

El Bajo Aragón retumba de emoción: siete pueblos hacen temblar la tierra al romper la Hora
Miles de personas de la Ruta del Tambor y Bombo se aglutinan para hacer sonar sus calles en un estallido de fervor, sentimiento y pasión compartidaNervios a flor de piel, un último suspiro antes del estruendo. A medianoche del Jueves Santo, justo cuando el silencio más se hace notar, el Bajo Aragón volvió a rugir al unísono. El tiempo se detuvo por un instante para dar paso a uno de los actos más potentes y emotivos del calendario del año: Romper la Hora, una tradición ancestral que sobrepasa lo religioso y que se convierte en una verdadera catarsis de todos aquellos que forman parte de esta costumbre. Siete municipios —Híjar, Andorra, Albalate del Arzobispo, Alcorisa, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén— marcaron el inicio del Viernes Santo con miles de tambores y bombos, que al golpe de mazas, bastones, cornetas o pañuelos, transformaron el silencio en un estruendo que retumba en la piel y que cada año se suma a la memoria de la Ruta del Tambor y Bombo.

Una emoción compartida
En Híjar, el acto se vivió con su característica mezcla de solemnidad y recogimiento. La plaza del Ayuntamiento se llenó de túnicas negras, camisas blancas y corbatas oscuras. A las 00:00, el alcalde Jesús Puyol alzó el bastón de mando y, como si activara un resorte invisible, miles de manos comenzaron a golpear la piel tensa de los tambores. Desde el balcón del consistorio, el consejero de Turismo del Gobierno de Aragón, Manuel Blasco, presenció el acto como lo lleva haciendo diez años atrás junto a la corporación municipal y describió este fenómeno como “un silencio atronador que da lugar a un atronador momento”. Por su parte, Puyol reconoció sentirse “responsable” de dar este gran pistoletazo de salida que “hace olvidar” todos los problemas del año. Además, también reconoció la gran conexión que se ha generado con el paso del tiempo entre los municipios que forman parte de la Ruta. “Todos nos sentimos llenos de orgullo y pasión por nuestros pueblos”, admitió

En cada redoble de tambor, a la vista estaba la devoción de los presentes que resiste con el paso del tiempo, porque en Híjar, más que escuchar un tambor o un bombo, se escucha su historia.
En Andorra, el protagonismo fue para el cineasta Javier Macipe, ganador del Goya a la Mejor Dirección Novel por La Estrella Azul y natural de Ariño, dentro de la comarca. Tras participar en la Procesión del Silencio y firmar en el libro de honor del Ayuntamiento, Macipe rompió la Hora desde el balcón de la casa parroquial, encendiendo una noche tan especial y emotiva como la que se vivió ayer, junto al alcalde de la localidad, Rafael Guía.
Un gran vínculo entre cultura y tradición quedó evidenciado en este gesto. Andorra apostó este año por unir ambas esencias y reconoció el valor de las nuevas generaciones que exportan el alma bajoaragonesa más allá de sus fronteras. La elección de Macipe fue también un homenaje a los pueblos que componen esta comarca minera que sigue luchando por reinventarse sin perder su esencia.

Ya de madrugada, como marca la costumbre, los andorranos volvieron a salir en procesión esta vez para ir al encuentro del Cristo de los Tambores en la Procesión de las Antorchas, un íntimo acto.
En Albalate del Arzobispo, la emoción se elevó desde el primer redoble. Vestidos con túnica negra, tercerol al hombro, pañuelo blanco y cíngulo, los vecinos llenaron la plaza de la Iglesia. Desde el balcón del Ayuntamiento, la alcaldesa Celia Trullén bajó su pañuelo para dar comienzo al estruendo. El acto fue compartido con dos figuras institucionales: la vicepresidenta del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, y la ministra de Educación, Pilar Alegría, quienes vivieron de cerca este momento tan especial. Trullén destacó el sentimiento a flor de piel del momento. “Es una emoción que se multiplica cuando sabes que representas a tu gente en algo tan profundo. Creo que es algo que compartimos todos los alcaldes de la Ruta”.
Por su parte, Vaquero valoró la cita como “una oportunidad de encuentro”, entre generación y generación, para los que son creyentes y los que no, e hizo referencia a Aragón como una tierra a la que “siempre vale la pena venir”.
En Alcorisa, el morado de las túnicas iluminó la Plaza de los Arcos. Allí, el alcalde Miguel Iranzo dio la señal con el bastón de mando tras el tradicional toque de corneta. Este año, la celebración tuvo como nuevo altavoz el podcast turolense De Charreta, que retransmitió en directo toda la emoción de la noche de la mano de Mapi Soriano. Además, el podcast volverá a estar presente este Viernes Santo durante el Drama de la Cruz, espectáculo que convierte Alcorisa en escenario y a sus vecinos en protagonistas.

Aunque más pequeños, Samper de Calanda y Urrea de Gaén no se quedaron atrás en intensidad. En Samper, el alcalde, Alfonso Pérez y los alabarderos marcaron el inicio desde el balcón del Ayuntamiento con su característica corneta. En Urrea, con su alcaldesa Silvia Blasco a la cabeza, el repique de campanas dio paso a un estruendo que se siente más íntimo, más recogido, pero igualmente poderoso que el resto.
La Puebla de Híjar sigue fiel a su esencia. Con ropa de calle, sin túnicas, vecinos y visitantes llenaron la Plaza de España en uno de los actos más desenfadados pero también más auténticos de toda la Ruta. Como cada año, los tambores sonaron con fuerza hasta bien entrada la madrugada. Su alcalde, Pedro Bello, su alcalde, lo resumía como un segundo eufórico. “Son los momentos más grandes del año en nuestro pueblo. Es un estallido de emoción que no se puede explicar, solo vivir”. A primera hora del viernes, eso sí, las normas se imponen: toca ponerse la túnica negra si se quiere seguir tocando, y así lo entienden todos los que sienten el tambor como parte de su piel.
Tras la explosión inicial, la madrugada se llenó de redobles compartidos, abrazos, risas y emociones que solo se viven en esta tierra. Las cuadrillas, algunas formadas por generaciones de una misma familia, se reparten entre las plazas, los bares y las esquinas, repitiendo toques de la Rompida como La Palillera, La Procesión o como no, El Encuentro.

Calanda y Alcañiz a la espera
Calanda se reserva para el mediodía del Viernes Santo, en una de las Rompidas más icónicas y representativas de la Ruta. Este año, la señal será dada por Diego Buñuel, nieto del legendario cineasta Luis Buñuel, en el marco del 125 aniversario del nacimiento del director, lo que todavía aportará una emoción más generalizada en la localidad tras su última asistencia a la localidad en el año 2023. En Alcañiz, como es tradición, la Rompida no se celebra, pero la noche del Jueves Santo tuvo su eco particular con la solemne Procesión del Silencio, y este viernes será el turno de los tambores azules tras la Procesión de la Soledad. Aquí, el tambor también suena, pero lo hace con contención.
El estruendo no cesará hasta el sábado, aunque cada pueblo marca su propio cese en base a su programación.
En Albalate será a las 21:00, en Andorra a las 20:30, Calanda a las 14:00, La Puebla a las 22:00, Samper a las 21:00, Urrea y Híjar a las 20:00. En Alcorisa, el redoble acaba a mediodía para dar paso a los preparativos de su ya consolidado y esperado Drama de la Cruz.
