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La siderurgia hizo que la pobre cordillera ibérica tuviera un siglo XVIII floreciente

Mapa con las explotaciones mineras y fábricas de siderurgia tradicional en el sur de la cordillera Ibérica, parte de lo que hoy se denomina celtiberia

La tesis doctoral del historiador, Emilio Benedicto, revela que el hierro y la siderurgia hizo que la deprimida sur cordillera Ibérica tuviera un siglo XVIII muy floreciente.

La tesis doctoral del historiador, Emilio Benedicto, revela que el hierro y la siderurgia hizo que la deprimida sur cordillera Ibérica tuviera un siglo XVIII muy floreciente. En el triángulo de la Serranía de Albarracín, Cuenca y Guadalajara se contabilizaron hasta 48 fábricas de fundición que daban empleo a 1.500 personas. La tesis doctoral de Emilio Benedicto que defendió a mediados del pasado mes de enero se titula "Sierra Menera y la siderurgia tradicional en la cordillera Ibérica, siglos XV-XIX". Esta tesis culmina un largo proyecto de investigación, 12 años, centrado en el estudio de la minería férrica y su repercusión en el desarrollo económico y social de las comarcas montañosas de la Ibérica.

El historiador y miembro del Centro de Estudios del Jiloca, Emilio Benedicto, señaló que su tesis "Sierra Menera y la siderurgia tradicional en la cordillera ibérica, siglos XV-XIX es un estudio del aprovechamiento minero del hierro que se fundía en pequeñas fábricas hidráulicas. Se funde el hierro en el territorio y se vende el hierro fundido hasta que llega el modelo capitalista que hace desaparecer el modelo tradicional que había en la cordillera Ibérica, donde todo el proceso íntegro se hacía en la zona", reseñó.

Emilio Benedicto en su estudio de investigación ha llegado a contabilizar hasta 48 fábricas de fundición de hierro repartidas entre las serranías de Albarracín, Molina de Aragón y Cuenca. Ello se debe, explicó, a la existencia de abundante carbón vegetal que se hacía en este área boscosa. "La fundición se hace con carbón vegetal. Se tenía que emplear más carbón vegetal que mineral de hierro. Se extrae el mineral de hierro. Se transporta a las fábricas. Se fundía y se distribuía elaborado. Con ello se generaba trabajo en la zona. Unas 1.500 personas trabajaban gracias al hierro y lo que conlleva. El máximo auge de la siderurgia tradicional en esta zona sur de la cordillera Ibérica fue el siglo XVIII".

El historiador e investigador calamochino precisó que el 60 por ciento eran carboneros y que un 20 por ciento arrieros de los puestos de trabajo que se crearon en torno a la siderurgia. "El siglo XVIII fue floreciente en estas zonas del sur de la cordillera Ibérica donde la agricultura era muy limitada y que se limitaba desde marzo a agosto, por lo que se tenía que buscar otros complementos a la agricultura".

Emilio Benedicto reseñó que las fábricas siderúrgicas de la cordillera Ibérica eran de las más productivas en España en el siglo XVIII y aplicó las últimas tecnologías con el sistema del método directo, que se diferencia del indirecto que emplearon los altos hornos obteniendo una mayor rentabilidad. "En las localidades que tenían ferrerías en funcionamiento, esta relación era tan estrecha que podían crear cierta dependencia. Las actividades directas e indirectas vinculadas al trabajo del hierro generaban a mediados del siglo XVIII más de la mitad de la riqueza de estos municipios, llegando incluso a rondar o superar el 70 por ciento en localidades como Corduente o Huélamo. Una ferrería de mediano tamaño daba trabajo eventual todos los años a 100-150 operarios, extendiendo su influencia por un radio de 15 kilómetros, afectando a todas las localidades cercanas. La mayor parte del trabajo estaba relacionado con el abastecimiento de las materias primas y energía, el carboneo en los montes y la arriería".

9 fábricas

De las 48 fábricas de fundición contabilizadas por el investigador Emilio Benedicto en la cordillera Ibérica 9 eran de la provincia de Teruel y que estaban en Gea de Albarracín, Torres de Albarracín, Tormón, Teruel capital, Santa Croche, El Vallecillo, Valacloche, Linares de Mora, Ojos Negros, Utrillas y Orihuela del Tremedal. "El foco principal está en el Alto Tajo con unas fábricas que se movían con la energía hidráulica. La primera fábrica siderúrgica se instala en Checa en 1453 y la última que cerró fue en 1884 en Peralejos de las Truchas (Guadalajara)".

