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2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Paco Gómez: 2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Paco Gómez:
Paco Gómez es un apasionado de los ensogados y también de otros festejos y tradiciones, cuyas fotos le gusta coleccionar

2020. LA VAQUILLA QUE NO FUE. Paco Gómez: "Nunca me he perdido una Vaquilla"

"Ser de la Soga y Baga para mí es más importante que ser concejal e incluso alcalde"
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A Paco Gómez no se le escapa de su cámara fotográfica un solo acto de la Vaquilla y de las Fiestas del Ángel. Las vive con intensidad, de forma presencial y en el recuerdo, puesto que dedica buena parte de su tiempo el resto del año a coleccionar, estudiar y conocer más sobre esta y otras tradiciones y fiestas populares de la ciudad. No ha faltado a la cita festiva de este mes ni una sola Vaquilla, y cuenta que incluso cuando su padre estuvo enfermo se escapó a ver alguno de los toros ensogados, su verdadera pasión. Por eso acaba por emocionarse cuando se le pregunta cómo vivirá este año los días de las fiestas al no celebrarse. “Estaré dándole vueltas  a la cabeza en cada momento”, confiesa. 
-¿Qué es el toro para usted?
-No sabría cómo definirlo, pero para mí es algo diferente, me emociona, me gusta. No sé, después de las cosas habituales del trabajo y de la vida familiar, pues para mí es una de las cosas que más me gusta de siempre y me distrae. Bueno, hay ratos buenos, hay ratos malos, pero vamos para mí es algo muy bueno, no sabría cómo calificarlo.
-Hay muchos festejos en torno al toro, y toros de cuerda también hay muchos, ¿los ensogados de Teruel son los mejores de todos?
-A ver si me entiendes, para mí sí, pero he visto por ahí festejos en múltiples localidades de España y cada uno en su estilo merecen la pena, son buenos y me gustan, la verdad, igual que otros que no. Pero casi todos los que he visto en algún congreso y en sitios a los que he ido me han gustado. Nosotros (el toro) lo llevamos a defender al vaquillero, al corredor, y en otros sitios van con la cuerda por delante, pero todos los estilos tienen su interés. En Chiva, por ejemplo, hay un ambiente enorme.
-¿Cuándo quiso usted ser de la Soga y Baga?
-Creo que soy desde 1979 o por ahí, me parece recordar.
-Sí, pero ese es el momento en el que entra. Me refiero a cuándo le surge esa pasión, esa vocación. ¿Siendo niño ya lo deseaba?
-Sí, sí, ya me gustaba mucho.  Cuando era chiquitico mis padres me llevaban vestido de vaquillero como les habrá pasado a otros. Desde un balcón, de un familiar de mi padre, veíamos los toros de soga en la plaza del Torico y luego los desfiles de las peñas. Siempre intentaba en el Círculo Mercantil estar hablando con el tío Murria. Entré con veintisiete años.
-¿Y qué supuso para usted poder entrar a formar parte de la Soga y Baga, qué sintió en aquel momento en el que pasó a ser uno de los sogueros que llevan el toro.
-Yo siempre he dicho que ser de la Soga y Baga para mí es más importante que ser concejal del Ayuntamiento o incluso alcalde, para mí es una cosa que siempre me ha gustado y siempre me ha satisfecho mucho. A veces se ha pasado miedo, porque con los animales también pasas ratos malos.
-¿Recuerda algún momento especialmente malo de esos que me dice ahora?
-Sí, en la plaza del Torico hubo un toro que se me vino encima y me dio en la parte derecha de las costillas. Cornadas de toros no tengo, pero golpes bastantes. Aquel me hizo una marca que la llevé bastante tiempo pero no llegó a penetrarme, aunque me marcó el pitón, y el dedo del pie también me rompió del trompazo.
-¿Y el momento más gratificante que haya vivido con los toros ensogados?
-Hombre, pues hay muchos, como el haber estado de responsable de la Soga y Baga durante nueve años, que eso lo viví muy intensamente. Ahora, me costó unos años el llevar el toro el primero.
-Usted es también un coleccionista, no solo de la Vaquilla sino de todos los festejos. ¿De dónde le viene esa afición?
-Pues hombre, es que siempre me ha gustado el tema de guardar cosas antiguas y todo eso, igual que las fotografías. Con las fotos empecé en blanco y negro y me entró la afición, allá por los años setenta, y poco a poco me fui aficionando más. Y por lo demás es que siempre me ha gustado la historia de Teruel y de la Vaquilla. Cuando me entero de algún material fotográfico que existe, hago todo lo posible por conseguirlo.
-¿Cuántas fotos tendrá guardas?, además de otro tipo de documentos.
-No las he contado. Tenía 104 álbumes en papel, si no recuerdo mal. Y ahora en los archivos, como está todo digitalizado, no lo he contado todavía, pero un día se me estropeó el disco duro y salieron sobre 115.000 fotos.
-Vamos, eso es toda una memoria gráfica de las fiestas.
-Sí, sí, sin contar los otros 104 álbumes en papel. A la página web he mandado fotos de las mías y luego también de Cantín, porque creo que Fidel se merece también estar ahí en ese tema.
-Usted también se ha dedicado a recuperar tradiciones, ¿qué le animaba a hacerlo?
-Pues que es muy bonito y eso hay que mantenerlo por encima de todo. Una cosa que también de alguna forma me gusta, y que ahora se ha convertido en una tradición, son por ejemplo las judías que se hacen después del toro de soga de la mañana, que es una cosa que nos une a todos los sogueros.