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Albert Rojas, coordinador del Centro de Innovación Territorial de Teruel: Albert Rojas, coordinador del Centro de Innovación Territorial de Teruel:
Albert Rojas, en Oliete. Diputación de Teruel

Albert Rojas, coordinador del Centro de Innovación Territorial de Teruel: "Hay que ser innovadores en las soluciones a los retos para fijar población"

La provincia abre camino en España para pensar proyectos disruptivos que mejoren la calidad de vida en el medio rural
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El experto en desarrollo rural y transiciones eco-sociales Albert Rojas, con raíces en Ariño, coordinará el primer Centro de Innovación Territorial (CIT) en la provincia, impulsado por la Diputación de Teruel (DPT) y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) hasta el año 2025. Aprovechando el ecosistema creado en Oliete, la nueva entidad dará sus primeros pasos desde la sede física del programa Despertadores Rurales Inteligentes de Apadrinaunolivo. org. En los próximos meses contratará a varios técnicos que tejerán una red por toda la provincia con el objetivo de dinamizar la actividad económica, emprendedora y social del medio rural con perspectiva innovadora. Se trata de impulsar nuevas formas de empleo, y la retención y atracción de talento, favoreciendo como fin último el asentamiento de la población en los pueblos.

-El CIT usa la red de Apadrinaunolivo.org, pero va más allá de los 15 proyectos de Despertadores Rurales Inteligentes que va a impulsar Oliete en una primera ronda. ¿En qué punto está el centro?
-Es un acierto que los primeros pasos en la constitución del CIT se realicen con el impulso de una asociación como Apadrinaunolivo.org, proyecto que ha demostrado desde 2014 que es posible generar modelos exitosos de desarrollo rural sostenible. Además, con el programa Despertadores Rurales Inteligentes han abierto su experiencia para acompañar a personas emprendedoras en el contexto rural. Pero el CIT tiene otro camino. Se trata de generar una Red Nacional de CITs de todas las provincias que están en situación similar, con escasa población, y ahora mismo hay convenios abiertos con Lleida, Huesca, Soria, Cuenca Jaén... En Teruel vamos más avanzados que el resto, vamos abriendo camino. Desde el 1 de septiembre de 2022 tenemos un convenio firmado para cuatro años, con dotación de 1.565.000 euros del Miteco y unos 130.000 de la DPT, al 92 y 8%. Tenemos asegurada financiación hasta 2025.

-¿Qué pretende el CIT?
-Tenemos que trabajar en dar soluciones a los retos del territorio, y trabajar por los emprendimientos y los servicios que mejoren la calidad de vida en los pueblos para sujetar población. Hay que entender la provincia como un gran huerto, donde el equipo del CIT vamos a ser como unos polinizadores, como unas abejas que faciliten la interconexión entre los diferentes actores, que haya una mayor riqueza de proyectos y que estos tengan más impacto y se puedan replicar de manera sistemática. Tenemos que generar, o regenerar, alianzas público-privadas en un proceso que requiere, sobre todo, de confianza para crear espacios de trabajo conjunto. Y aportaremos los recursos que necesiten.

-¿Cómo lo van a hacer?
-El año pasado se realizó un diagnóstico seleccionando dos comarcas piloto: Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Aragón. Se contactó con los agentes clave del territorio que ya estaban implementando cuestiones de innovación social, como el propio Apadrinaunolivo.org, Technopark Motorland, centros de Formación Profesional, los grupos de desarrollo rural Adibama y Omezyma, asociaciones empresariales como CEOE o Cámara de Comercio, Atadi... De mesas de trabajo de diferentes temáticas salieron una serie de soluciones, y se priorizaron diez.

Proyectos

-¿Cuáles son esos proyectos?
-Algunas propuestas están vinculadas con la economía circular, la gestión forestal, la biomasa y la reutilización de residuos agrarios; otra de Atadi tiene que ver con los cuidados a personas mayores o con discapacidad en sus casas, generar un sistema de servicios para que no tengan que marcharse a una residencia; otro con movilidad sostenible, sobre todo pensando en las personas que no tienen coche; crear una red de talento y networking; Erasmus rurales vinculados a la FP; Adibama impulsa una iniciativa de alabastro activo en Exportadora Turolense; otro vinculado a Technopark; una plataforma de pequeños productores idea de Apadrina y Adibama; otro de custodia territorio; y de asesoramiento urbanístico a jóvenes. Vamos a generar mesas de trabajo y siempre estaremos con la antena abierta a nuevos proyectos e iniciativas que estén en el ecosistema del CIT, para que sean mucho más retroalimentados por todos los actores y buscar esas alianzas público-privadas comunitarias.

