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El Castillo de Alcañiz recrea la vida de los nobles y los calatravos en tiempo de La Concordia El Castillo de Alcañiz recrea la vida de los nobles y los calatravos en tiempo de La Concordia
Escena típica de la vida de los nobles, escenificada en la Torre del Homenaje. Marcos Navarro

El Castillo de Alcañiz recrea la vida de los nobles y los calatravos en tiempo de La Concordia

Grupos recreacionistas muestran escenas de la época y la estratificación social en el siglo XV
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Una treintena de recreadores históricos se dan cita este fin de semana en el Castillo Calatravo de Alcañiz para divulgar cómo era la vida en una fortaleza a inicios del siglo XV, y explicar curiosidades sobre la nobleza y los monjes guerreros que lo habitaban.

La apertura al público de la Torre del Homenaje –si cabe el apartado de la fortaleza con mayor atractivo porque es donde se encuentra el valioso conjunto de pintura gótica mural con origen en el siglo XIV– es una de las novedades de esta edición de La Concordia de Alcañiz. Este año el evento ha ampliado su programación cultural durante diez días a modo de “Festival de divulgación e historia viva” en el que se detalla cómo era la sociedad –militar, noble y plebeya– en 1412, cuando en Alcañiz se firmaron los importantes acuerdos entre los territorios de la Corona de Aragón necesarios para dar fin, en el posterior Compromiso de Caspe, al periodo de interregno marcado por la muerte sin descendencia de Martín I.

“Este año hemos apostado por un programa muy potente. Este fin de semana, previo a las representaciones más importantes de los días 24 y 25 de febrero, estamos casi 30 recreadores, buena parte de Alcañiz pero también de Zaragoza, Caspe o Huesca, con la idea de poner en valor el castillo”, destacó el coordinador de La Concordia, Darío Español, que este sábado se vistió de capellán para representar en la planta baja de la torre toda una Liturgia Horarum, el oficio litúrgico que la Orden de Calatrava realizaba varias veces al día.

Arriba, en la planta noble de la torre a la que se accede por una escalinata de piedra, otro grupo recreó un aposento nobiliario con cojines, alfombras, un ajedrez y unas ánforas de vino con las que el servicio regaba los paladares exigentes de los pudientes, vestidos con la mayor precisión posible gracias a la labor del Proyecto Saeculum e Historica Vestimentum. A estos colectivos pertenece Alicia Felipe, quien vestida de pobre explicó que en la escena se podía ver también a mujeres haciendo labores descansadas como tejer con tablillas o hacer cordón.

Ropajes fidedignos

“Todas las piezas de ropa son recreaciones según los patrones de la época, del siglo XV, con tejidos y tintes naturales porque lo que intentamos es acercarnos lo máximo posible a cómo era la cultura material entonces”, destacó la recreacionista, quien subrayó el “privilegio” que supone para los amantes de la Historia “recrear directamente en el patrimonio, en este caso este castillo con estas pinturas maravillosas”.
 

Integrantes de la Asociación Calatravos y Mesnada de Alcañiz, este sábado en el Castillo de Alcañiz. Marcos Navarro



Afuera, en el patio del actual Parador de Turismo, se dispuso una recreación de la armería calatrava, con escudos y otras protecciones corporales de infantería y caballería, armas de mano y de asta, o proyectiles. Sergio Navarro, que se mete en el papel de Comendador de la Orden de Calatrava en Alcañiz, detalló la actividad de los monjes guerreros por la mañana, y por la tarde explicó algunas curiosidades sobre el asedio a castillos de la época y la tecnología militar de entonces.

“Los monjes de las órdenes militares se diferenciaban en que habían hecho voto de caballería. Estaban dedicados a combatir y proteger a los cristianos y a los peregrinos, por lo que en La Concordia jugaron el papel de proteger al pueblo de Alcañiz que estaba encomendado a ellos. Al no haber rey, tenían otro superior inmediato que era la Iglesia. Tenían que mantener la paz y cuidar al pueblo, y en caso de que se hubiera producido algún conflicto serio habrían actuado”, explicó Navarro.

En 1412, los calatravos en Alcañiz eran 12 y cada uno tenía su menester. Se ha documentado que, al menos, uno ostentaba el cargo de Comendador o gobernador; otro era el Clavero que custodiaba las llaves de la capilla, la torre, el claustro y otros elementos importantes de la fortaleza, y había también un Cebero, que se encargaba de controlar suministros. “Del resto desconocemos qué menester tenían”, indicó.

Turismo

“El turismo está respondiendo bien y la mañana está animada”, se congratuló a mediodía Español, quien explicó el papel que jugó el castillo durante la Concordia. Los territorios de la Corona de Aragón eligieron Alcañiz “por una cuestión de proximidad”, ya que el parlamento catalán estaba en Tortosa (Tarragona) y el de Valencia en Vinaròs (Castellón). De esta forma, podían enviar heraldos –caballeros que trotaban al final de la jornada para rendir cuentas de lo firmado cada día– y estaban en comunicación permanente”.

“Durante un año entero estuvieron viviendo, yendo y viniendo unos 100-120 diputados de las grandes ciudades, los nobles y procuradores que les representaban, y esta gente no vivía en un cuchitril. Vivían bien, iban a cazar y todo eso debía de generar estrés a la gente que habitaba en Alcañiz todo el año en cuanto a gestión de aguas, puertas o protección. No podías poner a una guardia de cuatro o cinco a vigilar las puertas, sino que estaban militarizadas las murallas porque alguien podía tomar por la fuerza lo que se estaba dirimiendo”, añadió el coordinador.

Los caballeros de la Orden de Calatrava “formaban parte de esa protección general”, por lo que “el castillo tuvo que estar vinculado a la Corona de alguna manera durante el tiempo que duró el parlamento”, concluyó Español.