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Guillermo Fatás, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza: “El currículum aragonés, como casi todos, ha dejado muy de lado la Historia” Guillermo Fatás, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza: “El currículum aragonés, como casi todos, ha dejado muy de lado la Historia”
Guillermo Fatás, en el teatro de Alcañiz, donde fue clausurada la Universidad de la Experiencia 2019/20

Guillermo Fatás, catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza: “El currículum aragonés, como casi todos, ha dejado muy de lado la Historia”

Insta a escapar de la “patología identitaria” en una charla en Alcañiz sobre los escudos de Aragón y España
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El curso 2019/20 de la Universidad de la Experiencia en Alcañiz concluyó con una conferencia sobre El escudo de Aragón y el escudo de España a cargo del catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza Guillermo Fatás. El miembro de la Real Academia de la Historia reivindicó que la heráldica, y sobre todo la historia, se estudien más en la escuela e instó a huir de la “patología identitaria” que agudizan los nacionalismos.

-Su charla sobre heráldica es muy socorrida en la Universidad de la Experiencia.

-Es una charla política porque la heráldica es una invención medieval para identificar sujetos y después colectividades de toda especie, y acaba obteniendo una significación tan importante que no la hemos abandonado. Aragón empieza a necesitar unos sistemas y códigos de identificación y eso lleva en el siglo XV a construir un escudo rarísimo. El escudo de Castilla es muy sencillo: un castillo, y el de León es un León, y el de Granada es una granada, y el de Asturias es una cruz, y el de Galicia es un cáliz, pero el de Aragón es una cosa muy complicada con cuatro partes y una corona abierta. Que ahora ha pasado a sumarse con otro símbolo distinto que es el señal del rey (la cuatribarrada) y los tenemos juntos en la bandera y escudo de la Comunidad Autónoma, que se han afianzado con el Estado de las Autonomías. 

-¿Qué aporta Aragón al escudo nacional?

-Están las cuatro barras que son el señal del rey de Aragón, que es un símbolo adoptado también por nuestros primos catalanes, valencianos y baleares, pero que además está en otros puntos del Mediterráneo como Sicilia. Todo esto, si se sabe leer, transmite mensajes que en estos tiempos nuestros de discusión de la personalidad institucional, de las autonomías, de las regiones, de las nacionalidades y de las nacionalidades históricas en un problema que aparentemente no está bien resuelto en España, pueden dar ideas a la gente de dónde han venido las cosas. La heráldica se estudia poco en la escuela. El currículum aragonés ha dejado muy de lado la parte histórica, como casi todos en España. 

-¿Qué ha ocurrido con la cuatribarrada? Da la sensación de que Cataluña se ha apropiado totalmente de ella. 

-Esa necesidad de identidad los nacionalismos la agudizan y la convierten en mórbida, o morbosa. Llega a haber una patología identitaria, de la cual yo creo que los aragoneses debemos huir aunque aquí también ha tenido rebrotes recientes, precisamente por imitación o por reacción. La cuatribarrada, es decir, los palos de gules, es el señal del soberano común en la Edad Media de todos los territorios hispanos que hoy usan la cuatribarrada porque acaban tomando el elemento de la jefatura del Estado. Acaban usándolo como emblema del Reino o del Estado respectivo: Reino en caso de Baleares, Valencia y Aragón; Estado en el caso de Cataluña a la que no se sabe muy bien cómo nombrar y por eso se le llama Principado. 

- Tiene que pasar algo gordo para que cambie un escudo.

- Sí (ríe), pero no son inamovibles. El escudo nacional es bastante moderno, de primeros del siglo XIX. El primero que usa algo que se parece al actual escudo nacional es José I Bonaparte, el rey intruso, en plena guerra de Independencia. Construye un esquema que se parece muchísimo al del escudo nacional actual, que va siendo adoptado a partir de las Cortes de Cádiz. Le hemos cambiado la corona, real o mural        –cuando hay República– pero hemos cambiado mucho menos de lo que pensamos. No somos gente tan revolucionaria. Los símbolos tienden a perpetuarse si hay un soporte social. Y el escudo de Aragón, que tiene ya en su forma actual 500 años, tiene elementos bastante más antiguos. Pero los aragoneses llevamos medio milenio, que se dice pronto, usando un emblema territorial y eso merece un respeto.

-Las cuatro cabezas de moro, ¿no son políticamente incorrectas en estos tiempos?

-En heráldica, el tecnicismo “cabeza de moro” quiere decir “cabeza de negro”, y además no es cabeza cortada, igual que si yo pongo un busto de don Joaquín Costa no es la cabeza cortada de Joaquín Costa. Y lo que figura allí es una victoria sobre cuatro supuestos caudillos musulmanes que perdieron la Batalla de Alcoraz, que fue a finales del siglo XI pero ese emblema es del XIII. Todo esto se puede explicar para que valoremos mejor los elementos de nuestro escudo.

- Hace poco Alcañiz representó la Concordia.

-Es muy importante que la ciudad recuerde esas aportaciones suyas a la historia porque el resto de aragoneses miramos aquí cuando se celebran esas cosas, y volvemos a querer a Alcañiz, como le hemos querido siempre pero más.