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F.J.B.

Que nadie se alarme… Que no cunda el pánico… Queda mucho por decidir y el Teruel tan solo está a tres puntos de sus rivales directos, a tres del éxito, a tres de esa gloria que significaría mantener la categoría y volver a jugar al año que viene en la mejor segunda B del campeonato. ¡Solo hace falta creer, leche! Solo eso. Todos. De entrada porque hay jugadores con una calidad técnica contrastada y hay un entrenador con un concepto de juego valiente al que no se debe renunciar. Y de salida porque hay una directiva que está apostando sin fisuras por un grupo humano bien cohesionado y unido que sin duda va a responder. Creo firmemente en ello.

¿Razones? Haberlas haylas como las meigas. Solo hay que echar un vistazo a la clasificación para darse cuenta de que aquí nadie ata perros con longanizas, que la mitad de la tabla está en los 27 puntos y que en un par de descuidos te hundes en el descenso sin remisión. Así que estamos todos en la lucha cuerpo a cuerpo. Y la lucha son los 40 puntos que es la cifra en la que probablemente ande la salvación. Y ya llevamos la mitad. Dirá el agorero que el vaso está medio vacío porque no se ha vencido al Badalona este domingo o no se hizo lo propio con el Valencia el sábado anterior. Sirva como antídoto al cenizo un hecho incuestionable. Quedan nada menos que 48 puntos en juego, de los cuales 24 se van a disputar sobre el césped de Pinilla. ¿Hay tiempo y razones para creer? Claro que las hay. Y no hablo de una creencia dogmática y una fe inquebrantable en un ser supremo que obrará el milagro de la salvación. Ni mucho menos. Hablo de la acepción que el diccionario concede a la palabra creer cuando se tienen los pies sobre la tierra: Tener confianza en una persona. Así que solo hace falta confiar en este magnífico grupo de jugadores que tienen el tiempo suficiente para ganar, para sumar y para superar un reto que nunca se dijo fuera fácil. A los demás nos queda echar una mano en el campo con un par de ovaciones de salida y quizá escribir un artículo como este para que la ilusión no se frene. ¿Quedaría bien en el texto una voz de ánimo? Claro que sí, leche. ¡Aupa Teruel!