El historiador y autor del estudio sobre la siderurgia entre los siglos XV y XIX reseñó que la decadencia se inició a finales del mismo siglo XVIII con la aparición de unas fábricas de fundición más modernas en Andalucía, Asturias y el País Vasco, que producían un hierro más barato por el que no podía competir con el que se producía en la cordillera Ibérica. "Empieza a decaer por falta de rentabilidad. Se cierran las fábricas, las minas y en 1900 aparece Sierra Menera, que compra las concesiones mineras. Las dinámicas del desarrollo capitalista tuvieron muy buena acogida entre los políticos liberales españoles. Las leyes mineras de 1849, 1859 y 1868 facilitaron el desmantelamiento de la industria siderúrgica tradicional española y su sustitución por empresas mineras dedicadas a la extracción de mineral y su exportación ".

Emilio Benedicto añadió que en 1871 hubo un intento de actividad ya capitalista por una firma inglesa en Tormón pero fracasa a los pocos años y fue Sierra Menera en 1900 cuando compra las concesiones mineras en Setiles, Ojos Negros y Almohaja. Empieza la explotación minera pero ya no se fabrica. Se exporta el hierro desde Sagunto. El sistema de explotación de Sierra Menera es ya capitalista, El planteamiento de la Compañía Minera de Sierra Menera, fundada en el año 1900, fue diferente, construyendo un ferrocarril privado de 204 km. para enlazar las minas y el puerto de Sagunto, donde el mineral se introducía en grandes barcos y se enviaba a Inglaterra y otros países del centro de Europa. Con esta empresa se impuso definitivamente la minería férrica capitalista en el sur de la cordillera Ibérica".

Tras el floreciente siglo XVIII en la cordillera sur Ibérica, celtiberia, en el siglo XIX se hunde la industria tradicional, también la textil, y consecuentemente la demografía, por lo que surgió políticamente el carlismo, explicó el doctor en historiay miembro del CEJ, Emilio Benedicto. "El carlismo surgió como movimiento anticapitalista".

Cemex compra la concesión minera de hierro en Almohaja

La empresa cementera Cemex ha comprado la concesión minera para la explotación de hierro en Almohaja. En esta localidad, próxima al yacimiento de Sierra Menera en Ojos Negros se explotó el mineral de hierro hasta hace medio siglo. El clínker es una pieza clave en el proceso de la elaboración del cemento.

El?Boletín Oficial de Aragón recogía el pasado año el anuncio de la Dirección General de Energía y Minas sobre el otorgamiento de la concesión de explotación Fernando para mineral de hierro sobre una superficie de 4 cuadriculas mineras en el término de Almohaja a favor de Plácido Úbeda López, que tiene la cementera El Molino en Santa Eulalia del Campo.

En este año, la concesión de la explotación para mineral de hierro en Almohaja se ha vendido a la empresa cementera Cemex, según confirmó la propia compañía.

La empresa multinacional Cemex, que tiene el cambio de dominio de la explotación minera, no adelantó si tiene algún proyecto para la cantera minera de hierro en Almohaja.

En España, Cemex es el productor líder de cemento. Sus 6 plantas cementeras, 72 plantas de concreto y 13 centros de distribución y terminales marítimas dan servicio a las regiones central, Cataluña, Aragón y Levante, además de las Islas Baleares. En Aragón la empresa Cemex tiene una planta de producción de cemento en Morata del Jalón, Zaragoza.

El pasado año, la empresa Circonita inició los primeros trabajos para extraer el mineral de hierro en Sierra Menera, Ojos Negros. Los primeros trabajos consistieron en acondicionar los caminos de acceso a la zona más alta de la montaña para sacar el mineral, que tendrá como principal destino las cementeras. Con esta iniciativa en Ojos Negros se volvió a la actividad minera, pero muy reducida en Sierra Menera, cuyas minas se cerraron hace 30 años.

La empresa Circonita reconocía a mediados del pasado año que existía poca demanda de cemento en el mercado y a la vez mucha oferta proveniente del exterior.

Autor:Pedro Pérez Boned / Teruel