-Algunas de estas iniciativas se han intentado ya a través de otras fórmulas. ¿Por qué es necesario crear una nueva estructura como el CIT?
-Para mí, hay un punto clave. Es verdad que han habido muchos intentos y hay mucho trabajo previo hecho. Sobre todo, los grupos de desarrollo rural llevan 30 años trabajando y han hecho proyectos fantásticos, pero muchas veces por falta de alianzas público-privadas y que las diferentes administraciones estén alineadas, sus márgenes de acción en algunos temas han quedado reducidos. Lo que viene a hacer el CIT es dar una amplitud provincial, de todos los actores clave a nivel de la provincia.

¿Qué es lo más urgente?
Un primer tema es generar una personalidad jurídica propia, algo parecido a seleccionar a los actores, o socios, que forman los grupos de desarrollo rural: ayuntamientos, comarcas, asociaciones, empresas, etc. Eso hay que hacerlo para toda la provincia, de manera que a partir de 2024 esa entidad reciba los fondos y sea desde donde se contrate al equipo técnico, pero al mismo tiempo establezca prioridades de trabajo. Otro de los objetivos desde mi incorporación, el pasado 17 de julio tras un proceso de selección al que se presentaron 30 personas, es acompañar a los primeros proyectos potenciales que han sido detectados en las comarcas piloto y conectar mejor el ecosistema provincial de innovación. En este encargo me ayudará inicialmente Apadrinaunolivo.org, que dentro del convenio firmado con la DPT apoyará con personal propio, desde comunicación a tecnología, pasando por metodología y administración.

Despertadores Rurales

-¿La sede principal es Oliete?
-No. La sede de Despertadores Rurales que abrió en septiembre es un importante punto de encuentro donde la innovación colaborativa y las conexiones solidarias se unen para crear un ecosistema abierto al talento que tiene como objetivo revitalizar el medio rural. Pero la idea es que no sea el único sino estar presentes en toda la provincia, conectándola. En el equipo del CIT estaremos varias personas que van a formar parte en diferentes perfiles. Deberíamos tener diferentes espacios de trabajo a los que podamos ir a trabajar una vez por semana si nos desplazamos a Teruel, a Calamocha, a Alcañiz o al Jiloca, pero que sean aprovechados también por emprendedores que están participando en algunas mesas de trabajo. Todo está en construcción bajo un modelo innovador y disruptivo en cuanto a formas de trabajo.

-El 14 de octubre, Oliete acogió una jornada de pensamiento entre jóvenes, antiguos vecinos, nuevos pobladores y emprendedoras europeas para mejorar un asunto clave como es la ocupación de vivienda vacía. Allí estuvo usted exponiendo el caso del Jiloca.
-Era un punto de partida aprovechando las sinergias generadas con el proyecto The Breakers, de mujeres emprendedoras europeas acogidas por Apadrina y Despertadores Rurales, y por Rooral.co. Se trata de que lo que aporten actores externos tenga sentido dentro de los procesos que ya están haciendo los grupos de desarrollo rural, que están trabajando bien y han hecho un censo de viviendas disponibles. Estas jornadas tienen que estar lideradas por el CIT, o mejor dicho, sus actores, para que las acciones sean multiplicadoras. El CIT, más que tener protagonismo, ha de ser el facilitador, el promotor, el que contribuya a que tenga mayor impacto lo que ya se está haciendo. No sabemos cuánto va a durar el CIT, la idea es que tenga sostenibilidad propia económica, pero lo importante es que en el camino salgan reforzados los actores del territorio.

-A nivel personal, ¿qué supone para usted contribuir al desarrollo de la provincia?
-Mi familia es de Ariño y, aunque he vivido en Cataluña, siempre he vuelto en vacaciones. Ahora he regresado para vivir aquí, trabajando por un reto profesional muy bonito que también es una oportunidad para contribuir a la lucha contra la despoblación. Estoy especializado en transiciones y he estado implicado en reactivar zonas rurales desde la economía social, solidaria y sostenible. En esta ocasión, lo haré para mejorar una provincia que siento como mía.

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