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Cella, tierra de scooters

Hugo Herrero, en la imagen, saltando unas escaleras en Cella, fue uno de los primeros en tener scooter en la localidad

Los chavales cuentan con el respaldo de sus padres -de hecho una de las madres fue la que editó el vídeo para la práctica de este deporte y también les apoyan en la petición que han hecho al consistorio.

Los scooters –unos monopatines ligeros y con piezas móviles que permiten hacer acrobacias colonizaron Cella hace algo más de un año y ahora conviven en sus calles con coches y peatones. Más de 30 chavales practican este deporte que consiste en saltar escaleras, surfear por rampas y hacer trucos, como ellos lo llaman. Necesitan una pista para practicar, un skatepark, y se lo pidieron al Ayuntamiento demostrando con patinetes que los obstáculos que hay en el pueblo se les quedan ya pequeños. Lo hicieron en un vídeo que pronto se convirtió en viral entre los vecinos de la propia localidad. A la corporación le llegó el mensaje y respondió rápidamente y de la misma forma. A través de Facebook les dijeron que estaban analizando la petición ya desde el verano, cuando los mismos chavales realizaron otra campaña en redes sociales reivindicando las pistas con imágenes.

En una reunión que la corporación municipal tuvo el pasado miércoles se decidió dar luz verde al proyecto demandado por la juventud local. El skatepark se construirá previsiblemente este mismo año porque, como apunta el alcalde, Joaquín Clemente, se van a poner manos a la obra de inmediato. Lo primero será conocer qué necesidades tienen los críos ya que, según indica el primer edil, hacer un skatepark no es como construir una pista de baloncesto, que tiene unas medidas reglamentarias. "Nos reuniremos con ellos para saber qué zonas de acrobacias desean y a partir de ahí se planteará".

En Cella hay varios lugares donde podría construirse el skatepark y el alcalde argumenta al respecto que se estudiarán las diversas opciones para ver si hay alguna más económica. En este sentido, Clemente precisa que hay una pista de baloncesto en desuso junto a la urbanización Parque de la Vega que podría transformarse en pista de acrobacias.

"Hemos mirado y los precios rondan entre los 300 y los 350 euros por metro cuadrado de pista, pero si tenemos parte de la urbanización hecha el coste podría ser algo inferior, dijo.

El alcalde comenta que por el tipo de población sería conveniente hacer una pista de entre 300 y 400 metros y especifica que aunque lo óptimo es construirla de hormigón, estudiarán también la alternancia con madera, que es más barata.

El regalo estrella de Navidad

Los chavales cuentan con el respaldo de sus padres -de hecho una de las madres fue la que editó el vídeo para la práctica de este deporte y también les apoyan en la petición que han hecho al consistorio. Consideran que así los críos correrán menos riesgos de atropello y no molestarán a los vecinos, según explica Tere Esteban, una de las madres.

Uno de los pioneros en practicar el skate en Cella es su hijo Hugo Herrero. Aprende de los vídeos que encuentra en YouTube y ahora comparte su afición con casi 40 chavales de Cella. La mayoría tienen entre 10 y 12 años, aunque hay algunos más pequeños de incluso siete años que también se han sumado a la moda, porque el scooter fue el regalo estrella de las últimas navidades en la localidad.

Hugo Herrero indica que el skatepark será beneficioso para ellos porque podrán practicar mejor y evitar que les pille un coche, pero también para la gente del pueblo: "Ahora molestamos", reconoce.

Patines de línea, bicis BMX para saltar y sobre todo scooter. Esos son los aparatos que utilizan los chavales de Cella para practicar los saltos y trucos. "Nos hemos saltado todos los bordillos y escaleras del pueblo", dice Iván Cebollada, que tiene diez años. Reconoce que el skate tiene sus riesgos y aunque se protegen con cascos, rodilleras y coderas, tiene el cuerpo lleno de moratones. Y no es el único. Miguel Pascual estrenó su patín el 24 de diciembre y el 25 tuvo que recibir cinco puntos de sutura tras una caída. Pero no le ha cogido miedo y tras un mes y medio practicando ya ha aprendido a dar la vuelta en el aire al patín.

El vídeo con el que reclamaban la pista no es el único que han grabado los aficionados, que suelen plasmar sus saltos e incluso hacen tutoriales para que otros copien sus hazañas. Todos ellos son autodidactas y, como explica Hugo Herrero, aprenden mediante las grabaciones: "Las ponemos en pausa y vamos probando", describe.

Autor:M. Cruz Aguilar Teruel