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Gigantes terribles con alma de corcho

Paleoartistas de la Fundación Dinópolis en la última fase del modelado del ejemplar de ‘Iguanodon galvensis’.

Los paleontólogos encuentran los huesos fosilizados de los dinosaurios, pero para devolverlos a la vida y que el público pueda ver cómo eran estos animales extintos hace falta la mano de un artista.

Los paleontólogos encuentran los huesos fosilizados de los dinosaurios, pero para devolverlos a la vida y que el público pueda ver cómo eran estos animales extintos hace falta la mano de un artista. La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis tiene las dos cosas, científicos que excavan e investigan los hallazgos, pero también artistas, que son quienes con sus manos rellenan esos huesos de músculos, les ponen piel y de ese trabajo salen maravillas como los dinosaurios que se exhiben desde este verano en la zona de Tierra Magna de Dinópolis. Las criaturas que construyen tienen el aspecto de los gigantes terribles, pero su alma es de corcho blanco, la materia con la que han sido resucitados

El trajín en los laboratorios de la Fundación Dinópolis no cesa. Por un lado hay quienes retiran los sedimentos de un gigantesco hueso fosilizado para dejarlo limpio como si de una pata de pollo guisado se tratara, pero en otra zona se ve moverse en medio de gigantescos bloques de poliespan a un grupo de personas, buena parte de ellas mujeres, cubiertas de pies a cabeza como si fueran tuaregs en medio de una tormenta de arena en el desierto

Van así porque las bolitas que desprende el poliespan se pegan al pelo y son fáciles de respirar o de dañar a los ojos si no se lleva una mascarilla y unas gafas protectoras. Bajo esa apariencia se oculta un equipo de siete personas capitaneadas por Daniel Ayala, paleoartista de la Fundación Dinópolis a quien se deben reconstrucciones como la realista cabeza de Turiasaurus que se exhibe en el centro satélite de Dinópolis en Riodeva, o los dinosaurios Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis que pueden verse en Ariño

Es gente formada como restauradores y paleoartistas en la propia Fundación Dinópolis a través de las Escuelas Taller de Restauración Paleontológica. Profesionales que proceden de distintos sitios pero que se han asentado en Teruel, o al menos lo estarán mientras esto funcione y la ciencia marque la ruta a seguir de Territorio Dinópolis

Ellos se han encargado ahora de modelar los ejemplares de Iguanodon galvensis, Dacentrurus y Europelta que se han sumado en las últimas semanas a la vertiente museística del conjunto paleontológico, que no está reñida con la lúdica sino todo lo contrario

Las reconstrucciones corpóreas de estos animales se han hecho con financiación del Fondo de Invesiones de Teruel (Fite) del 2015, que en este caso ha generado empleo a través de la contratación de estas personas, y facilitado el asentamiento de gente joven en la provincia, que es lo que hace falta para hacer frente al problema de la despoblación

Si a esos logros se suma la calidad del resultado final, se podría estar ante una de las mejores inversiones del Fite en proporción a la pequeña cantidad invertida. Si se tiene en cuenta, además, que estos corpóreos están dirigidos a atraer más gente a Dinópolis, la eficacia de la inversión se multiplica

A Daniel Ayala le encanta hablar de sus criaturas, pero insiste machaconamente que con más tiempo, que se traduce en más recursos y dinero, los dinosaurios que construyen serían mucho más realistas, y eso que a los que pueden verse ya en Tierra Magna solo les falta echarse a andar. Probablemente una de las próximas incorporaciones a este museo a cielo abierto lo haga, y si no será el público quien se eche a correr frente a él

No hay nada improvisado en la recontrucción de un dinosaurio, para la que el equipo de paleoartistas de la Fundación emplea una técnica novedosa que toma cosas de un sitio y de otro y que hace sus propias aportaciones para crear un producto único y propio

Toda reconstrucción parte de la recopilación de información sobre el dinosaurio que se quiere hacer. Los que han hecho para Tierra Magna son de Teruel y eso facilita las cosas porque sus fósiles están en la Fundación. Los huesos son los que marcan la estructura del animal y los que permiten ver a los paleoartistas dónde iban insertados sus músculos y cómo sería la piel que los cubría

"Hay que hacer bocetos de la postura que va a tener el animal, tanto de perfil como de planta, y si es posible hacer una maqueta que nos permita visualizarlo en 360º", comenta Ayala. El material que emplean para modelar es el poliestireno expandido, el corcho blanco que se utiliza para embalar los electrodomésticos

Se emplean grandes bloques de este corcho blanco que se disponen siguiendo la escala real del cuerpo y de las extremidades del dinosaurio que se pretende construir. Teniendo en cuenta que los que se han hecho hasta ahora miden más de 8 metros, se trata de bloques gigantescos de cuyo interior acabará saliendo el animal a base de quitarle lo que le sobra

Sobre los bloques se proyectan las plantillas con el boceto de los dinosaurios y a partir de ahí es un trabajo de artista consistente en dar forma al animal como si de una escultura se tratara. Cuando las formas generales se tienen hechas, se abre por la mitad con hilo caliente para poder insertarle un esqueleto metálico que le dé cuerpo y resistencia. Luego se unen las partes y se trabaja el modelado más al detalle

Cuando la escultura está hecha en corcho se aplica una capa de una resina de poliéster especial, de 2 a 4 milímetros, que la protege de las inclemencias meteorológicas, además de darle consistencia. El material es similar al que se utiliza hoy en día en la construcción para lograr aislamientos eficaces. La última fase es el policromado, donde se aplica el color con esmaltes acrílicos resistentes a los exteriores

Autor:Javier Millán Teruel