

Diego Buñuel honra el legado de su abuelo en Calanda y abre la emotiva Rompida de la Hora
La figura del Longinos se une por primera vez al histórico acto con un traje nunca antes vistoTres, dos, uno... La cuenta atrás sonó como un último suspiro contenido en toda una plaza de España en silencio. El alcalde de Calanda, Alberto Herrero, bajó la vara, y al instante estalló el primer golpe de bombo. En ese preciso momento, Calanda volvió a latir. El estruendo se apoderó de las calles y el alma de quienes estaban allí. Y en el epicentro del trueno, Diego Buñuel, nieto del cineasta universal Luis Buñuel, rompió la Hora junto a sus hijos en un año en el que conmemoró el 125 aniversario del nacimiento del director surrealista.
Además, no estuvieron solos. También les acompañó el consejero de Turismo del Gobierno de Aragón, Manuel Blasco y una figura un tanto especial este año: por primera vez, un joven de dieciocho años Putuntún representando al personaje de Longinos participó junto a Buñuel en el inicio de la Rompida. La figura del centurión romano, tan arraigada en la Semana Santa calandina, se integra tradicionalmente en los desfiles y en la representación del Sábado Santo, pero hasta este momento nunca había tenido presencia en este instante clave.

La plaza vibró con memoria
Para Diego, participar en este momento no fue un acto cualquiera. “Estar aquí hoy con mis hijos, en este lugar tan ligado a mi abuelo, y romper la Hora es único”, compartió minutos antes del estallido. No era su primera vez en Calanda, pero sí la más intensa. “Yo viví los tambores de joven, y regresé con mi padre en 2010 para filmar cómo había cambiado Calanda desde los años 60… Pero estar en el centro, sentir el ritmo atravesarte el cuerpo y el alma, es algo que no se olvida nunca”, dijo.
La emoción fue palpable. Desde los balcones hasta las primeras filas de bombos, Calanda vibró con ese estruendo rítmico que no cesa durante horas. “Es como una explosión de cultura”, dijo Diego, que insistía en el poder de las imágenes y del sonido como herramientas para preservar el alma de las tradiciones. Recordaba que fue su propio padre, quien filmó en 1967 el primer documental sobre los tambores calandinos, y que él mismo continuó esa labor décadas después: “El cine puede ser esencial para conservar todo esto, para mostrarlo al mundo sin que pierda su autenticidad”. Sus hijos, emocionados por la experiencia, ya habían visitado Calanda hace año y medio durante el acto de dedicación del Centro Buñuel como Patrimonio Europeo. “Pero esto es otra cosa”, añadía Diego con una sonrisa. “Si vienes a Calanda y no escuchas los tambores, te falta la mitad de la historia”. Este año, ese eco venía con nombre propio: Luis Buñuel. Un siglo y cuarto después de su nacimiento, su nieto devolivó el sonido a la plaza donde empezó todo.
Y lo ha hecho golpeando el bombo con fuerza, con sus hijos a su lado, con Longinos a su derecha y Calanda y los calandinos al fondo.
El debut del Longinos
La figura del Longinos fue toda una sorpresa para los vecinos. La iniciativa partió de la Cofradía del Santísimo, encargada este año de organizar los actos, y que decidió dar protagonismo a este personaje por su gran protagonismo en la Guardia Romana. El joven Longinos de 18 años, ataviado con un traje renovado, representaba también el futuro de una tradición. “Es algo muy especial, una de esas cosas que probablemente no se repita”, señaló Herrero, satisfecho de que esta imagen se haya dado precisamente en este año conmemorativo para la figura de Buñuel. “Ha sido una suma de sinergias: coincidía que la Cofradía del Santísimo era la responsable este año, que gestiona también la Guardia Romana, y que hemos logrado que Diego estuviera aquí. Era el momento perfecto”, dijo.
Las instituciones también estuvieron presentes. Por su parte, el consejero Blasco quiso poner en valor el papel que juega esta cita en la proyección Aragón. “La Ruta del Tambor y del Bombo es uno de los momentos turísticos más importantes de la provincia de Teruel y Aragón”.
También asistió de nuevo a este acto Joaquín Juste, presidente de la DPT, quién no ocultó su alegría por regresar. “Siempre es emocionante vivirlo”, confesó.