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Las urgencias en el Obispo Polanco caen un 65% en el mes de abril respecto al año pasado Las urgencias en el Obispo Polanco caen un 65% en el mes de abril respecto al año pasado
Personal sanitario en el servicio de Urgencias del Hospital Obispo Polanco. Isabel Muñoz

Las urgencias en el Obispo Polanco caen un 65% en el mes de abril respecto al año pasado

En los dos últimos meses se ha visto a menos pacientes pero más complejos
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El miedo al contagio y la reducción de actividad social y sanitaria por el confinamiento ha disminuido la frecuentación de las urgencias hospitalarias en los últimos dos meses en Aragón por la pandemia de coronavirus. El Hospital Obispo Polanco de Teruel llegó a atender un tercio de los pacientes habituales, aunque esto no ha significado menos trabajo ya que ha habido que reorganizar toda la actividad y los enfermos que llegaban eran más complejos y requerían más tiempo. 
El jefe del servicio de Urgencias del centro sanitario de la capital, Fernando Galve, explica que la situación ha sido igual en todos los hospitales y que los momentos donde más se redujo la demanda fue la segunda quincena de marzo y la primera de abril, coincidiendo con el pico de la epidemia. En este mes de mayo, se está notando ya una paulatina vuelta a la actividad previa al inicio de la crisis, se van reduciendo los pacientes Covid y van aumentando el resto de patologías.
El pasado mes de abril se atendieron 1.022 urgencias en el Obispo Polanco, frente a las 2.935 del mismo mes de 2019, lo que supone un descenso del 65%. Así, la media diaria de asistencias bajó de casi un centenar a 34. La misma tendencia, aunque más atenuada, se produjo en el mes de marzo. La primera mitad del mes fue ordinaria pero con el inicio del confinamiento se produjo una fuerte caída de la demanda de patologías ordinarias que coincidió con el inicio de las urgencias por coronavirus. El número total de asistencias en marzo fue de 1.750, un 40% menos que en el mismo periodo del año anterior cuando se registraron 2.961. Las urgencias diarias pasaron de 99 a 58.
El doctor Galve indica que hay varios factores que explican esta tendencia. Por un lado, “el miedo de la sociedad a contagiarse” que ha llevado a la reducción, entre otras, del 90% de aquellas patologías menores que realmente no requieren el uso de estos servicios y que habitualmente son entre un 20% y un 30% del total de atenciones.  
También han bajado un 90% las urgencias pediátricas, los padres no han querido llevar a sus hijos al hospital por ese temor al virus.
Pero, además de este recelo por acudir a los centros sanitarios, la reducción de las urgencias muestra la propia paralización que en este periodo se ha producido en la sociedad. Al disminuir el movimiento de la población se han reducido los accidentes y los traumatismos. Las urgencias traumatológicas suponen del 20% al 30% del total.
Asimismo, como se disminuyeron consultas y visitas ordinarias sanitarias, esto redundó en un menor número de derivaciones.
“Desgraciadamente, se han reducido otras patologías que no se deberían haber reducido, procesos típicos de urgencias como son los infartos y las descompensaciones cardiacas y el Código Ictus, seguramente motivadas por miedo al contagio en aquellos casos menos graves, han bajado un 40%”, reconoce el jefe de Urgencias del Obispo Polanco.
Las urgencias obstétricas, como es lógico, se han mantenido.

Más trabajo
Fernando Galve asegura que, a pesar de este destacado descenso de la demanda, la actividad en Urgencias no ha descendido, incluso se ha intensificado. “Ha bajado el número de urgencias pero nosotros hemos tenido el mismo trabajo o más. Ha habido que hacer los circuitos nuevos, reorganizarlo todo y cada paciente costaba un montón de tiempo”, destaca Galve que afirma que desde el primer momento “se hicieron muy bien las cosas”. El jefe del servicio valora la implicación de todo el equipo y también resalta que sus compañeros de suministros “ha hecho un esfuerzo tremendo” para poder dotarles de material de protección, y que tuvieran “lo mínimo, lo básico, lo imprescindible”.
La supervisora de Urgencias, Aurora Andrés, explica que al principio se tardaba más en la colocación de los equipos de protección y que, además, tras cada paciente había que hacer la limpieza de la zona en la que había estado. Los enfermos no se podían mover de la zona en la que se les atendía y en el pico de la pandemia venían muy graves.
Precisamente, la comparativa de los datos de estos tres meses con los dos años anteriores, refleja un mayor porcentaje de pacientes que, tras su paso por Urgencias, tuvieron que ser hospitalizados. Tanto en 2018 como en 2019, este porcentaje se situó en el 14% del total de atenciones realizadas en esta unidad. En cambio, en marzo de este año se pasó al 21% y en abril se duplico la cifra respecto al año anterior, con un 28%.
Por otro lado, la presión de Urgencias, es decir, el porcentaje de ingresos en el hospital que se hacen a través de este servicio, también se ha incrementado. En este caso, la cifra refleja que disminuyó la actividad global del hospital (para poder centrarse en dar respuesta a la Covid-19) pero que en Urgencias se mantuvo la asistencia. El abril de 2019, de cada 100 pacientes ingresados en el Obispo Polanco, 68 lo hicieron a través de Urgencias, en cambio, el abril de este año fueron 79.