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La romería a San Pedro de la Roqueta une a todo Villarluengo

La romería de San Pedro de la Roqueta ha cambiado de fecha y ahora se celebra el sábado más cercano a San Marcos.

Fieles a la tradición, los vecinos de Villarluengo acudieron el pasado sábado a su cita con la romería a San Pedro de la Roqueta.

Fieles a la tradición, los vecinos de Villarluengo acudieron el pasado sábado a su cita con la romería a San Pedro de la Roqueta. Esta romería se celebraba antiguamente el 28 de abril, festividad de San Marcos, nombre con el que se la conoce popularmente, pero ya hace tiempo que se trasladó al sábado más próximo.

Los actos comienzan el día anterior, cuando se reúnen los cofrades para hacer la subasta de la bandera, la cruz y los báculos. Aunque hubo años que se pagaron altos precios por portar estos símbolos, ahora las pujas son más comedidas. La bandera es lo más cotizado y este año pagaron por ella 150 .

El día de la romería se reúnen en la plaza los vecinos y a las 9 de la mañana las campanas anuncian el comienzo de la romería. Los cofrades salen los primeros, vistiendo capas negras, y en un orden marcado, la bandera primero, los cofrades entrantes, el más mayor, la cruz, el primer báculo y el resto de cofrades, entre los que va el segundo báculo y, para cerrar el grupo, el que porta el báculo de las mujeres, separando a estas de los hombres.

Recorrido de cuatro horas

Durante el recorrido, que tiene una duración de 4 horas aproximadamente, se hacen diversas paradas para rezar, en la fuente el Siscar, en el Peirón de San Pedro, en la ermita de Santa Lucia en el Hostal de la Trucha, en el punto donde se divisa Montesanto, entre otros. También se para a rezar en las cruces que hay durante el recorrido y que marcan el lugar exacto donde, según cuenta la tradición, fallecieron los mozos que fueron a Roma a pedir al Santo que les librase de la pertinaz sequía que asolaba la zona. La romería de aquellos siete mozos dio origen a la tradición y se reza siempre una oración en su memoria.

El recorrido es exigente, con constantes y acentuadas pendientes tanto de bajada como de subida, por ello los cofrades llevan botas de vino para hacer más llevadero el camino. La última parada es en la zona conocida como "El Barranquico", donde se prepara la llegada a la ermita, uno de los momentos más emocionantes del día, recibidos por muchos vecinos que han acudido a la ermita en coche. Después se celebra la misa en honor a San Pedro y la tradicional comida, siendo la cofradía la que provee a todos los asistentes de judías con arroz.

Las judías se cocinan en dos grandes ollas de cobre y se reparten a los romeros en cuentos de cerámica. Este año fueron alrededor de 100 personas las que participaron en la romería, aunque para la comida hubo más de 300. En la ermita hay un salón habilitado para comer si el tiempo impide comer al aire libre en los alrededores.

Cofrades

A las cuatro de la tarde comienza el retorno de la romería a Villarluengo. A la vuelta el momento más esperado por los romeros es la merienda, que se realiza pasado el Hostal de la Trucha, y donde se acostumbra a beber abundante vino, con lo que se crea un ambiente muy festivo. Antes de entrar al pueblo se visita al ermita de San Cristóbal y desde allí, una vez que cae la noche, todos los romeros llevan velas encendidas hasta el pueblo, donde se va primero al cementerio y se reza por los cofrades difuntos. Los cofrades entrantes antiguamente debían ir descalzos a la ermita durante todo el camino de ida. Hoy sólo es obligatorio del pueblo a la fuente del Siscar y del Barranquico a la Ermita, y a la vuelta, de la Ermita al Barranquico y del Tosco a la Iglesia.

Autor:Cristina Mallén / Villarluengo