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¡QUE NO PARE LA FIESTA!

Jugadores, técnicos y aficionados celebran el último punto que supuso la victoria en el tercer partido de la final por el título de campeón de Superliga logrado ayer enLos Planos.

¡Que siga la fiesta! El CAI Voleibol Teruel dio un paso de gigante ayer en Los Planos para conseguir auparse como campeón de la superliga tras imponerse al Unicaja Almería por un severo 3-0 en el tercero de los encuentros de la final.

¡Que siga la fiesta! El CAI Voleibol Teruel dio un paso de gigante ayer en Los Planos para conseguir auparse como campeón de la superliga tras imponerse al Unicaja Almería por un severo 3-0 en el tercero de los encuentros de la final.

El de ayer fue un partido vibrante en un pabellón que recordaba al de las grandes tardes de voleibol en Teruel.

Los pupilos de Miguel Rivera supieron mantener la tensión del juego durante las casi dos horas que duró el encuentro, superando en constancia a los andaluces, que si bien jugaron a un nivel superlativo, no pudieron mantenerlo a lo largo de todo el encuentro. Y a este nuevo CAI no se le pueden dejar fisuras a la vista.

Los Planos fue un festival en el que, de nuevo, la conexión entre la pista y el graderío logró encoger, aunque solo fuera unos milímetros, los brazos de los rivales almerienses. La afición naranja volvió a ser el jugador extra que tanto temen los rivales que visitan Teruel.

Ni siquiera los casi veinte puntos de Hage lograron enturbiar la actuación de los turolenses, que supieron quebrar todas las defensas del Unicaja, aunque fuera a golpe de insistencia. Y es que los almerienses se empeñaban en levantar un balón, y otro, y otro más. Y así hasta jugadas de cinco y seis ataques en cada campo. Y los remates, que habrían sido ganadores en cualquier otro partido, ayer se convertían en un ataque contrario. Sin embargo, el Teruel no se amilanó y respondió cada vez con la misma moneda ... pero mejor.

En las tres mangas del partido, al CAI le tocó remontar. Algo impensable hace dos meses. Pero el nuevo CAI es mucho equipo.

El primer set arrancó con un dominio insultante andaluz. Los primeros balones pillaron a los de Rivera frios y parecía que no sabían por dónde le llegaban los golpes de Unicaja, que logró una ventaja de 3 puntos rápidamente (3-6). Pero pronto se puso freno a esa sangría, y los remates de Fran, Vigil y Altayó devolvieron la calma a los locales, que tras el tiempo técnico del 10-12 lograron igualar el set. Sin emabrgo, dos errores naranjas y un remate de Almansa volvieron a abrir la brecha y las dudas.

El CAI no lograba remontar, y Unicaja ampliaba hasta cinco la ventaja. Y así llegaron al 18-23. Y cuando todo parecía perdido, cinco errores casi consecutivos de los verdes y un bloqueo ganador de Fran hacían que el primer set se pintase de naranja (28-26) y que el pabellón se fundiese de pie en un grito unánime de ovación a su equipo.

Antes de ordenar el comienzo del segundo set, el árbitro aprovechó para reprender a Almansa por sus ostentosas apreciaciones sobre el último punto. En la cancha, Rivera repitió sexteto con Altayó, Barcala, Fran, Vigil, Folguera y Bonetti. Y sin quererlo, en la segunda manga se repitió el guión de la primera. El Unicaja se adelantó en el marcador (1-5), y ni el tiempo técnico solicitado por el CAI logró frenar el tsunami verde que logró una diferencia de hasta seis tantos (5-11). Sin embargo, la distribución de Folguera, que cambiaba sus jugadas de un lado a otro y de un compañero a otro, no permitieron al efectivísimo bloqueo andaluz ni un minuto de descanso. Y poco a poco, como un berbiquí, terminó horadando la defensa visitante con puntos de Barcala, Vigil, Bonetti, Altayó o Fran, quien terminó adelantando al CAI en el marcador (20-19).

A Unicaja empezaba a temblarle la mano, y a pesar de que logró mantener el pulso media docena de puntos más, dos errores de Hage y Villena pusieron el 2-0 en el marcador.

El tercer partido parecía encarrilado y el entrenador italiano del Almería abroncaba seriamente a su jugdor Miguel Ángel del Amo.

Con los mismos jugadores en pista por parte de ambas formaciones, el guión de este set cambió y el CAI logró adelantarse en sus primeros compases. El reparto de juego se traducía en reparto de puntos. La férrea defensa andaluza obligaba al CAI a buscar cualquier grieta por donde cruzar el balón. Primero fue el capitá, después Vigil, luego Fran ... y por último Hage, que rompió la racha anotadora del CAI.

Antes de consentir que Teruel siguiese sumando, el técnico italiano tiró de galones (más sabe el diablo por viejo que por diablo) y organizó una sonada bronca a raiz de una decisión arbitral. Y logró su objetivo: sacar, aunque fuera transitoriamente, al CAI del partido y Unicaja se permitió empatar a cuatro.

La bronca entre los dos banquillos se saldó con sendas tarjetas amarillas a los entrenadores. Y ahí quedó todo.

La igualdad se mantuvo varios puntos. Rivera llamó a retreta a sus jugadores y, ya con los guarismos de dos dígitos, Unicaja logró una mínima ventaja que fue ampliando hasta el los cinco puntos (9-14) gracias al trabajo en la red de los centrales. El colocador Folguera insistía en romper el bloqueo con el remate cruzado de Fran, pero la defensa verde supo parar sus lanzamientos hasta en tres ocasiones. Rivera introdujo una variante ofensiva y dio juego a Riecks por el receptor andaluz. La llegada del americano sirvió para descentrar a los de Molducci lo suficiente como para que el CAI sumase algunos puntos más que su rival y devolviera las tablas al marcador (19-19). De nuevo parecía que el final del set se jugaría en el tie break. Con 22-21 en el marcador, Molducci llamó a los suyos. No podía permitirse una derrota. ?Sin embargo, los aciertos de Vigil y Altayó, y otro error de Hage, desataron la euforia naranja y todo el pabellón, en pie, ovacionó a su equipo. Dos partidos a uno.

El CAI tendrá esta tarde la oportunidad de proclamarse campeón de la Superliga ante su público ganando el cuarto partido.

Autor:J.L.R. Teruel