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José Ángel Biel: “Si hay pacto con el PP, el presidente del PAR debe ir de 2 en la lista de Zaragoza”

El turolense José Ángel Biel dejó la política activa hace ahora un año

Lleva un año retirado de la política, ¿la echa de menos?

- Lleva un año retirado de la política, ¿la echa de menos?

- Un año de silencio es muy recomendable después de tantos años de vida política activa. El silencio es como el caldo de pollo, no hace daño a nadie.

Además, un año sabático resulta útil para ordenar las experiencias personales y mejorar la perspectiva en el campo de la política, dado el complejo y atípico panorama que nos rodea.

- ¿Tiene intención de volver a la política?

- No pretendo molestar a nadie, pero considero que ha llegado el momento de volver, pero a la "política pasiva". Por supuesto pretendo seguir en la situación de "renovado", aunque solo sea para demostrar que alguna renovación se hizo en el PAR: el presidente.

Pero mi tiempo de silencio se ha terminado: o hablo o escribo mis memorias, con todos los riesgos que eso implica, para mí y para los demás.

No obstante, creo que algo puedo aportar a la política desde mi experiencia personal, mi libertad para opinar y mi compromiso de no competir con nadie.

- ¿Cómo valora la actual situación política?

- Creo que, a diferencia de la Transición, buena parte de la situación tiene como causa la no aceptación de dos premisas esenciales para entender la política: que ésta consiste en el "arte" de llegar a acuerdos en beneficio de la mayoría y que no se debe hacer de la política una cuestión personal.

Basta ver el panorama político actual para constatar la incapacidad e incompetencia de los políticos para pactar y la prevalencia de lo subjetivo sobre lo objetivo.

Y así nos va. Con fobias personales, que no dejan de ser patológicas y filias, que solo sirven para crear montones de desagradecidos, avanzaremos poco en la solución de los problemas que padece España.

- ¿Qué parte de culpa corresponde a los partidos?

- Al parecer, los partidos políticos solo se ocupan de los medios de comunicación, incluidas las encuestas de voto, y de interpretar, según su exclusivo interés partidista, la voluntad de los electores. Y lo cierto es que cuando ningún partido obtiene la mayoría absoluta, como ha sucedido ahora, la expresión de la voluntad de los electores no puede interpretarse de manera parcial o partidaria, sino que es la resultante de la suma de cada una de las partes.

- Concrete un poco más...

- Quiero decir que lo que los ciudadanos manifestaron el 20-D y volverán a reiterar el 26-J, es un mandato a todos los partidos para que, dejando al margen fobias y filias más o menos personales o ideológicas, hagan lo necesario para ponerse de acuerdo en lo esencial: resolver los problemas del mayor número posible de españoles y españolas y no solo de una parte de la sociedad. En mi opinión, lo que hoy necesita España son gobiernos reformistas y de amplia base social. Gobiernos con los que la inmensa mayoría de los españoles,de izquierda, derecha y centro, se encuentren cómodos y sin temor a aventuras arriesgadas.

- ¿Qué condiciones deben reunir los gobiernos?

- Esos gobiernos pueden ser de coalición más o menos estrecha o concertados con la oposición, pero en ningún caso deben ser representativos en exclusiva de las derechas o de las izquierdas, a modo de media España contra la otra media.

Y deberán permanecer el tiempo necesario para llevar a cabo las reformas que los nuevos tiempos y la nueva sociedad precisan, incluyendo las correspondientes enmiendas a la Constitución del 78, cosa imposible de hacer sin acuerdo del PP y del PSOE.

-Y a su juicio, ¿cuáles han sido las razones de no haber podido constituir un Gobierno?

- Creo sinceramente que el PP, que trabajó muy bien la salida económica de la crisis, erró cuando, con mayoría absoluta de 185 diputados, no propició acuerdos con la oposición y especialmente con el PSOE de Rubalcaba.

