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Teruel sobrevive a la masiva invasión de los muertos vivientes

 Los tres ganadores de la edición de Survival Zombie en Teruel, con una horda de zombies hambrientos

El pánico se desató por las calles de Teruel el sábado con la primera edición en Aragón de Survival Zombie, un evento realizado por la empresa World Real Games.

El pánico se desató por las calles de Teruel el sábado con la primera edición en Aragón de Survival Zombie, un evento realizado por la empresa World Real Games. Un Apocalipsis zombie por la capital mudéjar con 700 jugadores huyendo de los muertos vivientes.

A las 18:30 horas, en el Centro de Ocio Juvenil de la Plaza Domingo Gascón, una gran cola de participantes ansiosos por por recoger su pañuelo, pulsera y mapa de jugador necesarios para poder comenzar la partida, llegaba hasta la tienda Martín Martín. "Llevamos esperando treinta minutos en la cola, estamos muy emocionados y con un poco de miedo porque ya hemos visto varios zombies danzando por aquí", explicaba Reyes Quiñones, una superviviente.

Desde las 23:00 horas en la plaza San Juan, donde se dio el pistoletazo de salida y todos los supervivientes huían despavoridos para no ser capturados, hasta las 7:00 horas del día siguiente en la misma plaza, donde tuvo lugar la escena final, los jugadores recorrieron Teruel pasando una serie de pruebas con cuidado de no ser contagiados.

En el mapa entregado a los jugadores, existían puntos seguros en los que los zombies no podían atrapar a los supervivientes. Estos lugares estratégicos eran algunos bares de la ciudad donde los participantes podían descansar y reponer fuerzas tomando alguna bebida energética para aguantar una noche cargada de sorpresas. Diferentes pañuelos cubrían toda la ciudad. Los amarillos eran los actores y miembros de la empresa, pero también eran los zombies Z que corrían hasta atrapar a los pobres supervivientes. Estos últimos portaban pañuelo verde que se convertía en rojo si eran atrapados. El de color azul estaba destinado a la prensa y los más temidos eran los del pañuelo rosa. Estos eran los portadores de un bono anual que recorren todas las ciudades de España para atrapar a los participantes, y al contrario que los Z, no tienen ningún cuidado a la hora de atrapar a los supervivientes de pañuelo verde.

El objetivo del real game era conseguir no ser infectado por un zombie y poder completar todos los sellos de la cartilla de pruebas. Los supervivientes llevaban un mapa con diferentes puntos para sellar a medida que iban superando las fases de una especie de gincana. Si alguno de los participantes era capturado por un zombie, su experiencia no acababa ahí. Otra dimensión del juego estaba apunto de comenzar. El jugador infectado se dirigía al centro de Ocio Juvenil de la plaza Domingo Gascón, la fábrica de zombies, para cambiarse el pañuelo a uno rojo y transformarse en uno de ellos para pasear por la ciudad con una horda de muertos vivientes asustando a los todavía supervivientes. Estos no podían matar, solo perseguir sin correr a los supervivientes. Pero, si el zombie Z que les acompañaba capturaba a uno, toda la horda de pañuelos rojos se tiraba sobre él para comérselo.

Los jugadores recorrieron muchas partes de la ciudad de Teruel porque cada una de las pruebas a modo de gincana se desarrollaba en una localización distinta, y sobre todo, muy separadas unas de otras. Los supervivientes corrían muertos de miedo en algunos momentos. "Parte de mi grupo está tan asustado huyendo de los muertos vivientes que se han alejado en una prueba. Yo me acerqué y los zombies Z me han atrapado. Ahora paseo en una horda de muertos asustando, porque los del pañuelo rojo no podemos matar. Pero, les he dado el mapa a mis compañeros y se han concienciado tanto por sobrevivir, que ya han superado cinco pruebas desde que he muerto, ahora son los mejores", declaraba Fernando Sánchez, un jugador del real game.

Las pruebas eran de lo más diverso. Desde ayudar a varios actores a recuperar algo perdido, hasta robarle una mochila a un zombie o hacerse pasar por uno de ellos para no ser atrapado. En las pruebas se oían gritos de auxilio, risas nerviosas y alaridos de los muertos vivientes.

A las seis de la mañana, un grupo de tres supervivientes era el primero en llegar a Domingo Gascón con la cartilla de sellos de las pruebas llena. Así fueron proclamados vencedores de la I edición en Aragón de Survival Zombie y abandonaron la ciudad por los aires. Todos los demás supervivientes se dirigieron a la plaza San Juan, para ser comidos, al fin, por centenares de hordas de zombies hambrientos de carne humana.

Autor:Raquel Sánchez/ Sara Valero Teruel