Denuncian la retirada “unilateral” de la ayuda estatal a los frutos en cáscara

La Mesa Nacional de los Frutos Secos -integrada por las organizaciones agrarias Asaja, Coag y Upa, por Cooperativas Agroalimentarias de España y la Asociación Española de Organizaciones de Productores de Frutos Secos y Algarrobas (Aeofruse)- ha reclamado al ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente el mantenimiento y mejora de la ayuda nacional a la superficie de frutos de cáscara, subvención que se venía otorgando desde hace más de 10 años y que el Gobierno central ha decidido eliminar, según la Mesa Nacional, “de manera unilateral y sin atender a las peticiones del sector”.

La no publicación de esta ayuda es algo que “no se entiende”, según el sector, pues “estamos en un momento de mayores disponibilidades presupuestarias. Además, “en reconocimiento a la importancia del sector dicha ayuda tendría que mantenerse, aumentar su presupuesto y focalizarse para aquellas plantaciones de frutos de cáscara en secano”, señaló la Mesa Nacional.

La ayuda a los frutos en cáscara “había estado consolidada ya tiempo atrás y costó mucho conseguirla; peleamos mucho por ella”, declaró el responsable de frutos secos de Uaga, Bernardo Funes. El origen estaría en unas ayudas inicialmente concedidas por la Unión Europea (UE) de hasta 240 euros por hectárea que “ya se redujeron a 120 euros y que paulatinamente han ido reduciéndose hasta quedarse mengüando hasta los nueve euros por hectárea”, recordó Funes.

La rebaja hasta los 9 euros por hectárea se justificó en un primer momento “por la situación económica general”, es decir, que la crisis “ha servido para su práctica eliminación cuando la posición estratégica del sector para la agricultura española no ha variado, siendo un cultivo de gran transcendencia desde el punto de vista ambiental, social y económico”, apuntó el sindicalista agrario.

Asimismo, la reducción de la dotación de esta ayuda por parte del Estado (las comunidades autónomas también dejaron de aportar, según Funes, la parte que les correspondía) ha sido paralela al incremento de la superficie plantada de frutos de cáscara en las zonas de regadío, mucho más productivas que en secano. 

Los gobiernos autónomos

Las organizaciones agrarias reclaman que no sólo recupere la ayuda la administración central, sino “también las comunidades autónomas” por tratarse (el almendro), de un cultivo que favorece el reequilibrio territorial y social. No en vano, la Mesa Nacional de Frutos Secos recuerda  que esa ayuda ahora eliminada  afecta a una superficie de más de 430.000 hectáreas en España, de las que “el 84 por ciento están en secano, con rendimientos significativamente menores que en el regadío, lo que deriva en unos escasos ingresos y baja rentabilidad”. Se trata de una producción “localizada principalmente en parcelas ubicadas en zonas con baja pluviometría y lugares con pendientes elevadas y zonas con alto riesgo de heladas, siendo en éstas la única alternativa productiva. Igualmente, añadieron que el almendro es un cultivo eficaz en la lucha contra la erosión, desertización y la mejora del paisaje”.

El portavoz de frutos secos de Uaga manifestó que en la provincia de Teruel el cultivo de frutos de cáscara y las actividades ligadas al almendro tienen una gran relevancia en el medio rural desde el punto de vista social y económico, porque “se genera tejido social, empleo y ayuda al mantenimiento de la población”.

Funes criticó el “despropósito” de este nuevo recorte y apuntó que “no vamos a darlo por perdido”, principalmente en defensa de un sector que “cuenta con el 80 por ciento de la superficie de almendro plantada en secano, donde hay  problemas estructurales potentes”, ya que “no es de recibo que se abandone ahora esta ayuda basándose en macrocifras de producción”.

Los regadíos

Con la no publicación de la ayuda a los frutos en cáscara, el Estado se ahorrará apenas unos cuatro millones de euros, según puso de manifiesto Funes. El responsable del sindicato agrario insistió en que “nuestra organización no sólo pide la recuperación de esa ayuda, sino un plan de reconversión para el cultivo del almendro en secano, cuyas producciones no tienen nada que ver con lo la productividad de las plantaciones en intensivo del regadío”, que han aumentado exponencialmente en los últimos años provocando un aumento de producción de almendra en España y la consiguiente bajada de precios. “Lo que es más grave es  que las elevadas previsiones de producción de estas hectáreas de regadío en Aragón -que apenas son unas 13.000 (en torno al 11% de la superficie total de almendro plantada)- “están tapando el problema de las bajas producciones del cultivo en  secano”.

Por otra parte, Funes se mostró “muy preocupado” por las importaciones masivas de almendra californiana que han llegado a España desde septiembre, lo que ha llevado a que los precios en origen sufran una bajada del 50% con respecto al año pasado. Según el sindicalista agrario, de Estados Unidos han llegado a España “alrededor de 120.000 toneladas de almendras”. La entrada en producción de las nuevas parcelas de regadío “puede llevar a España a tener disponibles alrededor de 100.000 toneladas de almendras en sólo cuatro años, de manera que “si no se limitan las importaciones nos podemos encontrar con un exceso de almendra disponible que aún harán bajar más los precios”.