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Antonio Jiménez, secretario comarcal de CC OO en Andorra: “La Transición Justa no se cumplió ni se está cumpliendo, sino que ha sido una traición” Antonio Jiménez, secretario comarcal de CC OO en Andorra: “La Transición Justa no se cumplió ni se está cumpliendo, sino que ha sido una traición”
Antonio Jiménez es el recién reelegido secretario general de de la Unión Comarcal de CC.OO en Andorra

Antonio Jiménez, secretario comarcal de CC OO en Andorra: “La Transición Justa no se cumplió ni se está cumpliendo, sino que ha sido una traición”

Critica que “las promesas incumplidas” siguen siendo un futurible y no se convierten en presente
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Antonio Jiménez fue reelegido la semana pasada secretario general de la Unión Comarcal del Comisiones Obreras (CCOO), después de cuatro años en el cargo. Jiménez trabajó 10 años en el sector de la minería del carbón y 24 en la empresa Casting Ros de Utrillas, donde formó parte de su Comité de empresa. Durante los últimos cuatro años se ha centrado en “hacer sindicato’, esto es, bajar a pie de calle y respaldar a los trabajadores en las negociaciones, cueste el tiempo que cueste y se logre el objetivo o no. En los próximos cuatro años va a mantener una linea continuista en ese sentido, según apunta en esta entrevista.
-¿Cuál va a ser la linea de trabajo en la Unión Comarcal de CC.OO en el mandato que acaba de comenzar?
-Va a consistir en estar a pie de calle todos los días, estar con los trabajadores, siempre a su lado y más en estos tiempos de pandemia que estamos pasando, los siete días de la semana y las 24 horas del día, es decir, la idea es seguir haciendo sindicato, como hemos hecho estos últimos cuatro años. A veces se olvida hacer sindicato y estar al lado de los trabajadores. Cuando el trabajador no pasa por el Comité y acude al sindicato es porque confía en nosotros y cree que somos el último eslabón que lo atenderá. 
-¿Qué significa exactamente hacer sindicato?
-Hacer sindicato es estar al lado de los trabajadores, no buscar grandes proyectos, sino preocuparse por el día a día de la gente. Quiero estar al lado del afiliado, al lado del trabajador o del comité de empresa que me necesite, negociar junto con ellos y llegar siempre hasta el final. Y, aunque muchas veces el objetivo no es el deseado, lo importante es llegar al final, aunque para ello tengamos que estar negociando seis meses. Esa ha sido la premisa que he llevado desde hace cuatro años y así la seguiré aplicando, sin dejar a nadie atrás. Así lo hicimos con los cuatro compañeros de Maessa que fueron despedidos en 2019. Realizamos concentraciones todos los viernes durante cinco meses consecutivos, y no nos rendimos nunca. Finalmente, en 2018, el juzgado nos dio la razón y la empresa tuvo que acabar readmitiendo a los trabajadores e indemnizándoles por el daño causado. Cumplimos el objetivo y eso que luchábamos contra Maessa, que es una empresa del grupo ACS (de Florentino Pérez).
-Hablando de luchas, la más importante a la que se han enfrentado las organizaciones sindicales en los últimos cuatro años en la Comarca de Andorra ha sido el cierre de la central. Finalmente, no se ha logrado el objetivo buscado. ¿Qué análisis hace de todo este proceso?
- Desde la Unión Comarcal de CCOO en Andorra hemos hecho decenas de manifestaciones, hemos participado en multitud de actos, organizamos protestas en Teruel capital, dos manifestaciones en Andorra, nos desplazamos a Zaragoza, hicimos acampadas... Hemos luchado sin descanso. Al final no ha salido como nosotros queríamos, porque la Transición Justa no se cumplió ni se está cumpliendo, sino que ha sido una traición. Ahora, con el desmantelamiento de la planta lo que ocurre es que los trabajadores de las contratas están dispersos, unos entran a trabajar, otros no lo hacen, otros están realizando cursillos, pero no los llaman... Es un desastre. Cuando todo esto esté desmantelado vendrán los parques eólicos y se crearán un par de puestos de trabajo para su mantenimiento, y eso será la Transición Justa. En todo este proceso del cierre de la central térmica de Andorra es lamentable tener que decir que ha fracasado el Gobierno de Aragón, el Gobierno central y puedo decir que también los sindicatos.
