

El Drama de la Cruz de Alcorisa conmueve con una inmersiva edición aun más participativa
Cerca de 300 alcorisanos recrean con rigor y profesionalidad la Pasión de Cristo“Bienaventurados los que practican la paz, porque ellos serán hijos de Dios; también los perseguidos por atenerse a lo que es justo, porque de ellos será el reino de los cielos”. Con estas palabras de Jesús de Nazaret el Sermón de la Montaña comenzó, este Viernes Santo, la representación del Drama de la Cruz de Alcorisa, que en su 48ª edición recuperó el pasado viernes todo su esplendor tras la suspensión del año pasado por la lluvia. Miles de personas se congregaron en el Monte Calvario para presenciar esta representación al aire libre de los últimos días de Jesús de Nazaret, una puesta en escena única en España por su naturalidad, sobriedad y emotiva fidelidad histórica de la que forman parte 300 alcorisanos y alcorisanas de manera altruista. Además, este año incorporó una experiencia inmersiva con talleres y exposición interactiva de los objetos de la Pasión.
Del Sermón al Gólgota
A las cinco en punto de la tarde, comenzó la representación principal con el Sermón de la Montaña. A partir de ahí, el Monte Calvario se convirtió, como cada año, en el impecable escenario de una experiencia teatral al aire libre que recorre desde la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén hasta la crucifixión. Las escenas —el encuentro con la Verónica, la caída, la ayuda del Cirineo— cobran vida entre senderos, árboles y estaciones del Vía Crucis, integradas con sobriedad en el paisaje natural de este enclave del siglo XVI.

El Monte Calvario de Alcorisa, construido hace 500 años, cuenta con 14 estaciones que representan los últimos pasos de Jesús. Su historia se remonta al auge de los calvarios europeos, nacidos para recrear la Pasión en tierra propia, ante la dificultad de peregrinar a Jerusalén. En Alcorisa, este lugar se ha convertido en el principal actor de una obra coral que cada año moviliza a toda la localidad.
“Espero que hayamos conseguido que los espectadores, durante unos minutos, se hayan trasladado a la Judea del siglo I”, dijo Mario Nuez, el presidente de la Asociación del Drama de la Cruz al finalizar la representación. “Este año ha sido especialmente emotivo, tras la suspensión del año pasado, y queríamos que todo tuviera un significado aún más profundo”. Y así fue. Todos los presentes que allí se encontraban durante la representación mostraron su asombro en cada una de las escenas.
Con todos los sentidos
Antes incluso de que comenzara la dramatización, los asistentes ya estaban dentro de la historia. Desde las tres de la tarde, una pequeña exposición instalada en carpas junto a la plaza José Ángel Azuara permitió a los visitantes tocar y probar réplicas de los objetos utilizados en la obra, como la corona de espinas, los clavos de la crucifixión, las cotas de malla o los flagelos.
Así continúa la esencia del Drama de la Cruz, que desde 1978 ha evolucionado desde el respeto y el rigor histórico.