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Molt farem, farem... Molt farem, farem...

Molt farem, farem...

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El 31 de diciembre se cumplirá un año de la decisión unilateral de Correos (empresa de capital 100% público) de subir un 30% el precio de envío de publicaciones a zonas rurales.

El asunto, cuando gobernaba Rajoy, lo llevó el PAR al Senado y el PSOE presentó una Proposición no de Ley en el Congreso para que se corrigiera esta clara discriminación con la gente que vive en los pueblos.

La respuesta en el Senado fue una serie de inconcreciones con la única intención de quitarse el muerto de encima, mientras que la propuesta del PSOE se aprobó en la Comisión de Fomento, reclamando al Ejecutivo del PP que acabara con está clara discriminación.

¿Y dónde estamos un año después? Pues seguimos en las mismas. Una empresa que pende de la administración sigue incumpliendo flagrantemente el artículo 14 de la Constitución, donde hace 40 años se escribió que todos los españoles somos iguales.

El PP de Rajoy -que se hizo el sueco ante la injusticia- ya es historia y ahora lleva las riendas del Gobierno el PSOE de Sánchez, un PSOE que se puso a la cabeza de la manifestación y ahora mira para otro lado. Lleva meses suficientes en la Moncloa para haber arreglado el desaguisado.  

El caso de Correos es un ejemplo -otro más- de decir una cosa y hacer la contraria, según convenga. Se vive muy cómodo en la oposición, atizando al contrario, pero luego, cuando se llega al poder, a veces cuesta llevar a cabo lo que le has reclamado al rival.

Lo del tema de Correos y la tarifa según dónde vivas puede parecer un tema baladí, pero no lo es. Resulta que después de nombrar comisionados, hacer comisiones en el Senado y el Congreso y montar debates y mesas redondas para buscar la solución al tema de la despoblación, en este país no se legisla a favor del mundo rural, sino que se sigue legislando en contra.

El día que digamos Diego y luego, veinte minutos después, volvamos a decir Diego, igual empezamos a arreglar algunas cosas. De momento estamos, como dicen los valencianos, en el molt farem, farem... però no fem res.