-¿Qué se podría haber hecho más por parte de las organizaciones sindicales?
-Se podría haber presionado más para que esto fuera una Transición Justa de verdad. Como secretario general de la Unión Comarcal de Andorra de CCOO pienso que nosotros llegamos a donde debíamos llegar, pero a nivel más alto en el sindicato creo que se le debería haber echado un pulso al Gobierno para que la de Andorra fuera de verdad una Transición más justa, porque no se puede solo prometer, si no ocurre que siempre estamos viviendo en el futuro. Escuchamos hace bastante tiempo que vendrían cinco empresas a sustituir A Andorra, pero resulta que solo es un futurible y que eso nunca se convierte en presente. Sin embargo, los hijos de los trabajadores y de las familias comen todos los días.
-¿Ha faltado unidad sindical para actuar con una única voz frente al cierre y desmantelamiento de la plant?
-En lo que lo fue el cierre de la central sí que hubo unidad de los sindicatos, aunque podría haberse hecho más presión. Que luego el objetivo que se persigue con esa mayor presión puede que no se consiga es otra cosa, porque no todas las luchas se ganan, pero se ha estado un poco pasivo ante las promesas de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Rivera, y con las del presidente de Aragón, Javier Lambán. Nada de lo dicho se está cumpliendo y habrá que decírselo a alguien.
-¿Se está cumpliendo el acuerdo para emplear a los trabajadores de las subcontratas en el desmantelamiento de la planta?
-El compromiso que se adquirió con los trabajadores fue que al menos el 80% de los empleados de las subcontratas entrarían a trabajar en el demantelamiento, pero lo cierto es que están entrando unos, otros no, a algunos que tienen el cursillo hecho para trabajar les tardan en llamar... es un caos total. El acuerdo no se está cumpliendo al 100%, y eso hace que la gente esté muy inquieta por el futuro incierto que se presenta ante sus ojos en este momento. Es cierto que se creó una comisión que se reúne cada tres o cuatro meses y es allí donde se trasladará el problema en cuanto se vuelva a reunir.
-Los únicos proyectos que ahora mismo hay sobre la mesa a corto plazo son los macroparques eólicos y fotovoltaicos que se encuentran en tramitación administrativa. ¿Qué opina de las energías renovables como alternativa?
-Nosotros estamos de acuerdo con la Transición energética, pero consideramos que tiene que estar más controlada. No se puede llenar el territorio de molinos sin control. Los puestos de trabajo para mantenimiento y seguimiento de parques eólicos y plantas solares no necesitarán mucha gente, y nos gustaría que hubiera una empresa sustitutiva que generara más empleo. Por otra parte, opinamos que no nos podemos cargar el paisaje de Teruel para beneficiar a los mismos de siempre y que a la gente de la zona y a los trabajadores les lleguen pocos beneficios y tengan que marcharse de aquí si no hay empleo.
-¿Tienen pocas expectativas de generación de empleo a corto, medio y largo plazo?
-Lo vemos bastante mal, porque lo único que podemos tener en este momento son empleos por el desmantenlamiento de la central. Proyectos habrá cientos, pero aquí no se ve nada ni llega ninguno. Se está perdiendo población en la comarca de Andorra Sierra de Arcos y en todas las comarcas de la provincia. Se ha cerrado la central térmica y ahora solamente nos podemos alimentar de los puestos de trabajo del desmantelamiento y después del mantenimiento de parques eólicos, que van a generar poco empleo. Los que prometieron que traerían empresas hace dos años como el presidente de Aragón, Javier Lambán, deberían plantearse de una vez a ver si llega alguna a la comarca, porque no ha cambiado nada.
