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La geología, al servicio del desarrollo: Cuando los pliegues del paisaje se convierten en un recurso turístico y cultural de primer orden La geología, al servicio del desarrollo: Cuando los pliegues del paisaje se convierten en un recurso turístico y cultural de primer orden
Visita guiada al Parque de Aliaga dentro de Geolodía. Geología de Teruel/IET

La geología, al servicio del desarrollo: Cuando los pliegues del paisaje se convierten en un recurso turístico y cultural de primer orden

Una publicación del IET propone una serie de rutas por Teruel basadas en la riqueza geológica y paleontológica
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Como afirma el catedrático Joaquín Sabaté, “en la identidad del territorio está su alternativa”, y la provincia de Teruel, si tiene algo, es paisaje y relieve, un espacio virgen en su mayoría debido precisamente a la despoblación que puede ser, y ya lo es en cierto modo, un importante recurso de desarrollo a través del turismo. Una publicación del Instituto de Estudios Turolenses (IET), Geología de Teruel, propone por primera vez una serie de rutas geológicas de interés didáctico y turístico por la provincia.

En total son 18 rutas las que se proponen repartidas por cuatro áreas geológicas y paleontológicas de la provincia, si bien, como afirman quienes las plantean,  son solo unas pocas de las que se podrían detallar debido a la riqueza geológica de las comarcas turolenses.

Estas 18 rutas son, no obstante, las que abarcan “aspectos de fácil comprensión al estar apoyadas por instalaciones previstas para la interpretación de la geología y que se recomiendan en función de los intereses del potencial visitante”, afirman los autores de Geología de Teruel, un volumen coordinado por los geólogos Luis Alcalá, José Pedro Calvo y José Luis Simón.

Están englobadas en cuatro grandes áreas y permiten recorrer distintos municipios de la provincia atendiendo por un lado  al paisaje y por otro a los recursos paleontológicos que albergan, en muchos casos debidamente señalizados y con paneles de interpretación que ayudan a comprender esos pliegues que hacen del territorio un rasgo diferencial y por tanto de identidad.

Las cuatro zonas en las que se agrupan esas rutas son la Geología de la Sierra de Albarracín, el Geoparque del Maestrazgo, los Dinosaurios de Teruel y la Cuenca Neógena de Teruel. El libro que acaba de publicar el IET incluye un mapa con estas rutas geológicas y lugares de interés didáctico y turístico que se reproduce en la página siguiente.

Varios de ellos son lugares que están siendo explotados como un recurso turístico desde hace tiempo, como el propio Geoparque del Maestrazgo mientras que otros, como sucede con el trabajo ingente que se está haciendo en el municipio de El Castellar con los afloramientos de icnitas de dinosaurio, son de reciente incorporación, pero están atrayendo ya numerosos visitantes los fines de semana.

Identidad y territorio

Con razón, la semana pasada cuando la Casa de Aragón en Madrid celebró unas jornadas para hablar sobre despoblación, a una de las personas que citaron para participar como ponente fue el director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Luis Alcalá. Y es que la paleontología, y por extensión la geología, se han convertido en un recurso propio de la provincia que está atrayendo numerosos visitantes con Dinópolis, pero que puede dar mucho más de sí reorientando después a esos turistas a que visiten el territorio y se adentren en las comarcas para disfrutar de la riqueza geológica de una provincia cuyos pliegues y montañas son un libro abierto en Ciencias de la Tierra, es decir, en la historia de la evolución de nuestro planeta.

También fue pionera la provincia de Teruel en 2005 de una actividad, Geolodía, que ahora se hace en toda España después de que la implantase en todas las provincias la Sociedad Geológica de España y la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (Aepect). La próxima cita será en la segunda semana de mayo, en el caso de Teruel en los Puertos de Beceite. El libro del IET reúne también todas las guías de campo que se han hecho en estos años en las jornadas turolenses del Geolodía.

Entre las rutas de fácil comprensión geológica que proponen Alcalá, Calvo y Simón se encuentran las que discurren por la Sierra de Albarracín, donde plantean seis recorridos. El primero de ellos por el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, a 15 kilómetros de Albarracín y que comprende también los municipios de Bezas y Gea de Albarracín. Como elementos de interés se destacan los rasgos estratigráficos del Buntsandstein en facies germánica y las formaciones de areniscas, todo cubierto por coníferas. Desde 1998 cuenta con el Centro de Interpretación de Dornaque, contando el parque con una red de 8 senderos que dan acceso a miradores, muchos de ellos con paneles interpretativos.

El Mirador de la plaza de Albarracín es otro de los puntos que plantea el libro tomando como elemento de interés los materiales de la edad jurásica, junto con la visita al satélite de Dinópolis Mar Nummus y un recorrido por el municipio para disfrutar del revoco de las viviendas hecho con yesos de la zona y que le dan ese tono rosado.

Frías de Albarracín, también con las formaciones del Jurásico con que cuenta y con varios miradores con paneles interpretativos es otra de las rutas planteadas, al igual que las de las Dolinas de Villar del Cobo, y el Cerro de la ermita del Tremedal, desde cuyo cerro es posible divisar una amplia panorámica de la zona con sierras y parameras mesozoicas. Por último, dentro de esta área geográfica se propone la ruta de Sierra Menera, bien señalizada desde Ojos Negros y que permite acceder a las zonas de explotación minera y escombreras creadas desde el siglo XVII hasta 1980.

Geoparque y dinosaurios

Otras rutas que plantea la publicación son las del Geoparque del Maestrazgo con cuatro recorridos concretos: los yacimientos de icnitas de dinosaurio en Galve, con los afloramientos acondicionados de Las Cerradicas y Corrales del Pelejón, el satélite de Dinópolis y la exposición de la colección de José María Herrero; el Parque Geológico de Aliaga, con 11 puntos de interés geológico situados en el entorno de esta población y que permite conocer formaciones cretácicas marinas, además de estructuras tectónicas provocadas por la orogenia alpina, cabalgamientos geológicos o discordancias; los Karst de Molinos con las Grutas de Cristal; y los troncos fósiles de El Barranquillo en Castellote, unido al yacimiento de icnitas de Abenfigo y el satélite de Dinópolis en Castellote y el Monumento Natural del Puente de la Fonseca.

La tercera ruta que plantea es la de los Dinosaurios de Teruel, que permite conocer yacimientos de icnitas de la denominada carretera de los dinosaurios (The Dinosaur Track Road in Teruel): los yacimientos de icnitas en Galve, los de Ababuj y los de El Castellar con todos los recursos que se han puesto en marcha en este municipio para disfrutar de estos gigantes, así como los afloramientos de la Formación Villar del Arzobispo en Riodeva, incluido el centro satélite de Dinópolis.

Por último, se propone una cuarta ruta con cuatro recorridos por la Cuenca Neógena de Teruel: la serie tipo del Turoliense con el parque de las Arcillas y paseos por Los Mansuetos; los murales paleontológicos de Concud realizados por los vecinos de la localidad y que son un museo al aire libre sobre la artesanía de cerámica, además de permitir conocer las faunas que habitaron Teruel en el pasado; la Rambla de Barrachina para conocer sucesiones estratigráficas de sedimentos de origen fluvial; y el Cerro del Castillo de Alfambra, que domina el municipio y permite contemplar una panorámica del relleno neógeno de la cuenca de Teruel, según destacan los autores del libro.