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José Costa, esquilador: José Costa, esquilador:
José Costa esquila una oveja en una explotación oscense. Diario de Teruel

José Costa, esquilador: "En Uruguay trabajan 25 personas en una cuadrilla de 8 esquiladores; hay escuela"

Un grupo de 250 expertos charrúas salvan la campaña en España con un salvoconducto especial por el Covid-19
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Desde Rincón de Valentín, un pueblo uruguayo del departamento de Salto, ha acabado llegando José Costa a Aragón como cada primavera para esquilar ovejas. Lo ha hecho junto a 250 compatriotas repartidos por asociaciones –como Oviaragón– y empresas de ovino de toda España que les han fletado un vuelo charter. Se trata de cuadrilleros vocacionales que llegan para salvar la temporada gracias a un salvoconducto gubernamental especial por el que no tuvieron que pasar la cuarentena nada más llegar al país. Este profesional de 33 años lleva media vida en el oficio, trabajando a destajo y reivindicando un oficio que le permite ganar más de 120 euros diarios. 
-¿Cuántos esquiladores han llegado de Uruguay y en cuántos grupos están repartidos?
-Vinimos sobre 250 en un vuelo chárter fletado por varias asociaciones y empresas de ovino de España. Yo ahora estoy en el Pirineo aragonés.
-¿Tiene previsto llegar a Teruel próximamente?
-Allá por el 10 de junio andaremos por Teruel, sí. He estado desde hace dos años. Teníamos la casa en la ciudad y de ahí salíamos a las distintas explotaciones.
-¿Durante cuánto tiempo estarán por España esquilando ovejas?
-Dos meses y 20 días, ya que está previsto regresar el 29 de julio con el trabajo terminado. 
-¿Cuánto puede usted llegar a ganar en un día?
-Aproximadamente entre 100 y 120 euros le queda a uno en la mano a diario. Está bien. Yo soy cuadrillero y gano un poco más. Gano por cada oveja esquilada entre 0,73 euros la oveja pelada y 0,90 la merina. 
-¿Cuánto tiempo le lleva esquilar un animal?
-Entre un minuto y medio y dos minutos, en función de si es pelada o merina. Tenemos experiencia. El promedio diario con la oveja que tiene menos lana está en 200 al día, mientras que la oveja merina es de 130. 
-¿Tienen alguna técnica especial? 
-La oveja merina tienes que arrancar poniendo la mano de otra manera para sacar la panza, porque tiene lana entre las piernas, en el garreo y en la papada. La pelada no tiene todo eso, por lo que la acuestas y el proceso es mucho más rápido. A cada oveja que te toca le buscas la técnica específica.
-Acabarán reventados.
-Es cansador, sí, pero uno se acostumbra. 
-Además de hacer la campaña en España, ¿visita algún otro país durante el año?
-Por lo normal, llegamos de España en julio y a la semana salimos a esquilar en Uruguay hasta noviembre o diciembre. Entre medio hay oportunidades para ir a Chile, y también hay uruguayos en Estados Unidos y en Argentina. En mi caso, vengo por tres meses a España y después ya esquilo en Uruguay, no salgo para Chile como otros compañeros. Es una forma de vida, uno se acostumbra porque lo que uno elige es vivir de eso, y te gusta. Te tiene que gustar para poder vivir de ello.
-¿Cómo empezó?
-Empecé en Uruguay hace unos cuantos años atrás. Es tradición en la campaña (así llaman allí a la zona rural) que la juventud se arranque como a los 16 o 17 años. Allá las cuadrillas son más grandes: tenemos acercadores de oveja que nos la traen al tablero, hay barredores, personas que acondicionan la lana, está la prensa, los fardos… En una cuadrilla de ocho esquiladores en Uruguay andan unas 25 personas trabajando. Hay una manufactura que arranca de abajo hasta llegar al esquilador. Puedes hacer la escuela entera. 
-¿Cómo son los pueblos en Uruguay?
-Son incluso más pequeños que aquí. Por lo normal hay más campo, más hectáreas. Somos pocos en población, pero la extensión es grande.
-¿Por qué es tan necesaria su labor?
-Es importante por todo: bienestar del animal, productividad... En España el calor es muy fuerte. Si no la esquilas, la oveja puede agarrar tipo sarna. La lana pierde calidad y acaba afectando a la carne. 
-¿Son distintas las ovejas uruguayas a las de Aragón?
-Sí. En Uruguay hay merinas australiano y rambouillet, pero también ideal, corriedale, texel, merlín, romney… La merina de Uruguay no es como la de España, tiene la papada mucho más grande. Tiene mucha más arruga y eso dificulta la tarea. 
-¿Cómo ha sido el protocolo para que ustedes pudieran llegar a España sin pasar la cuarentena?
-En Uruguay hicimos los exámenes que se requiere para esto. Tuvimos que ir al médico y entre gobiernos ya sabían que veníamos libres de todo.
-¿Cómo evoluciona allí la pandemia? ¿Las medidas de confinamiento fueron tan estrictas?
-Cuando vinimos, allá por el 10 de mayo, había 275 casos y entre 15 y 20 personas habían fallecido. Las medidas de confinamiento no eran tan estrictas. En Uruguay nunca hubo una cuarentena obligatoria porque cerró la frontera y no entraba ni salía nadie. Todo lo que salía era hacia el país de origen. No hubo invasiones, por así decirlo.
-¿Les ha sorprendido el estado de alarma español?
-No me sorprendió porque venía sabiendo que esto iba a pasar. También en Uruguay teníamos que andar con mascarillas, guantes y cosas así por el bien de uno y de su familia