

Calanda celebra su particular Oktoberfest en la víspera del día grande de las Fiestas del Pilar
El chupinazo, la comparsa y un participativo desfile de carrozas abren boca antes de la gran ofrenda de floresCalanda celebrará este 12 de octubre por todo lo alto a su patrona, la Virgen del Pilar, con misa en su templo y ofrenda de flores en la plaza de España. Las fiestas comenzaron oficialmente este sábado con el chupinazo, la salida de la comparsa de gigantes y cabezudos y un multitudinario y participativo desfile de carrozas en el que las peñas lucieron sus disfraces más sonados, desde King África y su Bomba a La Flotica por Palestina, pasando por la particular Oktoberfest que vive la localidad bajoaragonesa.
A mediodía del 11 de octubre, Calanda se transformó para dar la bienvenida a sus fiestas bajo una imagen de la virgen, frente a la puerta de la iglesia de la Esperanza, que presidirá todo cuanto acontezca este puente festivo. Con los balcones del ayuntamiento y muchos de la plaza luciendo la bandera nacional y aragonesa, así como imágenes de la patrona, las reinas de las fiestas prendieron la mecha de la traca anunciadora mientras templos y ermitas volteaban campanas.

Interpeñas colocó el pañuelo a la Virgen, salieron los gigantes y cabezudos al compás de la charanga Virgen de la Peña de Berge y el desternillante desfile de carrozas se abrió paso, también con animación de la Banda de Música de la Asociación Musical Gaspar Sanz.
Abrió el pasacalles un grupo de bailongos que añoraban los tiempos en su “segunda casa” durante los años 90, el pub Discoverer, seguidos de un King África que puso patas arriba la plaza con su coreada Bomba. Las reinas y la corporación municipal lo pasaron en grande con esta carroza, una de las más marchosas. Luego hubo una sesión de aerobic con calentadores ochenteros y un mercadillo calé con un curioso erotismo. Los Puchainas se vistieron de aguacates y tras ellos pasaron un popurrí de exploradores y dinosaurios.
Que corra la cerveza
Con una elegante indumentaria tirolesa inspirada en el corazón de Baviera, la puesta en escena de la Oktoberfest fue una de las más aclamadas. Los bebedores de cerveza brindaron una y otra vez con sus jarras en el también denominado Kalandafest, un remolque decorado con una mesa alargada, banquetas y globos azules y blancos, como si del certamen de Munich se tratase. Volaron globos inspirados en el zumo de cebada y se repartieron perritos calientes entre el público.
Después llegó La colina galáctica, con un grupo de niños simulando ser astronautas, y desfilaron las chicas y chicos de Grease, con su setentero baile que no pasa de moda, sus chupas de cuero y sus vestidos coquetos. Luego vino un grupo de cefalópodos, tiburones y otros seres marinos, seguidos del remolque más reivindicativo de la mañana: La Flotica que imitaba a la Flotilla internacional que fue capturada por el Ejército de Israel en aguas internacionales cuando se dirigía a Gaza para llevar ayuda humanitaria e intentar parar el genocidio. No faltaron pañuelos palestinos y mensajes pacifistas y de libertad para este pueblo.

Se curró el disfraz el Saloon, con música de los toros de ferias y barriles decorativos de vino y buen bourbon para regar las fiestas. Para entonces cayeron cuatro gotas que deslucieron algo el espectáculo, recogieron a la gente bajo los porches y aceleraron el desfile. Se sucedieron jirafas, tribus africanas, granjas y un Resacón en Belén que no dejó indiferente a nadie cuando el niño Jesús se puso a bailar con un chupete gigante, con San José y la Virgen María siguiendo la coreografía al fondo del pesebre. No faltaron los Reyes Magos, la Mula y el Buey danzando alrededor. Un sindiós en toda regla.
Tras la comida y algo de siesta para recuperarse de los excesos a la hora del vermú, que se sumaron a la verbena de prefiestas del viernes con la actuación de un tributo a El Canto del Loco, los actos siguieron por la tarde en la plaza de toros con el espectáculo ecuestre flamenco El arte de Andalucía a caballo, dirigido por Carmelo Cuevas.

