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El CITA analizará la cereza tardía en una finca experimental en Singra El CITA analizará la cereza tardía en una finca experimental en Singra
El investigador Javier Rodrigo durante la exposición de su trabajo sobre cereza de montaña

El CITA analizará la cereza tardía en una finca experimental en Singra

La investigación se sumará a otra que se lleva a cabo en Mora de Rubielos
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El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, CITA, analizará en los próximos años el comportamiento de la cereza tardía o de montaña en una finca experimental que ha cedido el Ayuntamiento de Singra. La nueva plantación se suma al trabajo de investigación que está llevando a cabo el CITA desde 2017 en  otra finca a mil metros de altitud en Mora de Rubielos, cedida también por su ayuntamiento. 
La jornada de Recuperación e introducción de nuevos frutales para su evaluación en la provincia de Teruel celebrada  en el Centro de Innovación en Bioeconomía Rural sirvió para anunciar por parte del CITA la puesta en marcha de una finca experimental para la cereza tardía en Singra. La jornada fue inaugurada por el delegado del Gobierno de Aragón en Teruel, Antonio Arrufat.
El investigador del CITA, Javier Rodrigo, manifestó con motivo de dar a conocer los trabajos de experimentación que se están llevando a cabo sobre la cereza tardía en una finca a mil metros de altitud en Mora de Rubielos, que se va hacer lo mismo en otra finca municipal pero en Singra. 
Javier Rodrigo explicó que se va trabajar en la finca de Singra las mismas variedades de cereza tardía que en Mora de Rubielos y que son 20, para que cuando se terminen los trabajos de investigación elegir entre dos y cuatro variedades, que serán las que mejor se adapten al terreno y a la climatología de la zona. 
Entre las variedades de cereza que el CITA está investigando en Mora de Rubielos y próximamente en Singra están las conocidas Lapins, Skeena, Sweetheart, o las más desconocidas Royal, Helen, Staccato, Alex, Regina y Kordia. Todas estas variedades de cereza tardía provienen del extranjero, (Canadá, EEUU, Alemania), ya que España carece de cerezas autóctonas. Hasta la denominada de Monzón proviene de Francia.
El investigador Javier Rodrigo reseñó que con la cereza tardía se intenta librar las heladas  y conseguir un producto de calidad y que al recolectarse más tarde, hasta finales de julio, tenga buena salida en el mercado al haberse terminado las campañas de la cereza cultivadas a una menor altitud y que se recogen en mayo o junio. “Estamos intentando introducir en Teruel las cerezas de floración y maduración tardía, la cereza de montaña”, subrayó.
En la finca experimental de Singra se plantarán unos 200 árboles de 20 variedades de cereza al igual que en la finca de Mora de Rubielos. La introducción de nuevas plantaciones de cerezo en estas áreas de la zona alta de Teruel permitiría aumentar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ayudar a revitalizar las zonas, tanto en la creación de empleo y fijación de población, como en el posible reclamo turístico por la espectacularidad de los cerezos en la época de floración y maduración. En el valle del Jerte (Cáceres) hay un turismo propio para ver la espectacular floración de los cerezos en primavera. 
El investigador del CITA, Javier Rodrigo, reseñó que España es una gran potencia en el cultivo de la cereza, siendo Aragón y Extremadura las Comunidades Autónomas más productoras.