Síguenos
Miguel Ángel Royo Bordonada, médico en el Instituto de Salud Carlos III: “La forma de producir alimentos afecta a nuestra salud y a la del planeta” Miguel Ángel Royo Bordonada, médico en el Instituto de Salud Carlos III: “La forma de producir alimentos afecta a nuestra salud y a la del planeta”
Miguel Ángel Royo, el pasado jueves en el campus de Teruel

Miguel Ángel Royo Bordonada, médico en el Instituto de Salud Carlos III: “La forma de producir alimentos afecta a nuestra salud y a la del planeta”

banner click 244 banner 244

Medicus Mundi ha organizado un curso de Salud y Desarrollo en colaboración con la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza y financiado por Cooperación Española del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El curso continúa los días 8 y 9 de abril en la sala de conferencias, del Colegio Mayor Universitario Pablo Serrano de Teruel. En la charla de este jueves intervino Miguel Ángel Royo Bordonada, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y jefe de estudios de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, que habló sobre el sistema alimentario global como determinante de la salud de la Tierra y sus habitantes. Natural de Moyuela (Zaragoza), conoce bien la provincia de Teruel.

-Su intervención en el curso de Salud y Desarrollo se centra en la alimentación. ¿Qué es lo que aborda?

-La forma de producir y consumir alimentos afecta a nuestra salud y a la del planeta.  La alimentación de 7.700 millones de personas, que en el año 2050 serán 10.000 millones, supone el primer elemento de degración ambiental del planeta, por delante incluso del transporte, porque hay una superpoblación. Las estimaciones que se hacen de aquí al año 2050 nos indican que si seguimos  alimentándonos como lo hacemos esto va a ser insostenible. Particularmente, es problemático el alto consumo de carne, que ha aumentado muchísimo en los últimos 50 años y sigue una progresión ascendente. Dentro de lo que son los gases de efecto invernadero producidos por el sistema de producción alimentaria dos tercios se debe al proceso de producción de la carne. La mayor parte de la tierra que utilizamos es para cultivar alimento para los animales que sirven para producir carne. Para hacer que ese sistema sea sostenible habría que reducir drásticamente el consumo de carne, sobre todo de rumiantes (oveja, ternera) y carne roja en general y aumentar el consumo de proteina vegetal.

-¿En qué zonas es más importante el consumo de carne?

-El consumo de carne está asociado con la mayor capacidad económica, en los países más ricos es mayor que en los pobres. En algunos países del África subsahariana donde no hay gran diversidad de alimentos, el consumo de carne de ganadería local es fundamental para mantener una nutrición adecuada mientras se desarrolla una oferta alimentaria más diversa.

-¿Habría que fomentar el cultivo de legumbres?

-Hay que fomentar el consumo de alimentos de proteina vegetal, legumbres y frutos secos y la PAC tendría que desviar los subsidios que van a la producción de carne a la de estos productos más sostenibles. La introducción de legumbres y fuentes de proteina vegetal de otras culturas como la soja, el tofu o la quinoa no es necesaria porque en la mayoría de las culturas tradicionales hay fuentes vegetales de proteinas. La nuestra fundamentalmente es la legumbre y los frutos secos, que son productos locales que están en nuestra tradición culinaria y por tanto lo más razonable y sensato es aprovechar esas tradiciones. Eso no quiere decir que no se pueda incorporar esos productos en áreas áridas o semiáridas donde es más complicado disponer de fuentes de proteina vegetal en cantidad suficiente. 

-¿Habría que incidir en el medio rural para que cultivaran estas legumbres en vez del dedicarlo a la alimentación de los animales que luego se van a sacrificar para el consumo humano?

-Por su puesto, esta es la idea. Hay que hacer ese cambio a todos los niveles. También hay que fomentar la producción de cercanía, el producto de proximidad. Otro elemento que genera el efecto gases de invernadero es el hecho de que estemos productos que no son de nuestra cultura y o no son de temporada, que los traemos en avión desde otros lugares, que se congelan y se transportan a los mercados. Todo eso supone un consumo y derroche de energía innecesarios. Tenemos que consumir producto local, de cercanía y de nuestra tradición culinaria.

-¿Se está incidiendo menos en mostrar este problema que en otros como la utilización de energía producida por materias fósiles?

-Las estimaciones indican que hay que aproximarse al la emisión cero de gases de efecto invernadero. En 2050 tenemos que haber reducido mucho esto. La agricultura y la producción de alimentos tiene otros problemas que es el abuso del nitrógeno como abonos, que son necesarios y hay que seguir utilizándolos para mejorar la eficiencia de la producción y la sostenibilidad. No podemos permitirnos acabar con ecosistemas y talar árboles para convertir tierras a la agricultura. Estamos al límite de la extensión de tierra en el planeta que podemos dedicar al cultivo. Tenemos que ser más eficientes, porque ahora se está sobre utilizando los abonos nitrogenados en los países ricos, lo que genera contaminación y al mismo tiempo en los países más pobres del sur no se está utilizando suficiente abono, por lo cual la producción es menor de lo que debería ser. Todo esto hay que ajustarlo.

-¿Qué relación tiene con Medicus Mundi?

-Soy representante de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria en la Alianza por una Alimentación saludable,  de la que forma parte Medicus Mundi, entre otras organizaciones.