Síguenos
Raúl Rodrigo, autor del libro Mi receta contra el acoso escolar: Raúl Rodrigo, autor del libro Mi receta contra el acoso escolar:
Raúl Rodrigo

Raúl Rodrigo, autor del libro Mi receta contra el acoso escolar: "Hay que decir a quien sufre acoso que no está solo y que cuente lo que pasa"

El escritor, natural de Burbáguena, reside en Zaragoza
banner click 244 banner 244

Raúl Rodrigo, nació en Burbáguena y estudió en el IES de Calamocha donde sufrió bullying, ahora reside en Zaragoza y, tras varios años impartiendo charlas sobre este tema, ha publicado el libro Mi receta contra el acoso escolar. 

-¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

-Surge como resultado de las charlas que vengo dando en centros educativos desde hace tres años para contar mi experiencia a los chavales y tratar de dar esperanza a quien lo estuviera sufriendo y remover conciencias entre el resto de los compañeros. Decidí dar un paso más y escribir el libro con el objetivo de tener una mayor difusión y poder llegar a más gente.

-¿Cómo ha abordado este tema?

-Sobre todo me importa transmitir esperanza y herramientas de empoderamiento para cuando un chaval esté sufriendo acoso escolar y también herramientas para remover conciencias al resto y hacerles que tomen partido y posición. El libro está pensado fundamentalmente para quien esté sufriendo acoso escolar. Está narrado para un adolescente pero en el libro busco un recurso y digo: “Ahora levanto la mirada y miro hacia las últimas filas”. Hago un símil, como cuando estoy dando charlas  y en las últimas filas están los profesores o los padres. Hay mensajes que son para los padres o para los profesores. 

-Cuando aparece el acoso escolar, cuesta que quien lo sufre lo cuente. ¿Cómo se puede cambiar esto? 

-Es una de las cosas que más cuesta. En primer lugar, ser muy pesados y decirles: hay que contarlo, hay que contarlo... Transmitirles la idea de que no están solos, que aunque al principio pueda parecer que va a ser algo duro y que puede hasta serlo -las cosas hay que hablarlas con franqueza, a los chavales no hay que engañarles-, pero que no van a estar solos, vamos a estar acompañándoles los adultos, los padres, los profesores, todas las instituciones que haga falta. Cuando alguien decide contarlo y empezar a remediar el asunto, vamos a acompañarle en ese camino. Y también los compañeros porque afortunadamente ahora los chavales están supersensibilizados.

-¿Qué le parecen los programas de compañeros ayudantes donde participan los alumnos ?

-A mí me gustan mucho. Me parecen muy esperanzadores. Me alegra ver la implicación que hay tan grande de los profesores y que hayan conseguido con éxito transmitirles a los chavales esta necesidad porque están implicadísimos. Han hecho un cambio de chip total y están muy sensibilizados con este asunto.

-¿Se aborda el ciberacoso en el libro?

-En el libro de esto hablo poco porque hablo desde mi experiencia y mi reflexión posterior. En el tema de las redes sociales no tengo algo adicional que aportar porque en mi vivencia no lo sufrí. Pero tengo una opinión como todo el mundo. Es algo que me preocupa porque las redes sociales pueden hacer el monstruo mucho más grande. Lo que recomendaría es muchísimo cuidado y mucha privacidad y si en una época de la vida tienes que renunciar a tenerlas, lo primero es tu salud emocional. Entiendo que para un adolescente es difícil hacerle entender esto pero es fundamental.

-¿Cómo fue su proceso de superación?

-En el libro hablo de mi historia. No es lo que más me importa dentro del libro pero, obviamente, la cuento porque es necesario, forma parte de todo el relato y es lo que hace luego creíble los mensajes de supervivencia. No hablo tanto de mi experiencia para dar las claves de lo que funciona, porque yo salí de la situación de acoso escolar por inercia, no porque hiciera las cosas bien. Por ejemplo, no pedí ayuda y ahora me doy cuenta de que tenía que haberla pedido. Sí cuento las cosas que a mí me sirvieron que fueron la determinación académica, que me ayudó a seguir adelante, a tener muy claro un objetivo. Se puede transformar en pasión por un deporte, por la danza, el sueño de una profesión... puede ser un punto donde agarrarse. Por otra parte, tuve algo que me gusta mucho contar. Tuve la suerte de poder construirme un mundo paralelo a ese, fue un grupo de amigos que pude hacer en mi pueblo de veraneantes que venían solo los fines de semana y el verano y me sirvieron para recuperar mi autoestima, para sentirme querido y entender que no era yo el que estaba fallando y que podía ser tal cual era. Esa fortaleza me fue permitiendo volver al instituto con otra seguridad. 

-¿Qué consejos da en el libro?

-A quien sufre acoso le tenemos que decir que no dé por hecho que la gente lo sabe, que si no lo cuenta nadie lo sabe, ni siquiera sus padres y eso es un error en que caemos todos. Tiene que pedir ayuda, que no sienta que va a estar solo que le vamos a acompañar. A los compañeros, les digo que tengan cuidado con las complicidades, no tomar partido muchas veces también es tomar partido. Hay un tipo de acoso que es muy dañino y doloroso que es el aislamiento y la soledad. También me parece fundamental que, si alguien está sufriendo acoso, que deje de buscar los porqués, es un error porque nos responsabilizamos a nosotros mismos y no lo somos. A los padres, muy atentos a los cambios de comportamiento de los niños o de los adolescentes porque lo más normal es que no pidan ayuda pero manifestarán que no están bien