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Doce personas desalojadas en Albalate por riesgo de derrumbe de varios edificaciones Doce personas desalojadas en Albalate por riesgo de derrumbe de varios edificaciones
Este es el estado de la manzana donde se han venido abajo dos casas. Archivo municipal de Albalate del Arzobispo

Doce personas desalojadas en Albalate por riesgo de derrumbe de varios edificaciones

Dos de las 11 casas de una manzana se vienen abajo
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Doce personas permanecen desalojadas de ocho viviendas en Albalate del Arzobispo amenazadas de derrumbe en el entorno del cantón Curto tras la tormenta Gloria. El Ayuntamiento derribará las que estén en peor estado e intentará conservar las más cuidadas, aunque la solución técnica entraña dificultad.

Cuatro de las viviendas desalojadas son residencias habituales, mientras que otras tantas son segundas residencias. A todas ellas “hemos tenido que prohibir la entrada por precaución” en vistas de que los desprendimientos que afectan a las viviendas más deterioradas de la zona pudieran producir un “derrumbe descontrolado”, dijo la alcaldesa, Isabel Arnas, quien informó de que en las próximas semanas está previsto acometer derribos. 

Algunos desalojados residen desde hace unos días en el albergue municipal, mientras que otros han optado por trasladarse a casas de familiares y amigos. 

La alcaldesa explicó que en una manzana de 11 viviendas hay varias que están declaradas en ruina desde hace tiempo, y hace dos años se produjo una actuación de consolidación para evitar los derribos que van a tener que producirse finalmente. Se colocó una estructura metálica y se intentó acabar con las filtraciones, pero la última gran borrasca volvió a originar desprendimientos, uno de ellos en una vivienda que había estado habitada constantemente hasta hace año y medio. 

El 27 de enero se desalojó a los vecinos del cantón Curto número 5, que no obstante pudieron regresar a su casa horas después. Sin embargo, “a partir del 7 de febrero se produjeron nuevos desprendimientos y allí es ya cuando se revisaron todas las casas y se desalojó”, explicó la alcaldesa. A las 11 viviendas de esta manzana se unen otras tres  de las calles Tremedal y Baja. 

En cuanto a los derribos, “vamos a intentar mantener las casas que están muy arregladas”, aunque no será fácil porque se teme un efecto castillo de naipes. Además, la anchura de las calles –el cantón tiene entre 1,20 y 1,50 metros y la calle Baja hace 2 metros– impide el acceso de maquinaria. Otro hándicap es que algunas casas hacen hasta seis plantas, con dos o tres de bodegas.