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"El Club de las Malas Madres nació para reírnos de los intentos de ser perfectas"

Laura Baena, el pasado sábado en el paseo del Óvalo.

Laura Baena, bloguera de éxito con su Club de las Malas Madres, que tiene 300.000 seguidores, participó el pasado sábado en el Congreso del Amor con Mayúsculas, celebrado en Teruel.

Laura Baena, bloguera de éxito con su Club de las Malas Madres, que tiene 300.000 seguidores, participó el pasado sábado en el Congreso del Amor con Mayúsculas, celebrado en Teruel.

-¿Qué es el Club de las Malas Madres?

-Es una comunidad emocional 3.0. No es un blog, es mucho más. Se ha convertido en un movimiento social, que desmitifica la maternidad, que rompe el mito de la madre perfecta y lucha por un cambio de modelo social.

-¿Por qué es necesario cambiar el actual modelo?

-Porque la sociedad está evolucionado y el concepto de madre sigue igual que generaciones anteriores, pero con una diferencia: ahora nosotras trabajamos. Somos una generación de mujeres eternamente engañadas con ideas como "llegarás a donde quieras llegar, serás lo que quieras ser" y de repente te das cuenta de que la maternidad es un techo de cristal brutal, que la conciliación es un cuento chino y que eso entronca con una realidad: que las madres hoy en día no queremos renunciar a nuestra carrera profesional pero tampoco a ver crecer a nuestros hijos. Y parece que siempre es poco lo que hacemos para ti misma, hacia la sociedad y hacia tu entorno personal.

-¿Cómo empezó el Club de las Malas Madres?

-Empezó con el humor como herramienta de supervivencia, de decir "vamos a reírnos con los intentos fallidos de ser madres perfectas" y demostrando que compartiendo, empatizando con un montón de madres que demuestran que las cosas no te pasan solo a ti, que no estás sola puedes vivir la maternidad con más libertad. Comenzó con ticks sobre lo que me pasaba a nivel individual, me sentía mala madre porque no llegaba a ser la madre perfecta, con sonrisa permanente, paciencia infinita y la superwoman durmiendo tan poco. Empecé a desahogarme en una cuenta de Twitter y comenzaron a llegar seguidores y madres que se sentían así. Un sentimiento individual conectó con una necesidad social de romper con esa mentira de la madre perfecta.

-Que muchas mujeres sentían pero no lo hacían público.

-Nadie lo decía, había miedo a decir que estabas harta, que necesitabas descansar y que en tu trabajo no te dejaban descansar. Daba miedo contar todos los problemas que teníamos las madres por miedo a que te tacharan de malamadre. Ese miedo a que piensen que quieres menos a tus hijos porque no lo estés diciendo a los cuatro vientos.

-¿Esto cuando empezó?

-Este mes de noviembre ha hecho tres años desde que abrí la cuenta en Twitter.

-Con la fuerza que ha cogido durante estos tres años, ¿cree que algo ha cambiado?

-Muchísimo. Hay madres que también desmitifican la maternidad y que han salido con otros blogs a partir de que dijimos que nos estaban engañando y que ya estaba bien. En estos tres años han salido más voces que dicen que ya está bien, que todas lo hacemos lo mejor que podemos pero no como dicta la sociedad.

-Y en todo esto ¿qué tienen que decir los padres, maridos y parejas?

-Nosotras decimos que detrás de una mala madre hay un buen padre que cocina mal pero lo intenta, que no combina los colores y que es sordo como una tapia por la noche pero que, por su puesto, está haciendo equipo y está intentado ser corresponsable y si no lo es es culpa nuestra también, porque una de las claves de la conciliación es la corresponsabilidad. El cuidado de los hijos es una responsabilidad de dos y tenemos que implicarnos ambas partes. Esa es nuestra lucha diaria y desde dentro tenemos que hacerlo. Luchamos contra una cultura y un instinto que es difícil de romper, que hace que cuando te vas a trabajar y los dejas con él te sientas culpable aunque él esté implicado.

-Y ¿qué pasa con los trabajos?, porque los avances que hubo en conciliación laboral con la crisis se pararon.

-Con la asociación Yo no renuncio damos talleres y charlas sobre conciliación y nos hemos sentado con todos los partidos políticos como grupo independiente. Hemos hecho un estudio sociológico sobre cómo está la conciliación en el país y ahora estamos con otros sobre la corresponsabilidad. Hemos visto que es un problema social en el que están implicados tres agentes: familia, gobierno y empresas. Hay una barreras empresariales, donde no se entiende el trabajo por objetivo sino por horas. También hay que diferenciar entre grandes y pequeñas empresas. El problema son las pymes que representan el 90% del tejido empresarial. El gobierno también tiene que implicarse a nivel personal porque los permisos por maternidad tienen que ser obligatorios, igualitarios e intransferibles porque si no es así no vamos a implicar a las hombres en el cuidado de los hijos y vamos a seguir ampliando la brecha salarial o la desigualdad de género. Hay también un problema de concienciación social, de educación en valores. Hay que entrar en los colegios y educar en el cambio de roles para que el día de mañana el futuro de nuestros hijos sea distinto. La palabra clave de la conciliación es flexibilidad, que bien entendida es responsabilidad. Pero eso no se entiende en este país.

Autor: P. Fuertes Teruel