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Alcañiz rinde tributo  a Concepción Gimeno Gil (1850-1919), pionera del feminismo Alcañiz rinde tributo  a Concepción Gimeno Gil (1850-1919), pionera del feminismo
Santiago Martínez, Javier Climent y Antonio Pedrós, ayer en el Palacio Ardid. Marcos Navarro

Alcañiz rinde tributo a Concepción Gimeno Gil (1850-1919), pionera del feminismo

Pedrós presenta las ‘Obras Completas’ en el 175 aniversario de su nacimiento
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El 11 de diciembre se cumplirán 175 años del nacimiento de una pionera del feminismo hispano, Concepción Gimeno Gil (Alcañiz, 1850-Buenos Aires, 1919). Para conmemorar este hecho y ensalzar su relevante figura, este miércoles el catedrático de Literatura Española Contemporánea en la Colorado State University, el alcañizano Antonio Pedrós, presentó en el auditorio del Palacio Ardid el primer tomo de las Obras Completas de una adelantada a su época que abogó, dentro y fuera de España, por la dignidad y la independencia de la mujer.

Las Obras Completas de Concepción Gimeno, que da nombre al colegio que antes llevaba el nombre del franquista Emilio Díaz, ocupan 1.300 referencias literarias y en prensa que ella publicó. Prácticamente el doble de la mejor bibliografía anterior que se había hecho sobre la turolense, explicó Pedrós. El primer tomo acoge los libros de ensayo que la escritora publicó en el siglo XIX: La mujer española (1877), La mujer juzgada por una mujer (1882), Madres de hombres célebres (1884), Mujeres. Vidas paralelas (1893) y En el salón y en el tocador (1899).

El segundo volumen recogerá el resto de ensayos, que saldrán próximamente a la luz. Incluirá una de las conferencias más importantes de Gimeno Gil, El problema feminista (1903), el primer discurso feminista pronunciado en el Ateneo de Madrid.

Las seis novelas, una decena de cuentos y tres poemas de la escritora ocuparán el tercer volumen. Del cuarto al octavo tomo habrá recopilaciones de artículos y otras intervenciones en prensa. Incluye pseudónimos más allá del ‘X’ que solía utilizar, y que Pedrós, como experto en su figura, ha sabido determinar autoría.

El filólogo alcañizano ha investigado cuatro años dentro y fuera de España, sobre todo en México, para recopilar toda su obra. En 2019, el Instituto de Estudios Turolenses ya publicó una edición facsímil de su sexta novela, Una Eva Moderna, también con prólogo de Pedrós.

Un ejemplo a seguir

“Gimeno es una alcañizana universal, que luchó como nadie en defensa de la igualdad y la educación de la mujer, una persona que defendió la necesidad de que se implantase una pedagogía moderna más humana en el trato de los niños, alguien que llevó el nombre de nuestra ciudad y de Aragón a todos los lugares donde estuvo, y una de las figuras indiscutibles de la cultura hispana de finales del XIX y principios del XX”, explica Pedrós, que defendió con un informe ante el Ayuntamiento de Alcañiz la conveniencia de que el colegio junto a la Ciudad Deportiva Santa María pasara a llevar su nombre.

Explica Pedrós que Gimeno nació en el castillo de Alcañiz porque su padre era el capitán del regimiento militar que se acuartelaba en el castillo. Al fallecer su padre, su madre contrajo segundas nupcias y ella se formó académicamente en Zaragoza. Su primer texto en prensa lo publicó con tan solo 18 años en El Trovador del Ebro con el título A los impugnadores del bello sexo, una “bellísima muestra de la rasmia con que Gimeno iba a defender a sus congéneres a lo largo de toda su vida”, dijo Pedrós.

Su familia se trasladó a Madrid durante el Sexenio Liberal y allí colaboró con periódicos como El Argo y El Debate. En El Correo de la Moda escribía de temas más femeninos y de la sociedad burguesa. Ella no era de esa clase social, necesitaba trabajar para comer, aunque estaba bien relacionada con ellos y lograba que su mensaje fuera calando. Era una feminista “posibilista”.

Fundó su primer proyecto editorial en 1873 en Madrid, que tituló La Ilustración de la Mujer. “Desde sus comienzos, Gimeno mostró su compromiso por la mejora de la situación de la mujer y de los niños desde un punto de vista no solo teórico sino pragmático –llevando su lucha también a lo material-económico–, defensa que renueva constantemente y que dará sus frutos entrado el siglo XX”, añade Pedrós.

Con 22 años publicó Gimeno su primera novela, Victorina o heroísmo del amor (1873), pero su primer gran libro de ensayo fue La mujer española: estudios acerca de su educación y sus facultades intelectuales (1877). Casada ya con el también periodista Francisco de Paula Flaquer y Fraisse –a partir de entonces firmó como Concepción Gimeno de Flaquer– se trasladó una temporada a vivir a París, donde el poeta Víctor Hugo la alabó por su labor en defensa de la mujer.

Dio la batalla en Iberoamérica

Los Flaquer se mudaron después a la Ciudad de México, en junio de 1883, donde Gimeno fundó El Álbum de la Mujer, revista pionera en el continente americano dedicada a la educación y defensa de sus congéneres. Desde sus páginas, “la autora abogó por el derecho a que las mujeres cobraran igual salario que los hombres, que fueran capaces de gestionar sus bienes, que recibieran educación completa, o que pudieran dedicarse a profesiones que hasta entonces se consideraban fuera del alcance de las mismas: doctoras, secretarias, taquígrafas, etc”.

A su vuelta a España en 1890 refundó la revista como El Álbum Ibero Americano. Publicaron los autores más importantes del momento, incluidos Valle-Inclán, Pardo Bazán, Pío Baroja o Salvador Rueda. Entre las curiosidades relacionadas con su ciudad natal, aparece un poema de Antonio Gascón Guimbau titulado La alcañizana (7/12/1905), y el presbítero Gaspar Bono Serrano publicó un extenso poema titulado Alcañiz y su ermita de los Pueyos. Recuerdos (7/10/1895).

Gimeno fue la tercera mujer en hablar en el Ateneo de Madrid, tras Rosario Acuña –que leyó unos versos– y Emilia Pardo Bazán, con quien su figura era constantemente equiparada.

“En Europa, Gimeno fue el referente español de la lucha de la mujer en ese periodo”. En 1906 fue a Roma a dar una conferencia sobre la mujer y las bellas artes. “A diferencia de las otras autoras de su generación, ella evolucionó en sus opiniones y llegó a solicitar el derecho al voto de la mujer, y cuando dicho tema se discutió por primera vez en el Congreso de los Diputados, uno de los oradores se refirió a ella como una de las principales inspiraciones detrás de la reclamación”, concluye Pedrós.

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