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El jotero Maximino Vidal recibe el cariño de Mora en un emotivo homenaje

Maximino Vidal se animó a cantar cuando la rondalla le recogió ayer por la tarde en la puerta de su casa de Mora para iniciar el homenaje

"La jota me ha hecho el hombre más feliz", aseguró Maximino Vidal cuando comenzaba el homenaje que sus vecinos de Mora de Rubielos le hicieron ayer en agradecimiento por su compromiso durante toda su vida con la jota y con la rondalla de esta localidad turolense.

"La jota me ha hecho el hombre más feliz", aseguró Maximino Vidal cuando comenzaba el homenaje que sus vecinos de Mora de Rubielos le hicieron ayer en agradecimiento por su compromiso durante toda su vida con la jota y con la rondalla de esta localidad turolense. El cantador de 86 años no dudó en entonar una jota y demostrar que aún tiene una gran voz cuando la rondalla llegó a su casa ayer por la tarde para acompañarle hasta la Casa de la Cultura, donde recibió el cariño de sus amigos y familiares.

Sensiblemente emocionado, Maximino dio las gracias a sus vecinos y les insistió en que no dejaran que se perdiera la rondalla.

Uno de los momentos más emotivos de la velada fue la llegada a la Casa de la Cultura donde el cantador descubrió una placa conmemorativa.

En el salón de actos de este cine-teatro fue recibido como las grandes estrellas con el público levantado y aplaudiendo.

El acto comenzó con la proyección de fotografías antiguas y vídeos de la rondalla de Mora.

Seguidamente, se hizo un repaso a la trayectoria de esta rondalla cuyas primeras referencias se pueden encontrar en 1922 y que desapareció en 1988. La historia de este agrupación está estrechamente vinculada a la vida de este hombre que empezó a cantar desde muy niño y que, aunque no pudo educar su voz cuando le ofrecieron marcharse a Valencia porque era huérfano de padre y tuvo que quedarse en su pueblo para sacar adelante a su familia, la jota siempre le ha acompañado.

Incluso recordaron, durante el homenaje, cuando tuvo que marcharse a Suiza y desde allí sus compañeros le grabaron cantando la ronda de San Pedro para llevársela después a su mujer Pilar, que se había quedado en Mora.

Precisamente, la Ronda de San Pedro es una tradición de esta localidad de Gúdar-Javalambre que contribuyó a recuperar hace unos años. Y durante su celebración este verano un grupo de vecinos de Mora se animó a organizar este homenaje.

Además, se recordaron algunas anécdotas de los viajes que la rondalla hizo para sus actuaciones y sobre todo el encuentro en Mora de Toledo, donde se reunieron los pueblos llamados Mora y donde la jota fue lo más aplaudido.

El concejal de Cultura de Mora, Miguel Clemente, destacó que la jota es "una de las principales señas de identidad" de la cultura de este municipio y que es "el alma de Aragón" porque es un "canto popular nacido en las casas, los montes y los bancales" y, en definitiva, "en la vida cotidiana de la gente sencilla". Agradeció a Maximino Vidal la implicación que ha tenido con la rondalla de la localidad a lo largo de toda su vida.

Finalmente, Javier Ibáñez Vidal, nieto del homenajeado, le dirigió unas palabras que recordaron no solo su faceta como cantador sino sobre todo su lado más humano y su amor por la familia. "Los abuelos son los héroes del siglo XXI y el mío lleva guitarra y cachirulo", dijo el joven que aseguró que Maximino ha cantado a la vida y que le ha enseñado los valores para ser una buena persona.

Seguidamente, llegó la parte artística del acto, que comenzó con el baile de la jota de Teruel por Amparo Blesa, Nuria Fernández y Segundo Báguena. Después cantaron joteros como Andrés Blesa, Miguel Ros, Manuel Sanz, Antonio Guillén, Gina Martín, Amparo Blesa, Fernando Cortel o Emiliano Martín, entre otros. Y se cerró con la Ronda de San Pedro.

Autor:I. Muñoz/ Mora de Rubielos