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Una investigación identificará en Teruel los desiertos alimenticios y de ejercicio físico Una investigación identificará en Teruel los desiertos alimenticios y de ejercicio físico
Los investigadores del proyecto Desert durante su presentación, ayer en Zaragoza

Una investigación identificará en Teruel los desiertos alimenticios y de ejercicio físico

Un proyecto europeo liderado por Unizar estudia también Portugal y Turquía
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Los desiertos de servicios son áreas geográficas donde la población tiene acceso limitado a servicios esenciales o estos no están disponibles. En ocasiones, son zonas con acceso limitado a alimentos saludables y asequibles, o con entornos construidos que dificultan la actividad física y que tienen sus repercusiones en la salud de la población. Con el fin de analizar esta situación, la Universidad de Zaragoza coordinará el proyecto europeo de investigación Desert, con investigadores de España, Portugal y Turquía, para identificar, cartografiar y perfilar los desiertos alimentarios y de ejercicio físico en zonas rurales de la provincia de Teruel, en la región del Alto Alentejo en Portugal y en la Anatolia Central en Turquía.

El proyecto impulsará la creación de un Observatorio Europeo de Desiertos Rurales Alimentarios y de Ejercicio Físico, que ayude a promover la equidad en salud a través del ejercicio saludable y la dieta sana en dichos espacios.

El proyecto Desert, con un presupuesto total de 638.591 euros, ha sido cofinanciado por la Unión Europea a través del programa E4Health Partnership y durará tres años (2024-2027).

La investigadora principal de Desert y profesora titular de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud e investigadora del Grupo Sapiencia en Enfermería Sapienf de la Universidad de Zaragoza, Isabel Antón, explicó que la idea de esta investigación surgió con la pandemia de covid-19 cuando se detectó el acceso limitado a determinados servicios en las zonas rurales.

Investigación

La investigadora detalló que el desierto alimentario está definido y se refiere una población que tiene a más de 16 kilómetros de distancia la tienda de productos frescos más cercana, junto a otros determinantes como la falta de transporte público o las características socioeconómicas.

En cambio, el concepto de desierto de ejercicio físico no está tan estructurado y uno de los objetivos de este proyecto será precisamente definirlo teniendo en cuenta indicadores demográficos de edad y género o renta per capita, entre otros.

“Se medirán todos estos valores para identificar los desiertos alimentarios y de ejercicio físico y toda la información se volcará en un mapa de acceso abierto”, detalló Antón que añadió que se busca difundirlos y que estén en “la agenda de los gobiernos locales” para mejorar la salud de la población.

La coordinadora del proyecto añadió que se apuesta por el modelo de investigación-acción participativa, por lo que se va “a trabajar codo con codo con las comunidades que viven en estas zonas, así como con los ayuntamientos o el personal del centro de salud para buscar soluciones de manera conjunta”, señaló.

El proyecto Desert lo integran varios socios españoles: la Universidad de Zaragoza y el centro de salud de Monreal del Campo como centro de realización del estudio, liderado por el médico Arturo Aliaga, investigador en el Grupo Aragonés de Investigación en Atención Primaria (GAIAP) del IIS Aragón, además del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón como centro beneficiario y asociado al centro de salud.

Junto con Isabel Antón, el equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, está encabezado por Isabel Iguacel y David Navarrete, ambos profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias de la salud.

Selección

El enfermero turolense David Navarrete explicó que se ha seleccionado el centro de salud de Monreal del Campo porque ya participó en un proyecto piloto que se realizó sobre desiertos alimentarios con poblaciones como Cosa. El investigador incidió en que el análisis va a ser de toda la provincia y por ello se van a reunir con todas las comarcas y con la Diputación Provincial de Teruel. “El proyecto incluye tres focos: ejercicio físico, nutrición y desigualdad territorial”, indicó Navarrete.

El especialista recordó que se apuesta por el método de acción participativa por lo que se va a incluir a personas que viven en el territorio para que “participen activamente en los problemas de salud” y busquen  soluciones. En este sentido, Navarrete afirmó que el estudio puede servir para solicitar mejoras e incluso que las propias administraciones planteen acciones.

“Con los datos que vamos a extraer del estudio y los que ya existe demográficos vamos a poder saber si vivir en estas zonas repercute en la salud de la población”, aseguró el investigador.

El estudio también analizará la situación en regiones poco pobladas de Portugal y Turquía, en concreto se va a trabajar con la Universidad lusa de Évora y con la Universidad Medipol de Estambul (Turquía).

El proyecto Desert pretende dar visibilidad a las necesidades de las personas que viven en zonas rurales en el sur de Europa. “Esperamos que los resultados de esta colaboración ayuden a colocar las necesidades de quienes viven en desiertos de alimentación y ejercicio físico en la agenda política, atrayendo fondos, servicios e infraestructura para estas áreas y, por tanto, promoviendo la equidad en salud”, insistió Isabel Antón.