras arquitectónicas en el Ayuntamiento está en proyecto, pero que acometer esa obra es algo muy caro. No voy a ser yo quien decida qué hace falta reformar pero creo que construir una pequeña rampa sería suficiente.

El problema es que esto no sólo ocurre allí. Algunas edificaciones emblemáticas cuentan con unos elevadores bastante inútiles.

 No pueden cargar sillas eléctricas, están encarados a puertas cerradas, o son manejados por funcionarios que trabajan dentro del edificio y que, lógicamente, no podemos avisar si no podemos entrar antes. 

La Diputación Provincial, la Agencia Tributaria, la Delegación de Hacienda o la Comisaría de Policía son claros ejemplos de ello.

De nuevo, para hacer lo más básico nos ponen trabas. Por eso la lucha continúa.