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Óscar Soriano, guitarrista alcañizano: “La magia de Bordón Negro es que no recuerda a nada de lo que ya se ha hecho” Óscar Soriano, guitarrista alcañizano: “La magia de Bordón Negro es que no recuerda a nada de lo que ya se ha hecho”
Óscar Soriano, uno de los cinco componentes de Bordón Negro. Alvaro Villa

Óscar Soriano, guitarrista alcañizano: “La magia de Bordón Negro es que no recuerda a nada de lo que ya se ha hecho”

El grupo bajoaragonés debuta la Casa de Andalucía de Teruel este jueves a las 20.30 horas
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El alcañizano Óscar Soriano forma parte de Bordón Negro, un grupo flamenco compuesto por músicos bajoaragoneses en su mayor parte, que tocará por vez primera en Teruel capital este jueves (20.30 h.) en la Casa de Andalucía, junto a Turay y al sexteto de José María Jiménez. Con el calandino Antonio Lahoz (percusión), el caspolino Miguel Jariod (guitarra), el zaragozano Juan Manuel Caballero (bajo eléctrico) y la polaca afincada en Calanda Anna Placzkowska (violín), forman una brillante y original formación que está reinventando la fusión flamenca. Gotas de música árabe, de jota aragonesa, de jazz contemporáneo e incluso de folk eslavo se combinan para ofrecer un cóctel que no ha escuchado en la vida y del que es imposible cansarse.

- ¿Cómo es eso de hacer un grupo flamenco en Aragón? Porque como muchos músicos aragoneses de cuerda, usted comenzó en la jota...

- Hace muchos años que empecé tocando guitarra y cambié a bandurria, con Alberto Artigas primero y Sergio Aso después. Con él llegué a tocar, en 2011 y 2012, en el Certamen Extraordinario de Jota del Pilar, lo cual fue para mí un enorme orgullo. Seguí tocando en el grupo Malandía de Alcañiz pero tuve que dejarlo por falta de motivación. A mí la jota nunca me aburrirá, pero llega un momento en que es siempre lo mismo y el cuerpo me pedía algo más. Entonces me apunté a guitarra flamenca en Caspe con Miguel Jariod. En una ocasión nos llamaron a Malandía para tocar un villancico en un especial de Nochevieja de Aragón Televisión. Vino Jariod y nos acompañó, y nos gustó el sonido de la bandurria y de la guitarra flamenca juntas. Entonces Jariod me envió un audio de Zyryab, de Paco de Lucía, siempre me acordaré, y me dijo que la sacara a bandurria a ver como sonaba. Un sábado por la tarde quedamos y se trajo a su profesor de cajón flamenco, que era Antonio Lahoz y nos pegamos toda la tarde tocando. A raíz de eso decidimos cambiar la bandurria por un laúd, pero fue el germen del grupo.

- Laúd y bandurria tienen la misma afinación pero son instrumentos diferentes...

- Lo cierto es que cambiar la digitación de una bandurria al laúd fue muy duro para mí, porque me parecía imposible, vertiginoso. Pero Jariod me ayudó a transportar las escalas de la guitarra al laúd, que entre sí tienen afinaciones distintas, y me las enseñó todas. Y yo por las noches me ponía un trapico en el mástil para no molestar y las ensayaba sin parar, mientras veía la televisión. Aquello me cambió completamente la perspectiva del instrumento, porque el laúd en jota siempre está muy sumergida, siempre con segundas voces y nunca más allá del quinto traste, pero ahora yo estoy utilizando toda la longitud del mástil. Y además el bajista Antonio Bernal hizo un método de improvisación con laud y me enseñó muchísimo, una barbaridad.

- Disculpe mi ignorancia pero ¿es habitual la laúd en el flamenco?

- ¡Qué va! Estamos yo y algún laúd árabe (oud) por ahí... Pero eso es lo que nos da una sonoridad distinta, es la magia que tiene Bordón Negro, y con la incorporación del bajo eléctrico de Caballero o el violín de Anna Placzkowska ni te cuento... 

- ¿Qué referencias flamencas maneja usted?

- Si te soy sincero, casi no escucho flamenco, y creo que incluso puede contaminarme un poco. Jariod, por ejemplo, admira a Vicente Amigo, y cuando compone recuerda bastante a Vicente. Y si yo escuchara a Vicente Amigo, a Paco de Lucía, a Moraíto... me pasaría lo mismo. Sin embargo como mi base es de jota las melodías que hago no suenan a nada que hayan hecho los grandes maestros.

- Se dice que el mundo flamenco es conservador... ¿qué tal han acogido esa propuesta tan original?

- Yo creo que muy bien. Estuvimos en la Primavera Flamenca de Huesca y al principio lo pasé mal, porque tocar en el Teatro de Alcañiz o en Caspe es tocar con los tuyos. Pero en Huesca nos enfrentamos a un público entendido y cerrado en el flamenco clásico, y nos recibieron muy, muy bien. Recuerdo que después de tocar vino Eugenio Tejero Confu, cantaor, y me dijo que le había encantado, que estaba enamorado de lo que había escuchado. Que te digan eso los que tocan en la Primera División del flamenco es un honor.

- Otro tópico que se dice del flamenco es que hay que entenderlo para disfrutarlo...

- Qué va... simplemente hay que saber disfrutar de la música e intentar ver las cosas que pasan en el escenario... Una de las cosas mágicas que tiene el flamenco es que te puedes marchar de la partitura. En un concierto tienes un solo y puedes hacer lo que has estudiado y ensayado, o, si ese día estás inspirado, puedes empezar a improvisar y nadie te va a decir nada, de forma que cada vez que suena una canción es única. Hace poco ensayando un solo de Zyryab no sé qué hice que sonó espectacular. El percusionista me dijo "¡Qué bonito ha sonado!" y yo le contesté que ya nunca volveríamos a escucharlo igual.

- Desde que Bordón Negro se fundó en 2014 han sacado un disco al mercado, A los maestros (2016). ¿Para cuándo el próximo trabajo?

- Ahora mismo estamos pensando en grabar porque tenemos cinco temas propios compuestos, pero seguramente habrá que esperar a la segunda mitad del año que viene.