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Los antiguos alfares de Teruel aspiran a convertirse en foco de atracción turística y cultural

 De i. a d., José Prieto, Isabel Gorbe, Juan Carlos Cruzado, Javier Ibáñez y Pepe Polo, durante la mesa redonda

Los antiguos alfares de San Julián aspiran a convertirse en un nuevo foco de atracción turística y cultural para Teruel, con usos como exposición permanente sobre la tradición cerámica en la ciudad, muestras temporales de arte, centro de interpretación del área de Las Arcillas -ya en obras-

Los antiguos alfares de San Julián aspiran a convertirse en un nuevo foco de atracción turística y cultural para Teruel, con usos como exposición permanente sobre la tradición cerámica en la ciudad, muestras temporales de arte, centro de interpretación del área de Las Arcillas -ya en obras-, escenario para conciertos y otros eventos e incluso punto de encuentro y de trabajo para artistas, siguiendo el modelo de las Fábricas de Creación impulsadas en Barcelona o de otras experiencias similares realizadas en ciudades como Valencia.

Estas fueron algunas de las propuestas lanzadas en una mesa redonda organizada dentro de las III Jornadas Culturales de la Fundación Ollerías Siglo XXI que se celebran en el Casino desde el pasado 17 de noviembre.

En el debate participaron la presidenta de la fundación, la arquitecta Isabel Gorbe; el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Teruel, Juan Carlos Cruzado; el vicedecano de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y profesor del grado de Bellas Artes, José Prieto;?el arqueólogo Javier Ibáñez; y el presidente de la Federación de Vecinos y de la Asociación de San Julián, Pepe Polo.

Espacios

Tras explicar sobre un plano de planta del antiguo alfar de los hermanos Górriz los espacios que estarán disponibles tras las obras de rehabilitación que promueve el Ayuntamiento, Gorbe expuso las propuestas de la fundación. Pasan por destinar uno de los antiguos obradores a exposición permanente sobre la cerámica turolense con elementos originales del alfar restaurado, otro a exposiciones temporales y los dos restantes, comunicados interiormente entre sí, a sala de audiovisuales y espacio para actividades como conferencias o reuniones.

En el exterior, la era y los porches podrían emplearse para conciertos, recepciones o exposiciones al aire libre, mientras que los espacios de la parte más elevada de la parcela albergarían el acceso y la tienda. Para los huertos y el jardín, Gorbe planteó la recuperación del sistema de riego a través de un taller de empleo, que podría incluirse entre los previstos en la Estrategia Urbana de Desarrollo Sostenible e Integrado (Edusi) concedida a Teruel. Por último, la antigua vivienda, ya rehabilitada y que cuenta con salón, cuatro habitaciones y aseo, se utilizaría para reuniones y actividades varias, como "núcleo de dinamización" del barrio.

Pepe Polo incidió en este papel dinamizador de los alfares con un objetivo ambicioso: convertirlos en un nuevo centro de atracción turística que complementara la oferta de Dinópolis y del Centro Histórico. "Hemos vivido de espaldas a los alfares, a nuestra historia y a nuestras raíces. Ya ocurrió con los Amantes, que tuvimos en un cuchitril hasta que supimos aprovechar ese recursos Y lo mismo podría ocurrir con los alfares", apuntó.

Polo se mostró partidario de rehabilitar también el antiguo alfar de Lorenzo Lozano, contiguo al de los Górriz, para formar un único conjunto. En este espacio añadido podrían instalarse los hornos medievales que aparecieron en la zona de la Nevera y que se encuentran almacenados en la carretera de Alcañiz, según propuso Javier Ibáñez. "Sería recuperar un recurso único que tenemos aparcado, la mayor colección de hornos medievales de España", dijo.

Juan Carlos Cruzado señaló que este segundo taller ya es también de propiedad municipal, tras haber sido expropiado, pero "haría falta financiación para restaurarlos". El edil, que procede de una familia de ceramistas, resaltó la doble vertiente de los alfares. "El principal cometido debe ser mostrar la historia de la ciudad y su tradición alfarera, vinculándola al parque de las Arcillas. Eso se ligaría a la parte de uso cultural en sentido amplio", indicó.

Dentro de esta vertiente cultural, José Prieto sugirió que los alfares podrían convertirse en un centro de expresión artística en la que los estudiantes de Bellas Artes pudieran conocer las posibilidades de la cerámica como material para crear obras de arte contemporáneo. Prieto, que es escultor, aseguró que uno de sus "empeños" es la vinculación de los artistas locales a los materiales autóctonos, el alabastro o la arcilla.

Premio Treude al Ayuntamiento

Juan Carlos Cruzado recogió el III premio Treude concedido por la Fundación Ollerías Siglo XXI al Ayuntamiento de Teruel. La entrega se realizó en el marco de las III Jornadas Culturales celebradas por esta entidad.

Cruzado agradeció el galardón, otorgado al consistorio "por su esfuerzo para la conservación de las ollerías de la ciudad y por la promoción del patrimonio alfarero", según explicó la presidenta de la fundación, Isabel Gorbe.

En los últimos años el Ayuntamiento ha adquirido por expropiación los antiguos alfares de los hermanos Górriz -cuya rehabilitación ya se ha iniciado- y de Martínez Abril -conocido popularmente como de Lorenzo Lozano-, dos instalaciones contiguas situadas en la Rambla del Chepa.

Estas dos instalaciones alfareras del barrio de las Ollerías de San Julián fueron declaradas Bien de Interés Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés en 2005 por parte del Ejecutivo autonómico.

Entre ambos suman una superficie de terreno de 6.114 metros cuadrados, de los que 1.944 corresponden al taller de los Górriz y 4.170 al de Lorenzo Lozano, sobre los que se levantan varias edificaciones.

La Fundación Ollerías aspira a que en el futuro se adquiera también para uso público el tercero de los alfares que se conservan, el de la familia Punter que se encuentra al final de la calle Ollerías del Calvario, para un amplio proyecto de puesta en valor del patrimonio alfarero.

Autor: EVA RON / Teruel