Hubieran sido posibles acuerdos en cuestiones como la Constitución, la Educación -Rajoy y Rubalcaba habían sido ministros del ramo-, las pensiones, la financiación de la Sanidad y la Dependencia, incluso las relaciones laborales y, por supuesto, la solución urgente de algunas situaciones sociales graves (que se hubieran podido resolver en parte con algunos kilómetros de AVE menos).

España perdió entonces la oportunidad de que dos hombres de Estado, y no quedan muchos más, se hubieran puesto de acuerdo atendiendo a los mismos principios que, por ejemplo, hicieron posible la Transición. Sí fue posible, sin embargo, pactar el operativo de abdicación del Rey Juan Carlos.

- ¿Y por qué cree que el PP no llegó a acuerdos la pasada Legislatura?

- Desconozco si lo intentó alguna vez. Pero supongo que el PP pensaba entonces que la mayoría absoluta duraría siempre, aunque solo fuera porque el pueblo español entendería el ingente esfuerzo que el Gobierno español estaba haciendo para sacar a España de la crisis e impedir el rescate.

Lo que pasa es que en un sistema democrático la oposición también opina y hace política, contraria siempre al Gobierno salvo acuerdos de Estado.

Y así, de aquellos polvos, como la falta de acuerdos Gobierno-oposición, vinieron los lodos del 20-D: todos contra Rajoy y el PP. Ese frentismo, junto a la falta de liderazgos de cierto fuste, es lo que ha hecho imposible la formación del Gobierno y ha obligado a repetir las elecciones generales.

- Y entonces, ¿qué cree que resultará del 26-J?

- Soy partidario de que lo que salga de las urnas el próximo 26-J tenga como referencia mayoritaria el modelo político de la Constitución del 78 y su artículo primero, de tal modo que los denominados "antisistema", por su propia naturaleza, y los separatistas recalcitrantes, queden democráticamente fuera del juego político de pactos de Gobierno y acuerdos de Legislatura. Al menos mientras se lleven a cabo por los partidos constitucionalistas las reformas que España reclama.

- Entonces, ¿cree necesario un gobierno PP-PSOE?

- En las próximas legislaturas, las necesarias para hacer reformas y enmendar la Constitución, con o sin gobiernos de coalición, serán imprescindibles los acuerdos básicos entre PP y PSOE, ampliables al resto de partidos constitucionales.

Teniendo en cuenta estos parámetros, cualquier gobierno que se forme después del 26-J será necesariamente un gobierno de cambio. Incluido el que pueda formar el PP, dado que éste en ningún caso podrá repetir al cien por cien las políticas de la pasada Legislatura.

- Y ahora le pregunto por su partido, el PAR...

- Ahora prefiero hablar poco. Sí es cierto que me gustaría participar en actividades con militantes y simpatizantes, para tener la oportunidad de hablarles de política, de la que últimamente me da la impresión de que andan un poco escasos.

-, Pero aunque no hable del PAR, le pido un par de recomendaciones fruto de su experiencia como presidente durante tantos años.

- La primera recomendación es que todos deberíamos colaborar más con el presidente. Veo a Arturo Aliaga bastante solo y eso no es bueno. La segunda tiene que ver con la necesidad del PAR de una mayor presencia en la política nacional.

No basta con una entrevista de diez minutos del presidente del PAR con Rajoy. El tiempo político exige más.

Por ejemplo, en el caso de que el PAR acuerde volver a ir en coalición con el PP de cara al 26-J, deberían modificarse las condiciones del acuerdo, en el sentido de que nuestro presidente fuera, al menos, de 2 en la lista al Congreso por Zaragoza. En las mismas condiciones, por ejemplo, que Foro Asturias, cuyo diputado, en coalición con el PP, forma parte del Grupo Mixto del Congreso, y entre otras cosas, es llamado a consultas por el Rey.

El Partido Aragonés debe volver al Congreso de los Diputados, en coalición con el PP, y con el único compromiso de votar, en su caso, al candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de España.

Si esto no se entiende así por el PP o el PAR renuncia a ello, tendremos más difícil la remontada. Aunque de eso, si quiere, podemos hablar otro día.

Autor:J.M.L.J. Teruel