Después, el grupo Puro Relajo animó la previa de la cena, mientras las reinas de las fiestas ofrecían frutos a la Virgen del Pilar. La noche deparó una ronda jotera a cargo del Cachirulo local, y verbena con el grupo Darwin en el pabellón de fiestas, seguida de macrodiscomóvil.
Domingo, día grande
Como siempre, el 12 de octubre volverá a ser el día grande de las fiestas de Calanda con la tradicional ofrenda de flores rojas y blancas que dibujarán una cruz bajo la imagen de la Virgen. Antes, de madrugada, habrá salido el Coro de Despertadores y se habrá rezado el Rosario de la Aurora. La misa principal del día, a las 11:30 horas, será en el templo del Pilar, y después la ofrenda tendrá lugar en la plaza de España, con traje regional y animación a cargo de la Rondalla del Cachirulo.
Por la tarde llegará el turno de la corrida mixta de toros, con un cartel que reúne al rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, y a los toreros Jorge Isiegas y David Galván. Lidiarán toros de Romao Tenorio y Castillejo de Huebra. Tras el espectáculo, el público podrá asistir a la charla-coloquio en el local de la Peña Taurina, donde se entregará el tradicional Trofeo Melocotón al triunfador del festejo. Las taquillas de la plaza estarán abiertas de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 17:00 horas. A las 20:30 será la procesión de la Virgen del Pilar y Miguel Pellicer.
Castillo y verbena
La noche está reservada para el espectáculo piromusical en los alrededores del colegio Virgen del Pilar, y para la verbena en el pabellón de fiestas amenizada por la orquesta Montecarlo y una nueva macro discomóvil.
La fiesta perdurará hasta el martes con vaquillas, espectáculos infantiles, festival de jota, tardeos, sardinada, concurso de sangría, toros de fuego, verbena, comida popular y revista.

El sábado 18 de octubre habrá un bonus festivo dedicado a las personas mayores con misa, comida, trofeos de petanca, guiñote y rabino y baile en el hogar.
Calandria al CD Calanda
El Ayuntamiento de Calanda entregó ayer la Medalla de la Calandria al CD Calanda por la celebración de sus cien años de “historia, trabajo e ilusión”, que han inculcado valores a través del fútbol más allá de la competición.
El alcalde, Alberto Herrero, entregó la distinción al presidente de la asociación, Ricardo Artieda, acompañado de la junta directiva y toda la corporación municipal.
Artieda agradeció el reconocimiento “en un año tan especial para el club”. Repasó las diferentes juntas directivas que “con tanto trabajo desde la sombra, invirtiendo mucho tiempo y en muchas ocasiones su dinero personal mantuvieron con vida a nuestros equipos”; a los entrenadores, delegados, auxiliares y fisioterapeutas; a los jugadores y jugadoras que “con orgullo han vestido y siguen vistiendo los colores blanquiazules en nuestras equipaciones por todos los terrenos de juego del territorio aragonés”; a los familiares que acompañan; a la afición; a los patrocinadores y colaboradores; a la reina del Deporte y al Ayuntamiento de Calanda por invertir en el nuevo campo de fútbol Manuel Cros y ceder su explotación al club.

Gracias a los ingresos que genera el estadio, principalmente el bar, “tenemos seis equipos en competición y una situación económica estable”, por lo que los cimientos “son firmes y podemos seguir creciendo a corto plazo”, destacó el responsable. En este momento hay seis equipos en competición y en la escuela de fútbol se forma en deporte pero también en “amistad, compañerismo, honestidad, esfuerzo, respeto y responsabilidad”.
Finalmente, el presidente invitó a los jóvenes a favorecer el relevo generacional en las juntas directivas de todas las asociaciones de Calanda.
Desde 1925
Fue en 1925 cuando el CD Calanda se constituyó como club, con sus estatutos y la elección de los colores azul y blanco para competir, unas franjas verticales que siguen vigentes hoy.
En el siglo XX la categoría natural del primer equipo masculino fue la Primera Regional. A finales del siglo pasado, con la construcción y modernización del campo La Ventolera, el equipo dio un salto de calidad y durante varias campañas en los últimos 30 años ha conseguido ganar la liga, ascender y jugar en Regional Preferente. Entre 1997 y 1998, el equipo estuvo más de 50 partidos sin perder.
A comienzos del siglo XXI se recuperó la figura del equipo juvenil, con chavales ávidos de dar el salto al primer equipo.
La construcción del Manuel Cros, unas instalaciones modernas con césped artificial, buenos vestuarios e iluminación, fue un extra de motivación para conservar jugadores.
Se puso en marcha el fútbol base y hoy supera el centenar los niños de 5 a 18 años. Surgieron las categorías benjamín, alevín, infantil, cadete y juvenil, que hoy se mantienen.
Y se formó el equipo femenino del Bajo Aragón, que estuvo en competición durante varias temporadas e incluso ganó una liga. Hoy no tiene continuidad.
El club lo forman 125 jugadores y 200 socios que, unidos a la junta directiva, entrenadores y cuerpos técnicos de todas las categorías, hacen de esta asociación la más numerosa de Calanda. Estable económica y socialmente, trabaja en el relevo generacional y en preparar a nuevos y jóvenes entrenadores.