Once años de prisión para cuatro personas por tráfico de drogas

La Audiencia Provincial de Teruel condenó ayer a un total de 11 años de prisión a cuatro personas por delitos contra la salud pública por tráfico de drogas, si bien a una de ellas lo hizo en concepto de cómplice. Además, uno de ellos deberá pagar también una multa de 1.440 euros por otro delito contra la fauna.

Todos los acusados reconocieron la autoría de los delitos y alcanzaron un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, por lo que la vista no llegó a celebrarse y se dictó sentencia en el acto.

Los hechos juzgados ocurrieron en el año 2018 cuando tres de los condenados fueron detenidos por tráfico de drogas tras las intervenciones telefónicas realizadas por la Guardia Civil. Durante los registros domiciliarios que hicieron los agentes, a uno de ellos le encontraron decenas de trofeos de caza, además de intervenirle una garduña, un animal que está catalogado como de interés especial por la DGA en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón, cuya caza, captura y tenencia está prohibida por ley.

A cada uno de los tres condenados como autores de un delito contra la salud pública se les impuso una pena de 3 años de prisión, mientras que la mujer, en concepto de cómplice, fue condenada a dos años de cárcel.

Al que le encontraron trofeos de caza consistentes en cabezas y cráneos de corzos, ciervos, rebecos y cabra montés, además de otros ejemplares como una garduña y una perdiz blanca, se le impuso también una multa de 1.440 euros y la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar por tiempo de dos años. Según recoge la sentencia, hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia del Gobierno de Aragón (TSJA), el Servicio Provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de Teruel incoó procedimiento administrativo sancionador a esta persona por una infracción de la Ley de Caza de Aragón.

Los tres condenados por delitos contra la salud pública eran también consumidores y distribuían la droga al menudeo. En los registros se encontró cocaína y marihuana además de útiles para preparar las dosis para su venta, junto con distintas cantidades de dinero.

Uno de los condenados adquiría las sustancias en el Jiloca, principalmente en Calamocha y Monreal, para lo cual aprovechaba sus desplazamientos como transportista, y posteriormente las vendía en Teruel al menudeo. En las intervenciones telefónicas se pudo comprobar que previamente concertaba con sus clientes la cantidad que necesitaban, la cobraba por adelantado y después se la traía. Se quedaba diez euros por gramo y pequeñas cantidades de cocaína para su propio consumo. Su pareja, también condenada como cómplice, contactaba telefónicamente en ocasiones con los suministradores.

Las otras dos personas condenadas también se dedicaban a suministrar droga al transportista, según recoge la sentencia hecha pública ayer por el TSJA, a la vez que se dedicaban a la venta al menudeo de cocaína; en el caso del que le encontraron trofeos de caza en su casa, lo hacía sobre todo en el entorno de sus amistades relacionadas con la afición a la caza. La cocaína la vendían al precio de 50 euros el gramo y las transacciones las realizaban en las inmediaciones de sus domicilios o en el entorno de un supermercado.