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Alcañiz organiza una exposición documental sobre las grandes epidemias Alcañiz organiza una exposición documental sobre las grandes epidemias
Uno de los documentos del Archivo Municipal de Alcañiz de donde se ha obtenido la información sobre la repercusión de las epidemias utilizada en la exposición online. José Puche

Alcañiz organiza una exposición documental sobre las grandes epidemias

La iniciativa se ha organizado, vía ‘online’, para celebrar el Día Internacional de los Archivos
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El Archivo Municipal de Alcañiz, fiel a su cita anual con el Día Internacional de los Archivos, que se celebró el martes, conmemora la efeméride con una interesante exposición documental sobre epidemias históricas que han azotado la ciudad bajoaragonesa y su entorno durante el siglo XIX y el XX, que permite visualizar y descargar documentos acerca de los brotes de cólera de 1833-34, 1854, 1865, 1885, y de la gripe española de 1918.

A pesar de que la provincia de Teruel se encuentra ya en Fase 3 de la desescalada por la pandemia de Covid-19, el Archivo de Alcañiz ha decidido este año organizar la tradicional exposición del Día de los Archivos de forma virtual, para contribuir a que el proceso de desescalada tenga lugar en las mejores condiciones posibles. 

Por su parte, el Archivo Provincial de Teruel celebra el Día de los Archivos publicando un vídeo, a través de su canal de Youtube, en el que es posible realizar una visita virtual a través de las instalaciones. 

La exposición se puede consultar a través de la página web del Ayuntamiento de Alcañiz, www.alcaniz.es. El tema se ha elegido por la actual circunstancia de pandemia de Covid-19 que, vista con la perspectiva histórica presentada en la muestra por el Archivo municipal alcañizano, permite comprobar que se han superado anteriormente episodios similares con medidas análogas a las aplicadas en la actualidad, como aislamiento social, aumento de higiene privada y pública, desinfecciones generalizadas, creaciones de unidades sanitarias para enfermos específicos y partidas económicas extraordinarias, entre otras. 

No acaban ahí las similitudes entre algunos de los procesos analizados en la muestra y el actual; también el cólera tuvo origen asiático (India), el Ayuntamiento de Alcañiz empleó abundantes recursos humanos y económicos -28.000 reales de vellón en 1854, por ejemplo, más presupuestos adicionales- para hacerle frente y, como hoy, parte de la prensa fue crítica, en ocasiones muy crítica, con varias de las gestiones de las epidemias llevadas a cabo por las instituciones públicas.

La pandemia del siglo XIX

La documentación e información preparada por el Archivo Municipal de la capital bajoaragonesa y por su responsable técnico, Teresa Thomson, en este Día de los Archivos, muestra que una de las principales causas de mortalidad masiva en la zona durante el siglo XIX fue el cólera, que se expandió desde su reservorio original en el delta del Ganges, en la India, en seis pandemias sucesivas que mataron a millones de personas en todos los continentes. Aún hoy día el cólera es endémico en zonas subdesarrolladas; puede afectar a 4 millones de personas y causa hasta 143.000 muertes anualmente, según la OMS. 

Alcañiz y el Bajo Aragón sufrieron varias de esas pandemias, como las que recogen documentos históricos conservados en los fondos documentales del consistorio alcañizano de los años 1833-34, 1854, 1865 y 1885. Fueron las cuatro grandes oleadas pandémicas que sufrió Europa, que antes de eso había vivido 200 años sin brotes de peste, un periodo de tiempo muy largo teniendo en cuenta las medidas sanitarias de la época. Sin duda el aumento de la movilidad mundial en el siglo XIX fue determinante a la hora de que reaparecieran de forma masiva. 

En la documentación expuesta se refleja como ante el primer brote, el de 1833-34, el Ayuntamiento de Alcañiz dividió la ciudad en cinco distritos gestionados por Juntas para recaudar fondos y distribuirlos según las necesidades, nombrando a Manuel Camprovín comisionado para el control de los fondos y creando un hospital para coléricos. 

Una de las más documentadas en los archivos públicos de Alcañiz fue la de 1854, durante la que Teruel fue una de las provincias españolas más afectadas en cuanto a número de enfermos, aunque no en número de fallecidos. Este brote motivó un Pleno extraordinario del Ayuntamiento el 1 de septiembre de ese año, en el que el presidente manifestó “haber dispuesto la presente sesión a consecuencia de haberle dado parte los médicos de los progresos que había tenido en Barcelona, Tortosa y otros puntos de Cataluña la enfermedad llamada cólera, y que aproximándose y peligrando la invasión de esta ciudad, se debería desde luego disponer lo concerniente para poder a su tiempo atender a las visitas domiciliarias, y proporcionar los recursos que se prevén” (sic). 

