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Laura Sipán, realizadora: “Con la cámara escucho lo que me rodea y lo retrato con el máximo respeto” Laura Sipán, realizadora: “Con la cámara escucho lo que me rodea y lo retrato con el máximo respeto”
Laura Sipán Bravo grabando para TVE en Cuba

Laura Sipán, realizadora: “Con la cámara escucho lo que me rodea y lo retrato con el máximo respeto”

Su documental ‘Soukeina. 4.400 días de noche’ vuelve a reconocerse por su valor estético y social
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La realizadora autora del documental El hombre y la música sobre Antón García Abril fue una de las grandes protagonistas en la última edición del Festival de Cine de Zaragoza.

- Cerró 2018 con el Augusto a ‘Soukeina. 4.400 días de noche’ al mejor trabajo audiovisual social aragonés del pasado Festival de Cine Zaragoza.

- Fue una gran alegría que reconocieran nuestro trabajo y la importancia de mostrar un cine que incide en la realidad e invita a otro tipo de historias más difíciles de ver pero, seguramente por eso, más necesarias. Los 4.400 días que Soukeina pasó desaparecida en cárceles clandestinas, más de diez años, le arrebataron su patrimonio más inmaterial: su juventud, su maternidad, su familia. Pero sobre todo le negaron, como al resto de saharauis condenados al olvido, lo más básico: su tranquilidad física y su libertad de pensamiento y palabra.

- Muchos reconocimientos para la historia de Soukeina Yedehlu.

-Los festivales y los premios son una forma metafórica de recuperar esa libertad básica más allá de los límites del desierto. El más importante ha sido el Camerimage, en Polonia, el Festival Internacional de Cinematografía más prestigioso del mundo.

- Su trabajo visibilizó estas cárceles. 

- Las cárceles clandestinas marroquíes escondían todo tipo de aberraciones a la vida. Detrás de cada muro, en cada celda, la única presencia inseparable era el sufrimiento continuo. 

- La tierra, la línea de horizonte, la pobreza… son también estética y personaje en este contexto de dignidades.

- Mi lenguaje es muy visual, utilizo la cámara como una narradora invisible que cuenta en silencio, sin ostentaciones. Con la cámara escucho lo que me rodea y lo retrato con el máximo respeto. Para mí la fotografía es la voz más potente del cine pues una estética poderosa dignifica la historia. Evito la manipulación también en el montaje. Me gustan los lenguajes sobrios, contienen más vida. 

- ¿Cómo es la vida de Soukeina ahora? 

- Soukeina inició su compromiso en la cárcel, en las redes de comunicación secretas que desarrollaron para sobrevivir. El dolor les hizo fuertes, el compromiso enraizó dentro y hoy es un referente de los Territorios Ocupados. Sigue amedrentada, acosada y agredida. 

- Antes hizo ‘Sobre la misma tierra’, cuatro historias para tejer otro gran protagonista, Colombia. Resistencia y lucha, de nuevo.

- Me conmueven mucho las personas cuyos ideales sociales ayudan a transformar y mejorar el mundo. Creo más en un corazón sereno y firme que en la tecnología. Colombia cambió mi cosmovisión, le debo mucho a esos mineros artesanos y a esos campesinos valientes. Hay una gran diferencia entre poseer la tierra y pertenecer a ella y está en cada gesto cotidiano. Es parte de lo que me enseñaron.   

- Usted es consultora creativa para documentales. ¿Hasta dónde es posible en un género tan ajustado con la realidad? ¿O es por ello todavía un terreno virgen en innovación?

- El documental es un género vivo, elástico, muy abierto a la creación y a la vida. La realidad es siempre subjetiva, donde pones la mirada es como percibes el mundo. Son los hechos los que la objetivan. El documental es un relato libre cuyo material cinematográfico es la vida. 

- ¿Qué se considera más, fotógrafa o documentalista?

- Utilizo mi cámara para contar historias, creo que va junto. 

- Cite su particular referente.

- Mi referente más directo es la holandesa Nina Badoux. 

- Hace más de diez años, con Mercedes Sampietro usted ya apostaba desde la ficción por un discurso con ideales en ‘El Talento de las Moscas’, seleccionado en más de 70 festivales y premiado en 23 ocasiones. 

- Mercedes fue la guinda de ese trabajo. Su personaje era una mujer española exiliada en Francia y comprometida con la resistencia. La ficción me dejó hablar en este caso también del amor. Fue una experiencia muy enriquecedora, con mi primo Óscar Sipán, autor del relato original, Eva Vargas en la producción, la DOP Isabel Ruiz, el director de arte Óscar Sanmartín y casi veinte personas más en el equipo, la mayoría aragoneses.      

- Siguiendo con la cultura, plasmó a un turolense universal como Antón García Abril en El hombre y la música, una biografía diferente en clave humana.

- Antón es un genio cálido, sensible y generoso, imposible hacerlo de otra forma. El lado humano es el leitmotiv de mis trabajos, lo que me hace conectar desde el corazón. Hubiera querido llegar más lejos, contar más cosas, pero el lenguaje televisivo me marcaba unos tiempos limitados para una obra tan inabarcable. 

- Un recuerdo cómplice de su grabación para los turolenses que nos están leyendo.

- Antón se emocionó recordando su infancia en Teruel y el primer piano que su padre compró, hablaba con mucho cariño de la tierra. Mi madre y mi familia materna son de allí así que para darle más ensoñación a esa parte, José Manuel Huerta, el técnico de postproducción maravilloso con el que trabajé, grabó en el estudio el sonido de las cuerdas de un piano y lo incluimos sobre sus palabras como gotitas de agua, como recuerdos nostálgicos de una infancia lejana. Es muy sutil, casi nadie lo nota pero le aporta algo fuerte, yo todavía me emociono cuando lo escucho.