Cientos de tambores rasgan el cierre del Sepulcro de Cristo en Alcañiz

Larga noche, larga madrugada la de este Sábado Santo en Alcañiz, tras la procesión del Pregón del viernes y los oficios religiosos de la Pasión y Muerte de Jesucristo en la capital del Bajo Aragón. Alcañiz lucha contra la muerte, reivindica la vida, a base de tambor, en un frenético desfilar de tocadores por cuadrillas que empiezan su toque en la Plaza de España para, de calle, como una noche más de fiesta, circular por todas las calles del centro histórico de la ciudad. Es el momento en el que Alcañiz recuerda a través de la tradición, el sentimiento más allá de lo religioso, su especificidad dentro de este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que es la Semana Santa bajoaragonesa, la Ruta del Tambor y el Bombo.

Dura ese tocar lúdico lo que tarda en llegar la luz del día, del Sábado Santo. Entonces Alcañiz vuelve a recordar que Jesús ha muerto por toda la humanidad, y se retoman los ritos, los actos, los protocolos que recuerdan y refuerzan el sacrificio que da origen a la cristiandad. Una de las procesiones más sentidas, vividas y admiradas de la Semana Santa alcañizana es la de este sábado de Santo Entierro, la procesión larga, la que recorre todo el casco histórico de la ciudad. Partió esta vez cinco minutos después de las cuatro, puntualmente preparadas las torteras desde Escolapios para encontrarse con el Cristo Yacente y su Madre, rota de dolor.

No son las únicas imágenes de la comitiva. En realidad, centenares de penitentes, portantes y tambores participaron en una procesión multitudinaria, bajo un calor de finales de mayo, para mostrar el homenaje de Alcañiz al Entierro con los siguientes elementos: El Estandarte de la cofradía del Santo Entierro, las Doce Tribus, las Cinco Partes del Mundo y de la Creación, la Burreta, la Oración en el Huerto, Jesús Nazareno, La Verónica, las Hebreas y las Sibilas. Tras ellos, algunas figuras bíblicas como Moisés, Abraham y la Samaritana. Y a continuación las baturras, que portaron como es tradición las tortas previamente bendecidas para su posterior degustación.

El Cristo Yacente es obra de José Bueno, figura tremendamente descriptiva tallada en 1952, 71 años cumple la imagen que volvió a ser portada por doce penitentes que cuentan con un relevo. Tampoco faltaron a la cita la Guardia Romana, compuesta por un total de 23 soldados, la Virgen de los Dolores, el sacerdote, los seis Mayordomos y el Prior, cada uno con su báculo, que lleva el emblema de la Cofradía en metal.

Lugar de encuentro

El Santo Entierro volvió a ser el lugar de encuentro fundamental de la Semana Santa de Alcañiz, que además guarda la imagen fundamental al final, a las dos horas del recorrido.

Volvió a culminar la procesión con el Sellado del Sepulcro en la Plaza de España, emocionante epílogo en el que sigue estremeciendo el ocultar de la figura del Yacente ante el desconsuelo de la Dolorosa. Menos de diez minutos de silencio, mientras padre Juanes recordaba que lo que parece el Fin, no lo es. En ese momento, rugió de nuevo el océano de túnicas azules.

La plaza mayor alcañizana se convirtió de nuevo en uno de los escenarios referenciales de la Semana Santa bajoaragonesa, miles de personas escoltando el momento de la inhumación de Jesucristo. Habrán sido los últimos toques de tambor de estos días en Alcañiz; este año, por vez primera, se celebró aquí acto de fin de toque, auspiciado por la Asociación de Amigos del Tambor de Alcañiz, un homenaje a la proyección de esta tradición inmemorial que reúne cada vez a más vecinos, aficionados, y visitantes.