Síguenos

José Miguel Abril se rebela contra una sociedad que da la espalda al ser humano

Pintura que alude al campo de concentración de Dachau

Este fin de semana ha sido un buen momento para inaugurar Extraña devoción, una retrospectiva artística del escultor y pintor alcañizano José Miguel Abril que podrá verse hasta el 10 de abril en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de la capital del Bajo Aragón.

Este fin de semana ha sido un buen momento para inaugurar Extraña devoción, una retrospectiva artística del escultor y pintor alcañizano José Miguel Abril que podrá verse hasta el 10 de abril en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de la capital del Bajo Aragón.

Y no precisamente por la exaltación que genera la Semana Santa por estas fechas, como podría deducirse por el título de la muestra, sino porque ha entrado en vigor el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para canjear vidas humanas a cambio de financiación y la agilización de los trámites para que los otomanos sean admitidos en la UE. Dos niñas, de uno y dos años de edad, se convirtieron el domingo en las primeras víctimas mortales desde que el acuerdo entró en vigor al caerse al mar desde un bote neumático en el que viajaban 40 refugiados cerca de Rodas (Grecia). Pero en realidad cualquier día del año podría haber sido apropiado para inaugurar Extraña devoción, porque a día de hoy se mantienen activos doce grandes conflictos bélicos en el mundo, y más de 30 conflictos menores que siguen causando miles de muertos todos los años. Algunos se remontan a los años 40 del siglo pasado, y la inmensa mayoría tienen su origen en problemas religiosos o económicos.

Y es que Extraña devoción es un grito lacerante y dolorido de José Miguel Abril, contra un mundo que repite los errores cometidos tras las dos guerras mundiales, sobre una sociedad que viola repetidamente los derechos humanos, como las expulsiones colectivas de solicitantes de refugio, las guerras fomentadas por intereses económicos o el resurgir de los mismos errores que han llevado o han estado a punto de llevar al exterminio de pueblos enteros por parte de otros.

Para José Miguel Abril los ideales de paz, unión y libertad no significan nada para los gobiernos, y analiza en su obra y desde su ámbito, el artístico, el por qué hemos llegado a esta situación.

Para el artista alcañizano "a los gobiernos de las principales potencias mundiales se les llena la boca de convenciones sobre los derechos humanos, sobre la mujer, sobre los refugiados, sobre la paz, sobre el racismo... pero estas instituciones no solo tiene la obligación de crear las leyes, también han de cumplirlas, para que podamos ver nacer una primera generación que no tenga que sufrir la tragedia que decenas de millones de personas la han padecido en los últimos 80 años"

"Los estados parece que no tienen un interés especial por proteger a las masas de personas amenazadas por la violencia generalizada o por los conflictos internos, unos gobiernos que tienen la responsabilidad de actuar y proteger ante aquellos que sufren y que tienen que huir ante ataques masivos contra los derechos humanos", añade José Miguel Abril.

Con esta exposición a modo de gran retrospectiva, se acerca al público el trabajo de un pintor y escultor que trata de expresar su visión de una sociedad, que parece que vive una guerra silenciosa e imposible, pero que cada día sus gritos se alzan más fuertes en sus obras.

Como resultado, el trabajo de Abril que puede verse en el Consistorio alcañizano refleja el dolor de la injusticia y del sufrimiento. Son obras no figurativas que trasladan al espectador una sensación de frustración, de desesperanza, de violencia y desasosiego. Ni el caparazón más sólido es capaz de escapar a la crítica de Abril indemne. Referencias concretas a campos de concentración como el de Mauthausen o el de Dachau, a los conflictos de Palestina o a la guerra de Vietnam, y alusiones generales a la muerte, el cautiverio, la tortura y el dolor, conforman todo un museo de los horrores con los que nos hemos acostumbrado a convivir.

La exposición ha sido organizada por el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Alcañiz, que pretende poner de manifiesto la importancia de la obra de los artistas locales. "Es importante que se conozca el arte que se realiza de nuestro territorio", aseguró el Concejal de Cultura de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan, durante la inauguración de la muestra que tuvo lugar este pasado viernes.

La retrospectiva podrá verse en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Alcañiz hasta el 10 de abril. Puede visitarse de martes a viernes de 19 a 21 horas y los domingos y festivos de 12 a 14 horas. Durante la Semana Santa, entre hoy y el próximo sábado, las puertas del recinto estarán abiertas entre las 19 y las 21 horas.

Comprometido con el hombre

José Miguel Abril es un escultor y pintor nacido en 1974 en Alcañiz que encuentra en el hombre y en su compromiso con él uno de sus principales inspiradores.

El dominio de la materia se hace latente en sus esculturas, en las que la piedra, el alabastro, la terracota, la madera y el bronce se ponen al servicio de su capacidad expresiva. Sus figuras parecen modeladas con las manos y mantienen un lenguaje formal único y singular.

Su obra gira de un modo constante en torno al hombre como lugar en el cual reside la memoria, y que sufre la constante transformación vital. Su obra busca siempre la máxima expresividad, lo que le ha llevado a investigar a través de las formas figurativas y geométricas mezclando sensaciones de misterio, realismo, abstracción y cierto primitivismo.

José Miguel Abril es el autor de La espiga que da la bienvenida a quienes visitan Alcañiz, y tiene obra propia en museos y galerías de Nueva York, Berlín, París, La Haya, Madrid o Barcelona. Su mayor desafío artístico en la actualidad tiene mucho que ver con el hombre y la paz, ya que se trata de la escultura de Nelson Mandela que ofreció al Ayuntamiento de Madrid para que la colocara en una plaza del barrio de Lavapiés con el nombre del líder sudafricano.

Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel