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Francisco Lázaro Polo, escritor y profesor de Literatura: “Manuel Polo y Peyrolón es desconocido porque no fue un intelectual de izquierdas” Francisco Lázaro Polo, escritor y profesor de Literatura: “Manuel Polo y Peyrolón es desconocido porque no fue un intelectual de izquierdas”
Francisco Lázaro Polo, durante su intervención en el simposio de Gea. M. A.

Francisco Lázaro Polo, escritor y profesor de Literatura: “Manuel Polo y Peyrolón es desconocido porque no fue un intelectual de izquierdas”

El escritor y parlamentario carlista divulgó a través de sus novelas las tradiciones de la Sierra de Albarracín
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El profesor e historiador de literatura Francisco Lázaro Polo fue uno de los ponentes del Simposio sobre Manuel Polo y Peyrolón que tuvo lugar en Gea de Albarracín. El de Caminreal asegura que sus convicciones carlistas le condenaron al ostracismo, a pesar de su ingente producción literaria.

- ¿En cuál de sus diferentes facetas destacaría la figura de Manuel Polo y Peyrolón?

- Para mí desde luego destacó como autor de literatura, aunque sin perder de vista que, efectivamente, fue una persona polifacética que tocó muchos asuntos, incluso habló de las teorías darwinistas de la evolución, por supuesto para posicionarse en contra. Era un hombre muy moderno en el sentido de que de cualquier cosa que se hablaba en el mundo él se formaba una opinión y estaba siempre a la última, aunque lógicamente tenía sus prejuicios, porque era católico y era carlista. Pero al margen de eso fue un intelectual que destacó en muchos aspectos. 

- ¿Era habitual ese perfil en el siglo XIX?

- Sí, había bastantes intelectuales que no eran expertos en nada pero manejaban muchos campos diferentes. Polo Peyrolón escribió manuales para chavales de Segunda Enseñanza, propaganda católica, propaganda carlista, propaganda de las teorías científicas que le interesaron... Y su obra literaria fue ingente, con muchísimas novelas, narraciones y cuentos.

- ¿Su literatura es política?

- Sí, sí, en ese sentido fue apriorístico, y toda su producción literaria estaba impregnada de su moral católica y de su pensamiento político. Pero claro, para entender a Peyrolón hay que meterse en la piel de alguien del siglo XIX… Con la óptica actual podríamos acusarlo de misógino o retrógrado, pero no podemos acercarnos a él con unos esquemas mentales tan diferentes a los de su época.  

- ¿Cree que la filiación política y moral de Peyrolón ha jugado en su contra a posteriori?

- Estoy convencido de eso. En muchos lugares de Europa a cualquier personaje importante que tienen, sea progresista, conservador o de centro, al final lo ponen en valor y se hace un museo. Y aquí hacemos grandes simplificaciones apriorísticas y enjuiciamos antes de conocer al personaje, le ponemos una etiqueta y si no nos gusta nos olvidamos de él. Fermín Ezpeleta, uno de los ponentes que han participado en el ciclo, me ha contado que tiene amigos filólogos en Zaragoza que no habían oído hablar de él. Peyrolón es un gran desconocido por las simplificaciones que ha sufrido, por culpa de esa supremacía moral e intelectual que parece que tiene la izquierda, como si todos los intelectuales tuvieran que ser de izquierdas. 

- ¿Defendió cosas con sentido, incluso desde el punto de vista del siglo XXI?

- Pues sí. Él fue enemigo de la burocracia en la educación, esto que cansa tanto a los enseñantes porque tienen que preparar tantos papeles que cuando llegan a clase ya están agotados. Y defendió la enseñanza de tipo socrático, basada en la conversación entre el profesor y el alumno. Defendió cosas bastante modernas, que hoy en día se deducen aplicando el sentido común. Era enemigo de los tecnicismo y de lo farragoso. Habló del regeneracionismo moral, lo que pasa es que él estudió en una universidad católica, y eso no lo entiende igual un krausista que él. 

- De hecho el fue un enemigo declarado del krausismo y la Institución Libre de Enseñanza…

- Él tuvo sus demonios, como Franco, y uno de ellos fue el krausismo, además de la masonería, el anarquismo, el socialismo, los darwinistas, el positivismo, el utilitarismo... 

- ¿Cuál fue su auténtica relación con Gea de Albarracín?

- El apellido Peyrolón está en Gea desde el siglo XVIII y la madre y la tía de Manuel Polo, María y Concepción, eran de Gea de Albarracín. Su padre era de Arens de Alpuente, aunque trabajó de abogado en Cañete y por eso Polo y Peyrolón nació allí. De niño vivió en Gea porque fue adoptado por su tía cuando murió su madre, estudió en Los Escolapios de Gea y luego marcho a Valencia. Durante toda su vida siguió viniendo aquí buscando la paz, porque para él esto era el lugar idílico, “el lugar de la inocencia”, que escribió, en contra del lugar de perdición y vicio que era la gran capital. En Gea pasaba largas temporadas, por ejemplo cuando le atacaban los liberales, y capturaba insectos, una afición que le encantaba. Cuando murió su hermano tuvo una fuerte depresión y vino aquí para curarse. 

- ¿Utilizó la Sierra de Albarracín en su literatura?

- Casi todas sus novelas, salvo alguna como Solita y los amores ciclotónicos o Quien mal anda como acaba, y algún relato, está ambientada o inspirada en la Sierra o en Teruel, cuyas tradiciones populares le interesaron mucho. Siempre con nombres inventados; a la Sierra la llama Fantápolis, Torres de Albarracín es Vallermoso, Gea es Tapiasrrojas, Peñascales yo creo que es Calomarde, a Tramacastilla le llama Entrecastillos, y a Albarracín le dice Cimbaral. 

- ¿Por qué usaba trasuntos en lugar de nombres reales?

- Era una práctica muy habitual entre los escritores del siglo XIX, y tenemos muchos ejemplos como el Vetusta de La Regenta, Ficóbriga y Orbajosa en Pérez Galdós, Luzmela en Concha Espina, Villabermeja en Juan Valera, y Marineda en Emilia Pardo Bazán, entre otros.