Charo Rueda, doctora en Psicología por la Universidad de Granada: “Falta concienciar a las familias del contenido, horas y edad de acceso a los dispositivos”
Abordó cómo se puede mejorar la atención en los niños en el Congreso de NeuroeducaciónCharo Rueda es doctora en Piscología por la Universidad de Granada, donde he centrado su investigación en el estudio del desarrollo neurocognitivo de la atención, los factores tanto genéticos como ambientales que influyen en la atención y la importancia de esta capacidad para el ajuste socio-emocional y el rendimiento académico. Rueda impartió la conferencia inaugural del sexto Congreso aragonés de Neuroeducación que se celebró en Alcañiz los días 20 y 21 de este mes y que organizó el Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Alcorisa.
-¿Qué ha aportado la Neuroeducación al proceso de enseñanza-aprendizaje?
- Nos aporta información de cómo aprende nuestro cerebro. Lo que hacemos en los laboratorios de Neuroeducación es tratar de entender qué sucede en nuestro cerebro cuando atendemos, memorizamos, qué factores de la memoria hacen que ésta se estabilice, qué aspectos de la atención activan regiones del cerebro. Así que, en la medida que entendamos mejor nuestro cerebro, que es el órgano que aprende y sustenta nuestras funciones cognitivas, podremos informar mejor a la ciencia de la Educación.
-¿Cómo se puede mejorar la atención?
-Nuestra estrategia trata de entender qué sucede en el cerebro cuando uno está focalizado en contraposición a cuando está distraído; qué sucede cuando está controlando la atención. Tratamos de entender qué partes del cerebro funcionan de manera distinta cuando estamos realizando distintos procesos atencionales e intentamos encontrar actividades que activen esas zonas del cerebro.
-Si ahora es la Neuroeducación la que intenta comprender cómo aprende el cerebro, antes ¿qué ciencia era la que se encargaba de ello?
-La Psicología cognitiva, que es la ciencia que estudia procesos cognitivos como atender, memorizar o aprender, trataba de abordar esto y generar conocimientos sobre ello. Ahora lo que sucede es que tenemos muchos avances tecnológicos, de manera que podemos mirar al cerebro, algo que no era fácil antes y mucho menos cuando una persona estaba realizando una tarea atencional.âÂÂÂÂÂÂAhora sí tenemos esa tecnología para hacerlo, tenemos una ventana mayor de la que había hace décadas. Antes se realizaba ese esfuerzo para entender el aprendizaje y la cognición, pero ahora mismo tenemos muchas más herramientas para comprender el funcionamiento del cerebro.
-¿Se usa cada vez más la Neurociencia en España?
-Se va poco a poco. El Congreso aragonés de Neuroeducación es un ejemplo del interés que hay en el ámbito educativo por conocer las investigaciones y llevarlas a la práctica del día a día de la Educación.
-Las redes sociales y los teléfonos móviles parecen ser dos elementos inseparables de en nuestras vidas, tanto en adultos como en adolescentes. ¿Qué es peor la atención que detraen las pantallas o la realidad que se cuenta a través de ellas?
- Ambas son preocupantes. Lo es el tiempo que pasan los adolescentes o los niños frente a pantallas, un tiempo que está siendo dedicado a actividades que no son necesariamente educativas. Se ha demostrado que hay algunos dibujos animados que tienen un ritmo de presentación muy rápido y que producen un detrimento en la función cognitiva de los niños justo después. El tiempo en pantalla es tremendo. Está demostrado que los niños cada vez juegan menos entre ellos a actividades físicas con un componente social y físico y cada vez están más al frente de dispositivos. La otra parte que mencionas, también. Los adolescentes se acercan cada vez más temprano a la pornografía o a contenidos violentos. Muchos juegos de internet no educativos tienen un contenido violento importante, y todo ello impacta en el desarrollo de la empatía, en las relaciones sociales, en lo que creen que es apropiado o no. Se les muestra un mundo que no es el real, muy deteriorado, rápido... Son preocupantes ambas cuestiones.
-¿El problema de los dispositivos electrónicos o de la exposición a las pantallas es que nos hacen sujetos pasivos?
- En términos atencionales sí existe ese problema, porque no es lo mismo hacer una actividad en la que pongas de tu parte que otra actividad que suponga ver la televisión o estar ante un videojuego. La actividad de ver la televisión no supone trabajar la atención de modo activo; se está delante sin apenas pensar, sin ser críticos sobre lo que vemos.
-¿Y cuál es la solución? Porque el mundo de las pantallas es muy atractivo. ¿Es necesario llegar regularizarlo?
-Regularizar es difícil, porque estamos ante un ámbito muy privado e individual. La escuela debe concienciar. Históricamente, siempre que ha aparecido algo nuevo ha habido tendencia a hacer un exceso hasta que después las cosas vuelven a un término apropiado. La comunidad educativa tiene conciencia, aunque todavía falta concienciar a las familias de la necesidad de regular tanto el contenido como la edad a la que los niños empiezan con los dispositivos y las horas de uso. Por ejemplo, yo jamás dejaría usar un dispositivo más allá de las ocho de la tarde, porque deteriorará sus horas de sueño y la calidad de éste. Hay niños que tienen su ordenador en la habitación y pueden quedarse hasta las cuatro de la madrugada jugando con ese ordenador, y eso es terrible.
-¿Usted es autora del libro Educar la atención con cerebro. ¿Cómo se educa la atención?
- Nosotros empezamos trabajando con niños de la etapa de preescolar y ahora empezamos con bebés de un mes. Se tiene que empezar desde el principio.
-¿Está todo perdido cuando se llega a la secundaria y no se es capaz de prestar atención?
-No, ni siquiera en la adultez está todo perdido, porque el cerebro es un órgano tremendamente plástico. Incluso en la adultez se pueden aprender nuevas habilidades e intentar corregir errores de pensamiento. Nunca creo que haya nada perdido, pero sí se debe empezar desde el principio, porque el cerebro, aunque es un órgano plástico, lo es más durante la infancia, porque es la etapa en la que se configura el cerebro.âÂÂÂÂÂÂEs en ese momento cuando se determina cómo ese órgano responderá a las necesidades de un determinado individuo en función del medio en que viva. Si vive en un medio pobre que no le demanda nada, ese cerebro no desarrollará habilidades, pero, si vive en un entorno que le pide pensar y actuar ,va a desarrollar esas capacidades. Una de las lineas que tenemos en nuestro laboratorio es saber qué hay en la mente del bebé, cómo aprende a prestar atención, y el primer año de vida es fundamental.
-El Gobierno sueco ha dado marcha atrás en relación a extender el uso de las pantallas en las aulas y centros educativos. ¿Deberíamos hacer algo parecido en España?
-Es una cuestión que se debe pensar despacio. Igual que vemos todo lo negativo de las pantallas, también hay aspectos positivos y actividades con las pantallas que pueden fomentar habilidades cognitivos. Me parecería fatal usar las pantallas para ver dibujos animados de Bob Esponja en el aula, pero se pueden usar para realizar una búsqueda de un tema de interés, para enseñar al alumnado a encontrar información de calidad.âÂÂÂÂÂÂEn el mundo de hoy es necesario que enseñemos eso y concienciarles de que no deben creerse lo primero que encuentran en una búsqueda.
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