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Samper descarta las ayudas directas que exigen los sindicatos agrarios por la sequía Samper descarta las ayudas directas que exigen los sindicatos agrarios por la sequía
Reunión de la Mesa de la Sequía, a la que asistieron representantes del departamento de Agricultura y de las organizaciones profesionales agrarias

Samper descarta las ayudas directas que exigen los sindicatos agrarios por la sequía

El consejero de Agricultura alega que el dinero que se necesitaría “sería mucho”
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El consejero de Agricultura, Ángel Samper, planteó este martes, en la Mesa de la Sequía, medidas como la flexibilización de la PAC o los seguros agrarios, pero descartó las ayudas directas, entre la decepción de las organizaciones agrarias.

Este martes se reunió la Mesa de la Sequía en la sede del departamento de Agricultura para evaluar situación del sector por la extrema sequía, que este año se centra en la provincia de Teruel y en parte de la de Zaragoza, y entre las medidas planteadas, Samper destacó la urgencia en la flexibilización para el cobro de la PAC. En este sentido, explicó que se están ultimando los mapas de las zonas concretas afectadas, identificando lo real con lo oficial, a tenor de los mapas de la Aemet, para poder justificar cualquier flexibilización que se haga.

Incidió, además, en que es necesaria “una revolución” en los seguros agrarios, y así se lo ha trasladado al ministro del ramo, Luis Planas, para que cuando haya una anomalía, como una sequía, no haya que acudir de manera sistemática a las administraciones, ya que, aunque ha crecido el nivel de aseguramiento en Aragón desde 170.000 hectáreas a 254.000, suponen poco más de la tercera parte asegurable en la Comunidad.

“Nadie se cuestiona asegurar un coche o una casa”, ejemplificó, y en el caso del campo ha de ser, como en éstos, “asumible” y “eficiente” para que al agricultor le “cuadre asegurar”.

En todo caso, apuntó la posibilidad de habilitar alguna fórmula de acompañamiento para aminorar el impacto de la sequía, en algunas zonas por segundo año consecutivo, como extensión a quienes no se acogieron a las ayudas a los préstamos a través del ICO-Saeca que concede el Ministerio, pero dejó claro que no serán ayudas directas, porque el dinero que se necesitaría “sería mucho”.

Así lo indicó a los medios de comunicación en un receso de la reunión con las organizaciones agrarias, que mostraron su decepción por la falta de ayudas directas para paliar la crisis del sector por la sequía.

El secretario general de UAGA-Coag, José María Alcubierre, consideró este encuentro “desilusionante”, ya que la respuesta no es la adecuada a la situación. Esperaba, concretó, propuestas “más valientes” y ayudas directas para las explotaciones más vulnerables, que han de ser “quirúrgicas” y “rápidas” para las zonas donde se necesitan, como la depresión del Ebro y Teruel, que suman tres años de sequía y, según sus cálculos, hay ya 170.000 hectáreas “arrasadas”, en las que no habrá producción aunque llueva, y están en riesgo 140.000 hectáreas más.

También decepcionado se mostró el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, al no ver una apuesta del Gobierno aragonés por el sector. “No podemos mirar hacia otro lado”, insistió, porque hasta ahora quien ha puesto dinero ha sido el Ministerio de Agricultura.

Así, afirmó que si el Gobierno de Aragón no pone encima de la mesa un compromiso, la reunión “no va a servir absolutamente para nada”, y aunque la consejería tenga un margen económico, reclamó al presidente de Aragón que mueva presupuestariamente lo que sea necesario para destinar “quirúrgicamente” ayudas a los agricultores de las zonas con sequía extrema.

Desde Asaja Aragón, su presidente, José Manuel Cebollada, trasladó a la consejería la “desesperación” de las zonas afectadas por la sequía tras un año “siniestro”, y, además de reclamar que se hagan todas las flexibilizaciones de la PAC, reivindicó ayudas directas como hubo el año pasado para toda España.

“Si no las conseguimos, hemos fracasado”, remarcó Cebollada, quien hizo hincapié en el interés de las organizaciones agrarias, y también desde la Consejería de Agricultura, de hablar de la cuestión con el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y también con el ministro Planas, con “la mano tendida” para “sacar esto adelante como sea” para no ver abocadas a muchas explotaciones agrarias y ganaderas a la desaparición.

El presidente de Araga, Federico Lorente, destacó la intención de la consejería de tomar medidas con la mayor celeridad posible, enfocadas a la flexibilización de la PAC y de los seguros, pero coincidió en la necesidad de “avanzar un poco más”, con ayudas directas ante la falta de liquidez y rentabilidad de las explotaciones de las comarcas que sufren sequía por tercera campaña consecutiva.

“Tenemos que ponernos trabajar con todas las administraciones implicadas para conseguir esas ayudas directas sea como sea”, aseveró Lorente, quien apuntó que con ese objetivo se tendrá que “presionar” a la consejería de Hacienda y al Ministerio.

Por su parte, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, José Víctor Nogués, mostró su preocupación por las cooperativas ante otra campaña de sequía, por el “síndrome de almacenes vacíos” y por la “impotencia” de cara al mantenimiento de puestos de trabajo en el medio rural, y reivindicó un modelo de seguro que llegue al lucro cesante y por ayudas que puedan mantener la cuenta de resultados de una cooperativa.

Indicadores de lluvia escasísima en Guadalope y Matarraña


Según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), los indicadores de lluvia escasísima se centran en la margen derecha de la cuenca, desde el Huerva hasta el Guadalupe. En el acumulado del año hidrológico, las precipitaciones en la margen derecha más oriental, en el Guadalupe y el Matarraña, se sitúan en torno al 50 % de la media, mientras que en el Pirineo occidental superan la media ampliamente.

Según los datos de la CHE, en el Guadalupe se han alcanzado valores mínimos históricos. La cabecera y el eje de Ebro también ha registrado limitadas precipitaciones.

Las tierras más afectadas por la falta de lluvia se sitúan en las comarcas de Belchite, Bajo Aragón o Daroca, entre otras. En 2023, hubo 780.000 hectáreas de cereal afectadas por la sequía en Aragón, de las que un tercio lo están también este año. Las cifras estarán condicionadas a lo que suceda mayo.

“Si llegan lluvias en estas semanas. en algunos puntos el mal será menor” afirmó el consejero Samper, que añadió que “la baja pluviometría supondrá rendimientos bajos o muy bajos de la cosecha de cereal de invierno, mientras que la ganadería extensiva sufre por tanto la pérdida de pastos como alimento.

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