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La cosa es muy simple La cosa es muy simple

La cosa es muy simple

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El jueves se montó lío en las redes sociales por el anuncio del cierre de la mítica librería Los Portadores de Sueños de Zaragoza, algo que ya vivimos en 2015 cuando echó la persiana la inolvidable Negra y Criminal de Barcelona.

Dicen los dueños, Eva Cosculluela y Félix González, que la vaca no da lo suficiente, que no se venden libros como antes y que tener tanto inmovilizado en las estanterías es una ruina caracolera.

Como era de esperar, hubo cientos de miles de comentarios sobre el drama que supone la clausura de un comercio que ha sido vanguardia literaria en Aragón.

Cuando pasan estas cosas, yo siempre pienso lo mismo: si todas las personas que lloran por las esquinas fueran clientes de esa librería -o de tal o de cual negocio que va a cerrar- las cosas serían diferentes y no se llegaría a la situación que ahora vivimos.

Y así las cosas, no estaría mal que todos (yo el primero) hiciéramos examen de conciencia sobre nuestro modelo de consumo y hacia dónde queremos ir.

La librería, la zapatería del barrio o la frutería de debajo de casa no viven del aire. Viven de vender producto y lo que estamos haciendo es darles la espalda.

A veces somos tan idiotas que acabamos comprando en Amazon para ahorrarnos dos cochinos euros y alardeamos de nuestro buen ojo para descubrir las gangas, olvidando que con nuestra ‘pericia’ ayudamos a que el comercio de proximidad se vaya al garete, y con ello todo el empleo que genera.

Si queremos tener una librería a la vuelta de la esquina; si queremos que  nuestros pueblos y ciudades no se mueran; si defendemos lo nuestro por encima de todo lo demás, no queda otra que tener en cuenta a todos esos negocios.

Y dicho lo cual, que cada uno haga lo que quiera, faltaría más. Pero evitemos que se nos llene la boca de lamentos por el cierre de una librería como Los Portadores de Sueños y acto seguido entremos en Amazon a comprar una novela. Seamos consecuentes. Si queremos cosas aquí, tendremos que consumir aquí. Así de simple.