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Javier Pérez y Ramón Navarro,  Socios de Honor de la Asociación de San Julián: “Si no estuviera la asociación, no tendríamos ni la mitad de cosas que tiene San Julián” Javier Pérez y Ramón Navarro,  Socios de Honor de la Asociación de San Julián: “Si no estuviera la asociación, no tendríamos ni la mitad de cosas que tiene San Julián”
José Ramón Navarro (i.) y Francisco Javier Pérez (d.), socios de honor de San Julián

Javier Pérez y Ramón Navarro, Socios de Honor de la Asociación de San Julián: “Si no estuviera la asociación, no tendríamos ni la mitad de cosas que tiene San Julián”

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Francisco Javier Pérez Esteban y José Ramón Navarro Dobón han sido reconocidos este año como socios de honor de la Asociación de Vecinos de San Julián. Son los encargados todos los años de la hoguera de San Antón y de asar los embutidos que se reparten entre los vecinos, un ejemplo de participación e implicación altruista en una de las asociaciones más participativas y activas de la ciudad.

- ¿Ha sido una sorpresa este reconocimiento, verdad?

Javier Pérez .- Sí, la verdad es que yo no me lo esperaba, ha sido una sorpresa muy agradable.

Ramón Navarro .- A mí, lo mismo, me han traído engañado y hemos entrado como los toros al trapo, pero estamos muy contentos de que se nos reconozca una cosa que hacemos sin ánimo de nada, pero que lo hacemos por el barrio.

- ¿Por qué colaboran?, que aquí nadie obliga.

R.N.- Porque nos gusta y lo pasamos bien.

J. P.- Sí, porque al final la hoguera es un momento en el que nos juntamos para pasarlo bien todos, y yo siempre lo he dicho, que ese día es el que más falta hace y con lo poquito que podemos hacer por el barrio ahí es donde se empuja para que esto vaya para adelante.

- ¿Cómo llevan ser los asadores oficiales de San Antón?

J. P.-  Aquí cada uno tiene ya su misión en la hoguera, uno prepara fuego y el otro le da vuelta a los chorizos.

- Además llevan ya bastante tiempo haciéndolo, ¿no es así?

R. N.- Pues ya llevamos varios años seguidos, ocho o diez seguramente, o más quizás. Yo antes estaba en la asociación y desde que empecé, pero vamos, son bastantes.

- ¿Qué supone una asociación con la de San Julián, que además es un modelo de referencia en la ciudad?

J. P.- Pues entiendo que por el barrio, aunque aquí siempre se critican muchas cosas, si no estuviera la asociación, la verdad es que no tendríamos ni la mitad de lo que realmente tenemos si nos ponemos a mirar lo que se ha conseguido y mejorado.

- ¿Hace falta que la gente se involucre más?

J. P.- Sí, lo que pasa es que yo por mi trabajo y mi tiempo creo que al final puedo aportar poco, pero todo lo que se pueda aportar al barrio sin ánimo de lucro lo hago porque quiero y porque vivo en este barrio, siempre es importante participar.

- ¿Siempre han residido en el barrio?

R. N.- Yo desde que me casé, sí, llevo unos treinta años viviendo aquí. Nací en el Arrabal y me vino bien meternos aquí y siempre nos ha ido bien quedarnos aquí.

- ¿Ha cambiado mucho el barrio?

R. N.- Bastante, desde que empezó la asociación mucho, y el ascensor le ha dado una vida a este barrio importante, y ahora con lo del asilo se nota.

- Es casi el Centro Histórico.

R. N.- Sin casi, sin casi, porque es el Centro total con el ascensor.

- Con la hoguera, después de tantos años siendo los encargados, me imagino que tendrán muchas anécdotas.

R.N.- Tampoco ha pasado nunca nada distinto.

J.P.- En principio lo único que ha cambiado un poco ha sido la ubicación y que cada año intentamos quemarnos menos.

- ¿Lo han conseguido?

J.P.- Sí, hemos aprendido, se ha tenido también más experiencia con los medievales cuando se empezaron a poner los petos, las caretas y los guantes para altas temperaturas. Eso ha facilitado muchísimo la labor. Te forras y entonces la aproximación al fuego es mucho mejor, y al principio pasábamos mucho calor y cada vez pasamos menos.

- ¿Qué temperaturas se alcanzan?

J.P.- Cuando te acercas la hoguera estaremos a 1.200 grados tranquilamente.

- ¿Están mucho tiempo?

J.P.- No, es acercarte, coger brasas y te separas toda la distancia que quieres.

- Con el asilo habrá un nuevo espacio para hacer la hoguera, será regresarla al sitio de siempre.

R.N.- Sí, lo que pasa es que quizás luego echemos de menos el local que tenemos ahora, porque ahora estamos muy bien donde lo hacemos, lo que pasa es que después en el asilo va a ser muy emblemático porque va a ser además un sitio preparado ya para eso y estaremos más dentro del barrio.

- Antes se lo he preguntado a Javier, pero un su caso Ramón, ¿para qué cree que ha de servir una asociación de vecinos, ya que une pero también sirve para reivindicar?

R.N.- Una asociación de vecinos es fundamental para hacer crecer el barrio.

J.P.- Es que sin querer, las pequeñas ideas de todos aportan cosas, y al final esto es una tormenta de ideas donde siempre sale alguna cosa, y luego hay gente que sabe impulsarla, como es el caso de Pepe Polo, que consigue llevarla al final. Tenemos el caso del ascensor. 

- ¿Qué hace diferente esta asociación de otras que hay en la ciudad?

R.N.- Para mí creo que es la más activa de todas las que hay en Teruel, aunque también creo que es por la persona que está al frente de ella, y luego por el equipo que ha formado porque ha cogido a gente que le gusta trabajar por el barrio, que se deja las horicas aquí. 

J.P.- El Arrabal también tiene una buena asociación porque impulsan cosas y nos copiamos unos a otros consiguiendo al final una unión de más fuerza.