El brindis por Santa Bárbara pone la guinda al XX aniversario del Museo Minero de Andorra

El Museo Minero de Andorra-Sierra de Arcos (MWINAS), ubicado en el Pozo San Juan de Andorra, bajó este domingo el telón del año de su vigésimo aniversario con el tradicional homenaje a los exmineros veteranos que han cumplido 73 o más años en 2025, en esta ocasión 16 valientes que desafiaron al frío para recoger un merecido reconocimiento a su esfuerzo en los pozos de carbón de la comarca.

El acto, enmarcado en la festividad de Santa Bárbara que se celebra por el 4 de diciembre, atrajo al museo a decenas de familiares que quisieron arropar a los picadores jubilados en uno de los días más especiales de su vida.

En este sencillo pero sentido acto –organizado por la comarca, la Asociación Cultural Pozo San Juan, la Cofradía Santa Bárbara de Andorra y la Federación Europea de Caminos Mineros (Mines.B)-, este año fueron distinguidos Francisco Tirado, Pablo Cañete, Juan Francisco Esteban, Miguel Medina, José Osma, Gabriel Barranco, Juan José García, Inocente Aguilar, Jesús Gil, Bartolo Aglio, Francisco Úbeda, Manuel Alquézar, Francisco Sanahuja, José Mostazo, Julián Cañadas y Ángel Rico.
 

El autohomenaje de Bartolo

Aglio recibió el galardón “muy contento y nervioso”, y con cierto pudor porque en este caso es como si se diera el premio a sí mismo. Lleva más de dos décadas tirando del carro de la Asociación Pozo San Juan, de la que apenas quedan tres voluntarios y uno es él. Uno de sus objetivos es la preservación del patrimonio minero-eléctrico de la comarca, y otro que no se pierda la costumbre de celebrar Santa Bárbara. Por ello, junto a la comarca, llevan años equipando el MWINAS y homenajeando a los veteranos del oficio.

En su caso, estuvo 20 años trabajando en la Innominada y tres en la Oportuna. “La mina era un trabajo duro y hay que recordarlo como tal. Mucha calor, mucho frío y muy peligroso. Todo el material era muy pesado. Las mampostas pesaban cien kilos. El martillo picador pesaba cinco. Pero se ha llevado bien y estamos vivos, gracias a Dios, para seguir haciendo este evento”, valoró Aglio.

Los tres voluntarios que quedan están mayores y piden que alguien les eche una mano. “A ver si entran otros que nos tiran para atrás, que tampoco es una cosa muy difícil. Nosotros les ayudaremos”, concluyó.

Otro de los homenajeados, Ángel Rico, vivió sus 12 años de trabajo en la Innominada y 15 en el cielo abierto de Corta Barrabasa “con mucha alegría e incertidumbre, porque es peligroso y duro trabajar bajo tierra”, aunque también “emocionante y gratificante”, pues “se cobraba entonces ya bastante bien”, admitió.
 

Preguntado por si volvería a trabajar de minero si empezara hoy su carrera laboral, lo tuvo claro: “Por supuestísimo. Mi familia ha sido minera, desde mi abuelo que fue fundador de las minas aquí en Andorra”.

Destacó el compañerismo que reinaba en los tajos. “Todos éramos una piña: picadores, vagoneros, eléctricos, mecánicos”. Y subrayó que “en el cielo abierto solamente hubo un accidente y en el interior había muy pocos porque la seguridad en Endesa, antiguamente la Calvo Sotelo, era máxima”.

El Grupo de Dance de Santa Bárbara y el Grupo de Jota Amigos del Folclore amenizaron la entrega de los detalles –la figura de un picador a cada veterano– con sus bailes y cantos. Después hubo ofrenda floral a la patrona de los mineros y posteriormente se clausuró la exposición XX años del MWINAS. Un vino español dejó el mejor sabor de boca.

El museo vivió una jornada de puertas abiertas durante todo el fin de semana. Se celebró el concurso de dibujo de temática minera y el sábado se presentó el documental Voces de la Mina en Andorra-Sierra de Arcos, de Raúl Bélver, elaborado con el material que grabó para participar en el proyecto de divulgación de la idiosincrasia minera en el marco del Mines.B.
 

Un año de vorágine

La presidenta de Andorra-Sierra de Arcos, Naiara Loras, agradeció al personal de la comarca y a las asociaciones organizadoras todo el esfuerzo, especialmente en este año en el que el MWINAS ha celebrado 20 años de andadura.

En octubre tuvo lugar el epicentro de la celebración, con la presencia en la comarca de los socios del Mines.B para inaugurar los Caminos Mineros de Andorra-Sierra de Arcos, 42 kilómetros de rutas que ponen en valor para el turismo y la práctica deportiva el legado industrial y etnográfico más identitario de la zona. Precisamente, el proyecto conjunto de esta federación internacional es lograr que siete sendas sostenibles y desestacionalizadas a lo largo y ancho del patrimonio industrial de seis países puedan llegar a ser reconocidas por el Consejo de Europa en 2027 como Itinerario Cultural Europeo.

Finalmente, Loras reivindicó “la importancia” del MWINAS, “punto neurálgico del patrimonio minero de nuestra comarca”. Recordó que comenzó como “una idea popular” que “ha ido creciendo gracias a diversos colectivos, empresas e instituciones”, para convertirse en “un tesoro que tenemos que mantener”.