En esa sesión se acordó destinar a los citados fines la cantidad de 28.000 reales de vellón –equivaldrían a unos 71.400 euros actuales- “teniendo presente lo acaecido en el año treinta y cuatro”, veinte años antes, “en que se sufrió semejante calamidad”, y crear asimismo un presupuesto adicional “para el caso de ser invadida esta ciudad, poder atender a los indicados gastos”.

Duras críticas

Pese a las citadas medidas económicas, y otras como guardias y cierre nocturno de puertas para evitar la entrada y salida descontrolada de personas, medidas que se tomaron para prevenir la pandemia de mediados del siglo XIX, el Pleno de 14 de octubre de 1854 confirmó que Alcañiz se encontraba ya “sufriendo el azote del cólera asiático”. La gestión municipal de esa crisis fue objeto de duras críticas por el periódico La Soberanía Nacional, dirigidas al Ayuntamiento, la junta de Sanidad y el Clero, por lo que, el 4 de octubre de 1855, el alcalde de Alcañiz, el subdelegado de la Junta de Sanidad y el presidente de la cura redactaron una carta dirigida al director del medio; en ella, se quejaban por la crítica publicada días antes, la consideraban “calumniosa” y anunciaban “el traslado del tema a los Tribunales”, si bien el documento no fue firmado finalmente por los interesados, lo que permite presuponer que debió haber una aproximación amistosa entre el Ayuntamiento y el periódico, que evitó la judicialización del asunto. Los documentos conservados en el Archivo Municipal de Alcañiz permiten incluso seguir la pista de algunos de los acontecimientos derivados. Las críticas de parte de la prensa de la época se basaron al parecer en informes de un médico del hospital, cuya titularidad era compartida por el Ayuntamiento y la Diputación Provincial. El Ayuntamiento, a la sazón denominado Concejo, logró que se destituyera al médico a consecuencias de las filtraciones que la prensa había utilizado para criticar su gestión, aunque poco después la Diputación obligó al Consistorio a retractarse y restituirle en su puesto. 

En cuanto al brote de 1865, el acta municipal del 22 de agosto de ese año ya atestigua que la ciudad está invadida por el cólera de nuevo, y la semana siguiente se acordó en pleno pedir ayuda al Rey, “siendo tan triste el cuadro que presenta esta población por sus muchos invadidos del cólera y víctimas que causa, principalmente, en las clases menos acomodadas”. En aquella ocasión se trasladó la fiesta del Santo Ángel de fecha, se multó a dos concejales por ausentarse de Alcañiz cuando tuvieron lugar los primeros casos de cólera y se realizó un retrato de Joaquín de Medina, que después se colgaría del salón de sesiones, por sus desvelos en la lucha contra la epidemia. El pleno del 13 de noviembre daba por desaparecido aquel brote. 

En el brote de 1885, Zaragoza y Teruel fueron de nuevo terriblemente golpeadas. En Alcañiz, tras declararse los primeros casos en julio, se tomaron numerosas medidas sanitarias, pese a lo cual no pudo detenerse la epidemia.

Por último, la muestra de cuenta de la epidemia de la atroz epidemia gripe española de 1918. A finales de ese año El Noticiero publicaba que en Alcañiz no había sido “tan lamentable como en otras poblaciones”, cifrando los casos en 1.000 infectados (el 10% de la población) y 60 muertos. Esta epidemia se considera la última que habíamos vivido calificable de mortífera, y la más devastadora de la historia humana por la mortandad que causó en un solo años. Se estima que infectó a uno de cada cuatro habitantes de la Tierra, y que murieron entre 40 y 50 millones de personas en todo el mundo, de las 300.000 eran españoles y 10.000 aragoneses. Se bautizó como gripe española porque España fue el primer país en anunciar su presencia, dado que era neutral en la primera guerra mundial y por tanto no sufría una férrea censura periodística. Y aunque no se sabe a ciencia cierta su origen, muchos estudios lo sitúan en una base militar estadounidense situada en Kansas, cuyos soldados llevaron la enfermedad a Europa al desembarcar en el puerto francés de bret. en agosto de 1918, durante los últimos meses de la guerra.