-En su ámbito de actuación territorial como sindicato, ¿cómo valoran las oportunidades de  empleo que hay en el Bajo Aragón histórico?
-Nosotros somos responsables de todo el Bajo Aragón histórico hasta Mezquita de Jarque, abarcamos una población de unos 60.000-70.000 habitantes. No hay el trabajo que se requiere. Seguimos teniendo paro, y lo que nos interesa ahora es fijar población, y la población se fija con puestos de trabajo. Entiendo que no puede haber una empresa de 500 trabajadores en cada pueblo o de 150, pero hay que buscar y pelear por ellas y, sobre todo, hay que incidir en defender los servicios públicos. Estamos luchando por los centros de salud, pero el problema con la atención sanitaria es que hasta para trabajar en los hospitales los médicos ya no quieren salir de Zaragoza. Nosotros defendemos el derecho de un médico a no querer salir de su casa, pero eso no quita que nosotros tengamos derecho a tener unos buenos servicios sanitarios. Hay que luchar por ello, como hicimos con la oficina de la Seguridad Social en Montalbán, por la que luchamos siete meses.
-El consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón se ha visto obligado a retirar su propuesta sobre la unificación, a uno por provincia, de los grupos Leader en la Comunidad. Las organizaciones sindicales se opusieron desde el primer momento al planteamiento. ¿Por qué?
-Tal y como están organizados los grupos Leader en este momento se asegura que el dinero asignado se destina y controla desde cada comarca y eso provoca que se generen empleos en cada territorio. Controlar un Leader para toda una provincia es difícil.
-¿Ha crecido CCOO en los últimos años como sindicato?
-Tenemos comités de empresa en bastantes empresas grandes, en el grupo Arcoiris, en Mefragsa, en la antigua Casting, en Espuña...
- Se han movilizado por la oficina de la Seguridad Social de Montalbán, por la Sanidad en el medio rural. ¿Van a seguir reivindicando mejores servicios públicos en estos cuatro años que se avecinan?
-Por supuesto, lucharemos por los servicios públicos, no podemos dejarlos, porque si no sí que estamos perdidos. Y no sólo en las zonas rurales. Hay que ver como están el Obispo Polanco y el Hospital de Alcañiz, con plazas de médicos sin cubrir. También faltan tres médicos de urgencias en Utrillas y nos están poniendo un parche. Hay que legislar y hacerlo ya, y hay que luchar por ello.
-¿Qué se puede hacer?
-En toda la provincia de Teruel hay un problema de falta de recursos. Por la pandemia se han atendido consultas telefónicamente y esta situación no debería prolongarse. Las visitas médicas de primaria, que son el primer paso en la atención sanitaria, deberían ser presenciales, aunque para eso hay que tener los médicos que corresponden. Ahora mismo falta desde hace un mes y medio un médico para la zona de Martín del Río, Villanueva, Segura de Baños, Vivel y Hoz de la Vieja porque se lo han llevado a Teruel. Si dejamos que esto pase, seguirá la situación. En Utrillas faltan dos médicos de Urgencias, son plazas que no se cubren. Los médicos están haciendo lo que pueden, pero esta situación es crónica y no puntual. Los parches no nos valen. Tenemos que seguir luchando por ello. Hay que legislar y es el Gobierno de Aragón el que debe hacerlo. Es ahora cuando necesitamos a los políticos y a los gobernantes, pero no vemos que busquen soluciones.
-¿Cuáles son sus propuestas?
-A lo mejor se tendrían que sacar más plazas de médicos; a lo mejor tendremos que inventarnos una especialidad, que es la de médico rural, y que tenga una serie de incentivos. Por ser médico de familia se le puede pagar más a un médico si tiene esta especialidad y si quiere viajar o vivir en las zonas rurales. O quizá habría que hacer como en algunos países donde es el Gobierno el que les dice a los médicos dónde tienen que ir a trabajar durante un cierto tiempo. Algo tendrá que cambiar.