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José Luis Rubio

Como las famosas folclóricas de antaño, los futbolistas de Primera División o las estrellas de TikTok, cada vez más los españolitos de a pie que se esfuerzan por hacernos la vida un poco más complicada todavía a los periodistas de calle. “No voy a hacer declaraciones” o “no me grabes” son palos en la rueda de una jornada de trabajo de periodismo de calle con los que tropieza más veces de lo que a cualquier reportero le gustaría.

A menudo, los testigos ocasionales de un robo, una agresión o un accidente imitan al famoseo, como tratando de sentirse importantes por un rato, disfrutando quizás de una supuesta superioridad sádica de quien tiene la sartén por el mango. “No voy a hacer declaraciones”, “no me grabes” o “fotos, no” son un mantra que los plumillas encajamos más a menudo de lo que nos gustaría.

A menudo creo que ese famoseo cobra más por el aura de elitismo y de divinidad de la que se rodea que por sus propios méritos. Un jugador de fútbol que comiese de menú en el bar de la esquina se cotizaría menos que el que desprecia media langosta en Los Remos, en Madrid. Y lo mismo los cantantes, actores, tiktokers, influencers y otros subproductos de la burbuja mediática. Puedo entender, aunque en el fondo de mi negro corazón me parezca una mamarrachada, que el famoseo se escude en un espléndido alejamiento para poder así vender más caras sus exclusivas ... pero no que un estudiante de Secundaria, que todavía tiene todo por demostrar, se esmere en imitar esas tonterías de programa del corazón.

“No voy a hacer declaraciones”. No han sido pocas las veces que armado con mi libreta o con la grabadora de mi teléfono móvil o, antes, con la alcachofa de la radio, he tenido que digerir esa respuesta. ¿Timidez? francamente, en la mayoría de las veces no lo era. El retintín de Sálvame Limón era demasiado evidente.

Por suerte, es más frecuente encontrarse personas normales, educadas y con ánimo de echar una mano al pobre reportero. Gracias a todas ellas.

Mientras, me gustaría ver a esos díscolos repitiendo eso de que “no voy a hacer declaraciones” ahora que comienza la campaña de la Renta.