Los turolenses no queremos rendirnos ante las adversidades que nos llegan dictadas desde arriba. Pero como cualquier batalla, esta también desgasta. Cuando sacamos a relucir en cualquier conversación los problemas que amenazan nuestra supervivencia, es tangible una sensación de hartazgo e incluso de derrota.
Sin embargo, no son pocas las veces que hemos aprovechado lo más positivo de vivir aquí. Por eso esta semana han sido noticia algunas pequeñas cosas en la capital que me han hecho sonreír satisfecha porque, siendo pequeñas, contribuyen a darle proyección a nuestra existencia.
Que se haya puesto el nombre de Javier Sierra a un parque de la ciudad no es cosa baladí. Javier lleva orgulloso su origen turolense allí por donde va, y una vez más las redes sociales se han hecho eco de que, en Teruel, uno puede ser profeta en su tierra.
Ya está todo preparado para la celebración de las Bodas de Isabel, nuestra fiesta más internacional y turística. Es estupendo saber que los pregoneros de este año serán los miembros del grupo musical Lurte, porque han sabido vender mejor que nadie esta recreación por todo el país. Me consta que tienen fans en muchos lugares lejanos, que estarán deseando venir a verlos.
Y por último, es más que reseñable la inauguración en el parque de Los Botánicos de la escultura AMA, promovida por la Fundación Térvalis como proyecto colaborativo e integrador. En mi opinión es una escultura muy bonita, con un mensaje que nos define a la perfección. Estoy convencida de que pronto será un símbolo de nuestra ciudad.
Estas pequeñas iniciativas son parte fundamental para el desarrollo turístico y sostenible de Teruel. Es necesario que seamos positivos, que nos creamos de verdad que Teruel vale la pena y por eso está de moda. Yo me sumo a la última acción, surgida esta vez en Internet, que dice que "Teruel es un sitio cojonudo para vivir". Que se entere todo el mundo.